El miedo es una respuesta psicológica saludable que prepara al niño para afrontar situaciones difíciles, además de evitar posibles peligros, como por ejemplo el miedo a las alturas le previene de caídas, o el miedo a los animales le puede proteger de picotazos o mordeduras. A lo largo de su desarrollo, los niños atraviesan varias etapas de miedos, siendo más intensos a partir de los 2 o 3 años y están relacionados con monstruos, animales, oscuridad, separación… estos miedos infantiles son pasajeros, de poca importancia, y propios de una edad. Cuando el niño va creciendo estos temores desaparecen y a partir de los 8 o 9 años surgen otro tipo de miedos: miedo al fracaso, al rechazo, al ridículo…
La mayoría de los miedos infantiles desaparecen a medida que el niño crece y madura, pero si este es desmesurado y el niño vive en constante estado de temor y alerta, entonces habrá que consultar a un especialista.
Miedo al médico
Las consultas de los pediatras y especialistas tienen un ambiente frío y poco acogedor, al niño se le desviste, se le vacuna, se le explora… es lógico que se sienta incómodo y no quiera visitarse. Si además ha vivido una situación dolorosa o una mala experiencia es posible que incluso exista en él cierto trauma.
Como actuar:
- Explícale con detalle todo lo que va a suceder en la consulta.
- No mientas diciéndole que no le va a doler si no va a ser así.
- Promueve el hecho de que el médico cura, que es bueno y nos ayuda.
- Llama al pediatra por su nombre de pila y ten con él un trato familiar.
- Ante el médico, tu actitud es importante, si te ve nerviosa tu hijo pensará que algo malo le espera.
- Dile a tu hijo que el pediatra va a ver lo grande y fuerte que está (en caso de revisiones).
- Puedes explicarle lo que va a suceder de forma graciosa, por ejemplo, puedes decirle que una vacuna es como un mosquito cuando pica y podéis jugar a daros picotazos con los dedos. Podéis simular el cuento de la caperucita roja y el médico tiene que ver si tiene “orejas grandes” (cuando mira los oídos), y la “que boca tan grande tiene” (cuando explora la garganta), y cuando toca la barriga está mirando a ver si se ha comido a la abuelita. Recuerda que cuando todo se convierte en un juego cualquier cosa resulta mucho más fácil.
- Nunca le amenaces con llevarle al médico si se porta mal, no lo conviertas en un ogro.
- En casa podéis jugar a ser médicos y pacientes.
- No ignores sus sentimientos pero tampoco exageres la situación con una actuación dramática
- Está bien que lleve consigo algún juguete con el que distraerse.
Durante la noche los niños se despiertan a menudo, sobretodo si son pequeños, y necesitan saber que todo está bajo control, sobretodo que no están solos y que los papás están cerca.
Como actuar:
- Deben de estar despiertos cuando se les mete en su cuna o cama. No es aconsejable que se queden dormidos en brazos, en el sofá o en otra cama y luego llevarles a la suya, ya que podrían asustarse al no entender donde se encuentran.
- Necesitan saber que estás cerca para sentirse seguros. Si tu hijo te llama durante la noche acude cuanto antes, y sin encender la luz, susúrrale y acaríciale para que se calme y se duerma nuevamente. Evita que se desvele del todo, tu hijo simplemente necesita saber que estás ahí por si te necesita. Poco a poco dejará de despertarse, y si lo hace, se dormirá él solo (aunque eso acostumbra a suceder a partir de los tres años de edad).
- Si sufre pesadillas es posible que haya algo que le esté inquietando y le provoque angustia y ansiedad. Observa si va todo bien en el colegio o que no haya sucedido alguna cosa con una persona próxima que lo pueda estar estresando.
A los niños les cuesta estar solos, la separación siempre es dolorosa, aunque tarde o temprano deberán sufrirla (inicio de guardería, escuela infantil, canguro…) Debemos de comprobar que este miedo a la separación o a estar solo no sea una consecuencia a una separación traumática (muerte, divorcio o separación de los progenitores, hospitalización…)
Como actuar:
- Evita estar siempre pegado a él cuando estés en casa. Procura que se quede algún rato solo en otra habitación y si te llama puedes hablarle a distancia.
- Juega con tu hijo al escondite, es una manera de enseñarle que la separación no es definitiva.
- Las separaciones deben ser graduables, primero auséntate cinco minutos mientras dejas al niño con alguien conocido y de confianza, y ves aumentando el tiempo poco a poco hasta que sea capaz de separarse sin problemas.
- Si has de salir no lo hagas a escondidas, sobretodo si ya no es muy pequeño, explícale que volverás enseguida. Cuando el vea que es cierto aprenderá a controlar esas situaciones.
Es lógico que los niños tengan miedo de las personas a las que no conoce. Lo normal es que se vayan familiarizando a medida que pasa el tiempo y que el pequeño comprueba que el extraño es de confianza.
Como actuar:
- No le fuerces nunca a que hable o mantenga contacto cuando no lo desea.
- Déjale el tiempo que necesite para sociabilizarse y estar a gusto con otras personas.
Cuando se hace de noche y es la hora de ir a dormir, con la oscuridad es habitual que la imaginación de los más pequeños se dispare y recobren vida todas aquellas cosas desagradables que han visto durante el día.
Como actuar:
- Durante el día, o al anochecer, acostúmbrale a moverse por la casa sin encender la luz.
- Podéis jugar a cosas relacionadas con la oscuridad: a la gallinita ciega, estar a oscuras y proyectar sombras con una linterna, esconder un juguete (o un regalito) y encontrarlo a oscuras.
- Explícale que durante la noche, o en la oscuridad, las cosas permanecen inalterables.
- Los interruptores con luz son muy recomendables, los tranquiliza y pueden ver en caso de que se despierten de noche. Con el tiempo cuando superan la etapa ellos mismos acaban rechazándolos.
En los cuentos siempre hay buenos y malos, y estos últimos son muy malos: brujas que se comen a los niños, lobos que los engañan y se comen a las abuelitas, madrastras que envenenan y un largo etcétera. Todos estos cuentos tienen un trasfondo didáctico pero los malos pueden causar verdadero miedo a los más pequeños, los cuales a una edad temprana no diferencian entre la realidad y lo imaginario.
Como actuar:
- Explícale que todo es fruto de su imaginación, que no es real.
- Humilla al malo, ríete de él, por ejemplo, si te dice que hay un lobo en el pasillo y le da miedo, tú le puedes responder “como vaya me lo como con patatas” para que lo encuentre divertido y burlón.
- Repasa el tipo de dibujos y programas televisivos que ve, aquellos con contenidos violentos y con monstruos no son nada adecuados para los niños, recuerda que para ellos todo es real.
- Tómate en serio sus miedos, no restes importancia y ayúdale a superarlos apoyándolo y transmitiéndole tu seguridad.
Es menos habitual pero puede suceder que el niño llore y se asuste ante un portazo, un petardazo, una sirena, una moto al pasar…
Como actuar:
- Si se asusta de cualquier ruido, por mínimo que te parezca, llévalo al otorrino para que compruebe que no tenga una hipersensibilidad.
- Avísale, siempre que puedas preverlo, del ruido fuerte que para que esté preparado.
- Si le asustan los petardos y los fuegos artificiales no le fuerces a que los vea. También puedes abrázale, taparle los oídos y dejar que poco a poco el niño compruebe que no sucede nada por lo que asustarse.
- Ofrécele juguetes sonoros que pueda golpear (tambor, pandereta, sonajeros…) para que controle los sonidos y compruebe que por mucho ruido que hagan son inofensivos.
Existen muchos cuentos en el mercado que les pueden ayudar a vencer sus
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