Este mega acontecimiento se da entre los 12 y 14 meses, aunque -como en todos los casos- puede haber excepciones en más o en menos, porque es un hecho que cada bebé es único al aprender a caminar. El momento y la facilidad con la que un bebé empieza a dar sus primeros pasos no es reflejo de su nivel intelectual, ni de su tamaño, ni mucho menos de las habilidades de crianza de su mamá o papá.
No hay una edad determinada para que los niños comiencen a dar sus primeros pasos, se calcula que lo hacen entre los 10 y 15 meses
La paternidad nos pone frente a maravillosos momentos para disfrutar y compartir la evolución de nuestros hijos. Uno de ellos consiste en la capacidad de caminar del pequeño, que si bien no es bueno apresurar, se puede estimular adecuadamente siguiendo los siguientes consejos:
La paternidad nos pone frente a maravillosos momentos para disfrutar y compartir la evolución de nuestros hijos. Uno de ellos consiste en la capacidad de caminar del pequeño, que si bien no es bueno apresurar, se puede estimular adecuadamente siguiendo los siguientes consejos:
Los bebés empiezan a andar cuando tienen más o menos un año de vida. Es una etapa en la que ganan autonomía y durante la cual el acompañamiento de sus padres es fundamental, tanto para estimular al pequeño y animarle, como para acondicionar los espacios de la casa y reducir los riesgos de accidentes domésticos. Pero también es un momento en el que los progenitores sienten ansiedad por los primeros pasos del bebé. En este artículo se dan una serie de consejos para afrontar esta nueva experiencia: acompañar al pequeño, transmitirle alegría como forma de estimulación y tener en cuenta que cada niño es diferente también a la hora de comenzar a andar.
Ansiedad por los primeros pasos del bebé
El momento en el que el bebé comienza a dar sus primeros pasos produce mucha ansiedad en los padres. Por un lado, por la alegría y la emoción que genera esta nueva etapa de la vida del niño. Por otro, por los temores ante la posibilidad de que se caiga y se haga daño. Lo importante es animar y estimular al pequeño, ayudarle a caminar, así como tomar algunas precauciones para evitar problemas.Los niños empiezan a andar cuando tienen alrededor del año de vida. Primero se ponen de pie sostenidos en algún mueble u objeto grande, como una caja o un juguete que sirva de soporte. Luego comienzan a desplazarse con pequeños pasos laterales, hasta que en algún momento reconocen tener la fuerza y el equilibrio suficientes para quedarse en posición vertical, sin necesidad de apoyarse en nada más que sus propias piernas, y se animarán a dar sus primeros pasos.
Es importante señalar un punto clave para calmar la ansiedad: no puedes ni debes “acelerar” los primeros pasos del bebé porque puede haber factores que los retrasen, tal como el hecho de que el bebé se sienta más cómodo gateando. Valen los buenos consejos: lo mejor en realidad es proveerle al bebé un ambiente familiar motivador que lo estimule a caminar más rápido.
Pero no dudes que más fuerte que la motivación paterna es la sabia naturaleza: tu bebé dará su primer paso cuando se sienta listo: tan sólo disfruta y observa de cerca. ¿Te preguntas cuándo sería un retraso que genere alarma? Como término medio, para los 18 meses tu bebé ya debería estar caminando: si aún no lo logrado tienes que llevarlo al pediatra.
Acompañar al pequeño en sus primeros pasos
Sobre todo al principio, es muy importante estar junto al bebé y acompañarle para darle la seguridad y la confianza que requiere para dar sus primeros pasos. Lo mejor es ponerse tras el pequeño, de forma que el bebé dé la espalda al adulto, y agarrarle de ambas manos. Esto permite sostenerle si tropieza e impulsarle hacia delante para hacerle notar lo bueno de desplazarse de un sitio a otro. Poco a poco, necesitará cada vez menos ayuda. Como quien aprende a montar en bicicleta, cuando quiera darse cuenta, será él mismo quien controle por completo su equilibrio.
Cada niño tiene sus propios tiempos. No solo para comenzar a andar, sino también para desarrollar esta capacidad. Y si bien hay que alentarle y animarle, en ningún caso se le debe obligar; menos aún si el bebé muestra signos de cansancio o irritación, ya que eso crearía una sensación de rechazo. Si está cansado, habrá que dejarlo y continuar en otro momento. Si no le apetece caminar, habrá que buscar las motivaciones y los estímulos para que sienta ese deseo. 3333Si es niño está cansado, es mejor dejarlo y continuar en otro momento
Durante el proceso de aprendizaje, es normal que el niño pierda el equilibrio y se caiga con relativa frecuencia. Salvo que se dé un golpe de gravedad, su reacción dependerá, en buena medida, de cómo reaccionen sus padres o los adultos que estén a su lado: si los mayores se asustan demasiado o se ponen muy nerviosos, el niño tenderá a hacer lo mismo. En cambio, si relativizan el golpe, sonríen y animan al bebé a que vuelva a ponerse en pie y seguir andando, lo más probable es que no le dé mayor importancia.
El espacio adecuado para que el bebé ande
Es importante crear un espacio adecuado para que el niño comience a andar. Esto implica elegir sitios despejados, para motivar que el pequeño se desplace, y cubrir los bordes de los muebles con protectores de plástico, o de espuma, para evitar accidentes. También hay que tener mucho cuidado, a partir de este momento, con cualquier objeto que se deje sobre los muebles más bajos, ya que la insaciable curiosidad del bebé le impulsará a arrojarlos al suelo, o llevárselos a la boca.
El suelo, por su parte, es aconsejable que resulte firme pero blando, como es el caso del césped, una moqueta, una alfombra o una superficie de goma. También es bueno que presente algunas irregularidades, que no sea del todo liso; ya que genera nuevos estímulos que favorecen el desarrollo del niño.
El suelo, por su parte, es aconsejable que resulte firme pero blando, como es el caso del césped, una moqueta, una alfombra o una superficie de goma. También es bueno que presente algunas irregularidades, que no sea del todo liso; ya que genera nuevos estímulos que favorecen el desarrollo del niño.
El gateo favorece el fortalecimiento de los músculos de las piernas, lo que más tarde le permitirá caminar.
Si nos fijamos en varios bebés gateando observamos como cada uno tiene su propia técnica: unos se desplazan sentados (arrastrando sus nalgas), otros con su tripa (como si nadaran), y otros utilizando rodillas y manos. Pero lo verdaderamente importante no es la forma sino que aprenda a desplazarse por sí mismo.
Para que nuestro bebé se anime y gatee cada vez con mayor soltura debemos permitirle gatear a su aire y por donde quiera, siempre que no suponga ningún peligro y sea un lugar seguro. Debemos dejarle explorar y descubrir, ya que es fundamental para su desarrollo. La regla es : cuánto más se divierta más ganas tendrá de hacerlo. -Con el gateo, cerca el primer cumpleaños la mayoría de los bebés se mueven solos por todas partes, gateando con gran habilidad. No obstante, hay niños que se saltan esta fase y empiezan a andar directamente. Otros niños tardan algo más en aprender a caminar, pudiendo retrasar este hito hasta los 15 o 16 meses. Empiecen cuando empiecen debemos respetar los ritmos, ya que cada bebé es diferente
El hecho que un niño empiece más pronto que otro no tiene ningún significado en cuanto a sus logros posteriores, si bien los padres viven o vivimos con orgullo la precocidad en este sentido. Seguro que muchos de nosotros habremos oído en algún lugar: " ¿Todavía no camina? El mío con 10 meses ya caminaba solo!" ... Pues muy bien! El nuestro ya andará.
La edad en la que cada bebé empieza a caminar viene determinada por numerosos factores, entre ellos el grado de maduración interna del niño y factores ambientales. No existe ningún sistema que acelere el proceso, ni debemos buscarlo, no es conveniente. Cuando el niño se encuentra preparado nos lo hace saber: no quiere estar sentado, todo el tiempo prueba ponerse en pié y quiere andar cogido de nuestras manos. Este es el mejor andador.
El niño que está en el proceso de empezar a caminar, se pone en pié, se cae, se vuelve a levantar y se agarra en todo lo que puede y está a su alcance. De este modo va desarrollando su sentido del equilibrio, desarrolla la fuerza en sus piernas y la seguridad suficiente para mantenerse en pié.
Cada niño tiene su propio estilo de aprendizaje:
unos son más temerarios, otros más miedosos;
unos se atascan cuando se caen;
otros buscan enseguida los brazos de los mayores si pierden el equilibrio y acaban en el suelo;
y otros ... tratarán de salirse con la suya cueste lo que les cueste.
Al ponerse en pié y empezar a caminar la perspectiva del niño cambia. Puede decidir acercarse a un objeto y cogerlo. Consecuentemente, debemos prepararnos para tener mil ojos y velar por la seguridad de nuestro hijo. Debemos estar muy atentos con todo y vigilarlo en todo momento. Cuidado con las escaleras y los enchufes, los manteles que cuelgan de las mesas y con todo lo que puedas tener a su alcance como plantas y objetos de decoración ya que se lo llevan todo a la boca y podría atragantarse o incluso intoxicarse.
Los niños de esta edad, necesitan obviamente los brazos o la sillita de paseo. Que sepan andar no significa que puedan ir de nuestra mano a dar una vuelta, son todavía muy pequeños y hasta el tercer cumpleaños casi el cuarto no podemos pretender que nos siga.
Ayúdenlo a pararse. Tiéndanle los dedos para que se sujete al incorporarse solo. Luego, es bueno estimularlo para que se pare solo y esté de pie.
- Sujétenlo de una sola mano para que camine. A medida que noten mayor seguridad en el niño, pueden ofrecerles sólo el dedo índice. Incluso se le puede dar un juguete para que sostenga con la manito que le queda libre. El objetivo es que vayan logrando cierto equilibrio en el andar.
- Cuando lo tomen de las manos, háganlo por delante y con altura intermedia entre la cintura y los hombros. Tengan en cuenta que no es natural caminar colgado o con el cuerpo hacia atrás
Háganlo sentirse orgulloso de cada paso y felicítenlo ante cada progreso.
- Tengan paciencia en cuanto a la coordinación de los pasos.
- Ubiquen los muebles de modo tal que sólo estén separados por unos pocos pasos. De esta manera, el niño podrá desplazarse apoyándose en ellos.
- Siéntense a corta distancia, extiéndanle los brazos y llámenlo mientras se va sosteniendo.
- También pueden usar juguetes sólidos, de empuje y arrastre, fabricados especialmente para esta etapa. ¡No dejen de vigilarlo, ya que puede caerse!
- Aumenten la distancia entre los muebles para estimularlo a caminar sin apoyo.
- Tengan cuidado con las escaleras y los objetos que estén cerca de él, porque es lógico que quiera tocar todo lo que ahora esté a su alcance.
- Háganlo sentirse orgulloso de cada paso y felicítenlo ante cada progreso.
Para el niño ser capaz de caminar significa también un símbolo de libertad. A los padres les enorgullece, pero les es imposible poder estar sin ayudar al bebé. Esta independencia no será fácil de alcanzar, por ello está bien que los padres sean su orientación y su apoyo. Ellos deben, además, mantener el bebé en un ambiente seguro y protegido, libre de peligros en una posible caída, ya que ésto podría suponer un paso atrás en el aprendizaje del bebé o un susto inesperado. Esto quiere decir, mantener el bebé en un espacio limpio, sin objetos puntiagudos o que puedan dañarle si cae.
Es inevitable que tu niño caiga. No debes asustarte en exceso, puesto que el nene aprenderá de ti tus miedos e inseguridades. Si no ha sido un golpe fuerte, debes dejar que el bebé se levante solo y que él mismo haga el esfuerzo de volver a ponerse de pie. Solamente así construirá seguridad en sí mismo y la independencia que necesita para empezar a caminar.
Es muy importante que le animes, incluso si cae muchas veces. Tu papel es fundamental para su aprendizaje. Si no se siente apoyado sentirá que no le es necesario aprender a andar y sentirá que todas sus tentativas han sido en balde.
Es normal que cuando el niño se ponga de pie las primeras veces éstos se
separen hacia fuera
Los niños separan las piernas creando una V
creando una V entre sus piernas. Los padres pueden centrar el pie del niño ocasionalmente para que éste se acostumbre a tenerlos centrados en lugar de desviarlos hacia los lados, lo que le ayudará también a mantener mejor el equilibrio.Cuando el niño empieza a caminar tiene los brazos y las piernas abiertas. Cuando pone los pies rectos y baja los brazos es que ha conseguido encontrar el equilibro del peso de su cuerpo en las piernas y ya puede andar sin vacilación.
Un caminador para niños pequeños puede ayudar a nuestro bebé a caminar mientras se divierte. Si preferís no usar un caminador podéis ponerle una caja o un punto de apoyo frontal o lateral para que el niño pueda agarrarse al empezar a caminar y que no pueda hacerle daño al caer.
¿Cómo aprenden a andar?
El niño desde que nace pasa por una serie de etapas hasta que consigue ponerse de pie. Al principio suele estar siempre estirado boca arriba. Más adelante aprenderá a darse la vuelta y ponerse boca abajo.
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