lunes, 26 de mayo de 2014

estimulaciones para el bebe, para su inteligencia



como estimular a mi bebe

Apúntatelo en el calendario: tienes tres años de plazo. Cuando tu hijo sople las velas de su tercer cumpleaños, su cerebro habrá alcanzado muchas de las capacidades mentales que le acompañarán el resto de su vida. Evidentemente, después seguirá aprendiendo (a una velocidad más lenta), pero el potencial estará prácticamente determinado.

Así que aprovecha estos primeros 36 meses, tan especiales, para acariciarle, cantarle, hablarle, escuchar música y leer juntos... De este modo, sin apenas darte cuenta, le estarás preparando para utilizar de forma más efectiva sus capacidades innatas, para aprender más rápidamente, para confiar más en sí mismo, para sentir curiosidad ante lo que le rodea... En definitiva, le estarás ayudando a ser más listo, y también más feliz.


UN CEREBRO EN EVOLUCIÓN


El cerebro de tu pequeño es como una bola de arcilla: moldeable. Esto, que los neurólogos llaman plasticidad, significa que cualquier estímulo externo ayudará a que tu bebé cree sus conexiones neuronales. En otras palabras, tu hijo no nace programado de los pies a la cabeza. “Uno de los descubrimientos más importantes del Proyecto Genoma Humano ha sido poder comprobar que los genes no son inmutables y que nuestro mapa genético evoluciona durante toda la vida debido al impacto que las experiencias juegan en nuestro sistema nervioso”, explica el Dr. Staso.

Ahora bien, al cerebro del niño le ocurre algo parecido a la bola de arcilla, que se va secando con el tiempo hasta que ya no puede moldearse más. De ahí que sea tan importante la estimulación temprana, que irá determinando su desarrollo cognitivo, social y emocional a medida que se haga mayor. Sí, emocional, has leído bien. Porque ser inteligente no consiste sólo en sacar buenas notas, sino en saber empatizar con los sentimientos ajenos y confiar en uno mismo.


Por esta razón no debes plantearte la estimulación de tu pequeño como una clase avanzada para minigenios; no es una carrera para convertir a tu hijo en el próximo Einstein, se trata simplemente de que os divirtáis descubriendo cosas juntos y de que establezcáis una relación afectiva sólida y positiva. Cuando empiece el colegio, no sabrá multiplicar, ni hacer raíces cuadradas ni hablar tres idiomas, pero sus redes emocionales e intelectuales estarán listas para manejar de la mejor forma toda la información que va a viajar por ellas durante el resto de su vida.


A partir del año de vida la capacidad de recordar evoluciona de manera imparable. Existen algunas técnicas, como la repetición, que ayudan al bebé a ejercitar los diferentes tipos de memoria.
Ciertas funciones mentales, como la memoria, tienen una aparición más temprana y más viva de lo que solemos suponer. En realidad, los niños tienen recuerdos ya antes de cumplir un año. Para entenderlo, hay que distinguir diferentes tipos de memoria.

Memoria de reconocimiento

Los bebés reconocen rostros, y también objetos y situaciones. Por eso hacia el octavo mes surge el temor a las personas extrañas, a las que no reconocen. Se trata de la llamada "memoria de reconocimiento", que consiste en reconocer cosas que ya se han visto antes.

Memoria de evocación

Supone un paso más y aparece más tarde. Consiste en ser capaz de recordar cosas que están totalmente ausentes.
A los diez meses un bebé ya puede encontrar un objeto escondido segundos antes.
Es después de cumplir un año cuando el niño puede encontrar cosas que no ha visto desde hace un buen rato, incluso días.
Y sobre todo la aparición del lenguaje hace posible que, al nombrarlas, puedan evocarse cosas que no están a la vista. Se está consolidando la capacidad de simbolización, que es característica del ser humano y hace posible nuestro desarrollo intelectual y cultural.

¿Cómo fomentar la memoria de evocación?

Entre el primer y el segundo cumpleaños la memoria progresa veloz.
Se sabe que la memoria que los niños desarrollan en esta edad tan temprana muestra una relación con sus niveles de inteligencia y lenguaje a edades algo mayores.
Si practicamos con el niño (sin llegar a agobiarle) juegos y situaciones que la fomenten, le estamos proporcionando una valiosa estimulación que no recibirá en cambio si se lo damos todo hecho y no le permitimos ejercitar su mente.
Algunos ejemplos:


Podemos esconder un juguete atractivo debajo de un cojín o sofá y pedir al niño que empiece a buscarlo cuando suene la campana. En los pocos minutos que transcurran hasta que la encuentre, intenta distraer al niño con juegos y conversaciones. Comprobaremos cómo el niño interrumpe el juego o la charla cada poco para hablar del juguete y señalar donde está escondido. Es su estrategia para recordar y no olvidarse.
Pongamos tres objetos en el suelo y cubramos cada uno con un paño. Preguntemos al niño qué hay debajo de cada trapo antes de levantarlo. Si aún habla poco, nombrémosle nosotros el objeto que debe buscar y comprobemos si acierto.

Memoria de imitación

A los nueve meses un bebé puede imitar acciones adultas nada más presenciarlas, como pulsar un botón para que suene un timbre.
A partir del primer cumpleaños los niños pueden imitar las acciones que han visto incluso después de pasados varios días. Estas actividades de imitación tienen que ver con la memoria y a la vez son los primeros juegos de tipo simbólico, es decir, juegos en los que se simulan actividades. Y tanto el lenguaje como el juego están muy relacionados con la capacidad de evocar: la memoria

Memoria autobiográfica

En torno al segundo cumpleaños los niños empiezan a usar la palabra "yo", se sitúan a sí mismos en los hechos que recuerdan y crean narraciones que son trozos de su propia vida.
¿Cómo fomentarla?

Es un buen momento para hablar con nuestro hijo sobre las cosas que le pasan cada día. Así fortalecemos la noción de que es una persona única con unas experiencias únicas.
También podemos hablarle de las cosas que le pertenecen pero no están presentes o incluso pueden estar lejos, como los familiares. «¿Te acuerdas cuando estuvimos en casa de los abuelos? Era Navidad. ¿Qué hicimos?». Puede que el niño recuerde, o puede que no; quizás responda, o quizás no. En cualquier caso, sin presionarle pero sin renunciar a mantener estas conversaciones, estamos estimulando su capacidad de recordar y de tener recuerdos propios e importantes.
Las fotos y los vídeos de los parientes son muy útiles en estas charlas, y alimentan la memoria visual.
También estimulamos la memoria auditiva si ponemos al niño al teléfono cuando hablamos con los familiares. Mostrarle al mismo tiempo sus fotos le ayudará a saber con quién está hablando.
Si el niño recibe regalos de esas personas, será bueno que, cuando juegue con ellos, le recordemos quién se los ha regalado.

Recuerdos permanentes


Cuando crezcan, los niños no tendrán recuerdos de estos primeros años. Los recuerdos conscientes más antiguos que conservamos los adultos no son anteriores a los tres años de edad.
Pero hay pruebas de que se guardan recuerdos inconscientes. Por ejemplo, en un niño mayor se pueden detectar reacciones fisiológicas (dilatación de pupila, etc.) si ve fotos de sus compañeros de guardería, aunque no los reconozca.

Las rutinas les ayudan a estimular su memoria

Hay una manifestación de la memoria de los niños que es muy útil para los padres, y es la facilidad para establecer con ellos hábitos y rutinas.
Los niños se sienten más cómodos si saben lo que viene a continuación. Usar los mismos rituales para acostarlos, levantarlos, bañarlos, etc., hace que el mundo sea más previsible, ordenado y sencillo para el niño.
Si jugamos a sus juegos favoritos una y otra vez (les encanta la repetición) y les cantamos y contamos a menudo las mismas canciones y pequeñas historias, estaremos ayudándoles a desarrollar su memoria.“Empeñarnos en enseñar al niño a leer o a contar demasiado pronto es contraproducente. Los niños pequeños deben estar expuestos a otro tipo de estimulación más formativa, que consiste en ayudarles a entender lo que les rodea, de qué modo funcionan los objetos de uso cotidiano o las relaciones causa-efecto, sin necesidad de utilizar complicados sistemas educacionales”, nos cuenta el neuropsicólogo.

estimulación de 0 a 3 meses





la música el algo muy importante




Beneficios de la música en el bebé

En el primer año del bebé, los sonidos y la música tienen un papel muy importante en la evolución intelectual y emocional del pequeño.

En el primer año del bebé, los sonidos y la música tienen un papel muy importante en la evolución intelectual y emocional del pequeño.
Todas las experiencias del bebé, como ver la sonrisa de su madre o escuchar una charla entre sus padres, fortalece y forja la unión entre grupos de células que inducen a la positividad. Aquellas partes del cerebro que no son usadas, tienden a atrofiarse. Por esta razón, las primeras experiencias de un niño pueden ayudar a determinar cómo será cuando crezca. Algunos investigadores creen que el aprendizaje con música podría ser una de las experiencias que actúan de manera favorable para que estas conexiones del cerebro se realicen.

La mejor música para un bebé es el sonido que emite su mamá, pues es el que ha estado escuchando durante nueve meses, los del embarazo. Dado que la música es vibración, debemos procurar, por ejemplo:
• Si el bebé esta nervioso, se debe procurar poner música tranquila.
• Si esta sereno, además de la música tranquila, puede escuchar música vigorosa, animada.
La madre ha de estar atenta a que tipo de música resulta más agradable al bebé.

• Para los niños, será toda una aventura, pues la música está en todas partes. No obstante, es bueno que, para su buen desarrollo emocional e intelectual, escuche música clásica, desde la música del renacimiento, pasando por el barroco, clásico, jazz, etc.
• Cuando los niños van a la guardería, cantan con otros niños. En este sentido, es bueno buscar y cantar canciones que puedan compartir, no sólo fuera de casa sino con la familia. Por ejemplo, son ideales las canciones rítmicas que repiten estribillos y que se pueden acompañar de gesticulación.
• Durante el embarazo, es bueno que la mamá hable y cante mucho a su futuro hijo, además de buscar momentos que madre e hijo puedan compartir, como escuchar música, pasear, contemplar un paisaje, etc. 
• Es importante vigilar el volumen de la música: hay que procurar que el volumen esté bajo al principio y subirlo poco a poco. Lo mismo ocurre cuando apagamos; debemos hacerlo con suavidad y sin brusquedades, para evitar un desequilibrio ambienta Ya durante el embarazo, la música tiene numerosos beneficios para el desarrollo del niño y el bienestar de la madre.

La música estimula la frecuencia cardíaca en el feto y la producción de endorfinas en la madre.
La música es el lenguaje de los recién nacidos. El lenguaje musical ayuda a estimular al oído del niño

canturrear y hacer escuchar música a los niños, aunque sean muy pequeños, les permite estimular sus ganas de expresarse y de hacerse entender.

Según algunos estudiosos, los métodos utilizados por el cerebro de los  ñiños para aprender a hablar, se basan en un examen estadístico del lenguaje y de su ritmo.

La comprensión de las palabras por parte de los pequeños se produce gracias a la receptividad  de los sonidos y se basa en su frecuencia, es decir, de acuerdo con las características propias de la música.

A través de las vocalizaciones que imitan a los sonidos musicales, los bebés expresan el lenguaje de forma intuitiva y espontánea, creando una forma de comunicación que parece facilitar el aprendizaje y mejorar el vocabulario.

De esta hipótesis, nace la teoría del aprendizaje del investigador norteamericano Edwin E. Gordon, que está dedicada a la primera infancia (de 0 a 36 meses).

Es más, algunos estudios afirman que la música de Mozart o beethoveen  tiene cierta influencia en el comportamiento de los bebes, fomentando su desarrollo intelectual y creativo. Es lo que se conoce como el efecto Mozart.

Son tantos los beneficios de la música que algunas mamas deciden dar a luz con musica. Una forma muy agradable de vivir el nacimiento de sus bebés.





¿Qué determina la inteligencia de tu bebé? ¿Qué puedes hacer para estimularla ?o hacerla crecer? ?¿Debes comenzar antes o enseguida de que nace?

Durante generaciones se ha pensado que los bebés inteligentes nacían de padres inteligentes; hoy sabemos que no es así. El recién nacido llega al mundo con 100 mil millones de neuronas, con independencia de que sus progenitores hayan ganado el premio Nobel o no. ?Y estas neuronas debes y tienes que estimularlas antes de que nazca y cuando nace, hasta los tres años.

A partir del quinto mes de embarazo

Antes de que tu hijo nazca, el oído es el único sentido sobre el que puedes estimularlo para que, desde ahí, comience a aprender. El feto escucha en el cuarto o quinto mes. «A través de la voz... se fortalece y nutre enormemente la relación madre e hijo, a la par que se ayuda al desarrollo de las ondas cerebrales y el sistema nervioso conjunto del bebé». (Anson & Donaldson, 1973: Gerber, 1977).

A partir de ahí, tienes la maravillosa oportunidad de hacer lo siguiente:

1. HABLARLE. Lo mejor que oye es tu voz. Esta viaja, en forma de vibraciones, a través de los huesos de la pelvis, que funciona como una verdadera bóveda. Escuchar lo que dices y cómo lo dices, crea impulsos eléctricos que conectan más y más neuronas.

2. PONERLE MÚSICA. Científicos de la Universidad de California, desde hace muchos años, estudian cómo reacciona un feto cuando la madre escucha música, y entre otras virtudes apuntan que la música crea racimos de conexiones neuronales que dan paso a una inteligencia más veloz una vez que nace.

Padres e hijos te aconseja... Ponle ritmos variados. Si cantas y bailas al mismo tiempo, el logro se refuerza: estimulas a la vez varios circuitos cerebrales (lenguaje, música, movimiento). La música desarrolla la creatividad.

3. TOCARLO A TRAVÉS DE TU VIENTRE. Es fundamental. Está demostrado que al hacerlo transmites vibraciones que van a su cerebro. Cuando sientas alguna patadita, presiona levemente con tus dedos sobre esa zona y te responderá con otro movimiento. Sabrás que el estímulo está haciendo su trabajo de fortalecimiento cerebral.

CONECTA SU INTELIGENCIA

Olvida aquella creencia de que los bebés «in útero» son seres inexpresivos. Se ha comprobado que al alumbrar el vientre materno, los futuros bebés se tapan sus ojitos, pues la luz les molesta. Basándose en estudios realizados por el Centro Internacional Tomatis de París, Centeno afirma que hablarle, cantarle, ponerle música o tocarlo por encima del vientre, potencia las capacidades de aprendizaje del bebé al nacer: «Por ejemplo, si un bebé al año y medio de edad es capaz de señalar cinco partes de su cuerpo, un bebé estimulado las nombra a los 7 meses».

Cuando llega el bebe

SU CEREBRITO

Cuando un bebé nace, su cerebro es una jungla de neuronas esperando a ser entrelazadas en el telar de su mente. Algunas ya han sido conectadas por los genes y ordenan respirar, controlar el ritmo cardiaco, regular la temperatura y establecer reflejos. Pero trillones de trillones esperan ser amarradas para formar circuitos de inteligencia lo cuales se crean a través de la repetición y la experiencia.

ENSEGUIDA QUE NACE

La leche materna contiene altas concentraciones de nutrientes, enzimas y factores inmunológicos que maximizan su cerebro. Sé partidaria de alimentar con el seno materno a tu hijo; en el primer año verás un mejor desarrollo psicomotor, social e intelectual. De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, los niños amamantados obtienen mayores puntuaciones en los tests cognitivos y de coeficiente intelectual en la etapa escolar.

Padres e hijos te aconseja... Comunícate todo el tiempo con él: acércate, háblale, acarícialo, cántale... Todo este cúmulo de palabras y caricias, sus sentidos lo absorberán y lo conducirán a su cerebrito, el cual se verá fortalecido. Está comprobado que la falta de amor o de contacto físico que no se tenga con el pequeño, provocan que las áreas del cerebro encargadas de las emociones y los sentimientos no se activen y que su cerebro no se desarrolle de manera adecuada. Por eso, si es cierto que el potencial de inteligencia del bebé viene en sus genes, el cómo y hasta dónde se desarrolla dependerán también del ambiente en el que crezca durante sus primeros años de vida y de la experiencia emocional que tenga con sus padres.

Hasta los tres años

Unos dicen que hasta los seis, pero numerosos estudios, como el de Anson & Donaldson , aseguran que los tres, son los años en que más activo está su cerebro y por añadidura conecta más circuitos. En su tercer cumpleaños, el cerebro de tu hijo habrá alcanzado muchas capacidades mentales que le acompañarán el resto de su vida. Por supuesto, después seguirá aprendiendo, aunque de manera lenta, pero el potencial estará prácticamente determinado. Es necesario que durante este tiempo hagas repetidamente lo siguiente:


1. Llénalo de palabras dulces. Cuando el bebé escucha repetidamente ma-má, su cerebro procesa...y empieza a cambiar los sonidos por palabras. Así, cuantas más escuche, antes empezará a hablar. Hay una correlación entre el número de palabras que oye y su grado de inteligencia verbal, asegura la neuróloga Elise Eliot, de la Escuela de Medicina de Chicago. También enfatiza que al peque hay que presentarle alternativas. Por ejemplo, cuando quiere saber el nombre de un objeto que llamó su atención (un tenedor), es mejor alentarlo a que lo descubra haciéndole una pregunta que combine una palabra que él ya conoce con la nueva: «¿Qué será esto, un zapato o un tenedor?». Recuerda que su cerebro está dividido en dos hemisferios: el derecho y el izquierdo. Este último se encarga de las funciones que tienen que ver con el razonamiento y el lenguaje; desde él se controla el reconocimiento de las letras y las palabras, tanto habladas como escritas. Así que al hablarle fomentarás su lenguaje.

Hazlo. Háblale de temas simples. Y si ves que está tratando de comunicarse, dile, por ejemplo, «Ah, quieres tu botella». Y establece pausas para que tu bebé «responda». Si hablas y te comunicas con él, incrementarás su lenguaje y sus habilidades de pensamiento y juicio.

Padres e hijos te aconseja... Que tus dedos hagan «la plática» usando el lenguaje de signos: poco, mucho, adiós, grande, chico, dormir, comer. De acuerdo con científicos de la Universidad de California, los bebés que aprendieron 20 signos, hablaron antes y eran más inteligentes que los que no lo hicieron.

2. paséalo. Por cotidiana que parezca, la imagen de la mamá paseando al bebé en su carriola tiene una razón de ser. Años de investigación demuestran que el contacto con la naturaleza ayuda a que el niño crezca sano e inteligente.

Padres e hijos te aconseja... Móntalo en su cochecito y llévatelo al parque. Al tiempo que ve, platícale de qué se trata, con ello fomentarás:

Su visión: esta va absorbiendo colores y paisajes, y estos dentro de su cerebro crean impulsos eléctricos justamente en el área cognitiva.

El oído: recibe distintas frecuencias vibratorias que viajan por todo ese corredor neuronal hasta estimular ambos hemisferios cerebrales.

El hemisferio derecho de su cerebro coordina todo lo relacionado con la percepción visual y espacial, las sensaciones y las emociones. Por tal, al llevarlo de paseo le estarás estimulando correctamente esa área.

3. Léele. Un niño de ocho meses de edad ya reconoce la secuencia de las palabras de un cuento cuando le es leído un par de veces seguidas. «Leer historias juntos creará un lazo con el bebé y le ayudará a aprender. Conocerá los principios de la literatura ?que hay letras y palabras, que se lee de la izquierda a la derecha? y los dibujos le ayudarán a ver cosas que de otra manera nunca conocería como barcos o animales salvajes», añade la maestra Schaffer.

Padres e hijos te aconseja... Cuando termines un cuento, ten paciencia de volverlo a leer, cada vez que lo haces el bebé ejercita su memoria y es un placer para él cuando puede predecir lo que aparecerá en la siguiente página.

4. Que escuche música. Con la música suave, se estimulan impulsos eléctricos en el cerebro del bebé, y con ello se potencia su memoria, aumenta su coordinación, creatividad, concentración y habilidad matemática; desarrolla el razonamiento y enriquece sus emociones. Gordon Shaw, de la Universidad de California, dijo que con la música clásica, los bebés se estimulan, ejercitan neuronas corticales y fortalecen los circuitos usados para las matemáticas. La música estimula los patrones cerebrales inherentes y refuerza las tareas de razonamiento complejo.

Padres e hijos te aconseja... Ponle música suave: clásica, de la naturaleza o canciones de cuna. Además, baila con él. Con el balanceo, se crean nuevas conexiones y circuitos neuronales y por ende ayudas a que tu pequeño desarrolle su cerebro de manera sorprendente.

Aprovecha esta valiosa etapa

Aunque parece que los peques sólo comen y duermen, tienen numerosas capacidades que debes fomentar. Cada juego, canción de cuna, caricia, masaje, plática, lo llevará a construir un camino neuronal, formando la red que algún día posibilitará la creación de una obra de arte. No te arrepentirás.

MOLDEABLE


El cerebro de tu pequeño es como una bola de arcilla: moldeable. Esto, que los neurólogos llaman plasticidad, significa que cualquier estímulo externo ayudará a que tu bebé cree sus conexiones neuronales. Ahora bien, al cerebro del niño le ocurre algo parecido a la bola de arcilla, que se va secando con el tiempo hasta que ya no puede moldearse más. De ahí que sea tan importante la estimulación temprana, que irá determinando su desarrollo cognitivo, social y emocional a medida que se haga mayor. Optimiza su inteligencia desde ?que nazca hasta los tres años.

Inteligente de verdad

Según números de la Universidad de California, quien lleva un sondeo y registro, acerca de su trabajo, de 10 pequeños que fueron estimulados adecuadamente, los 10 hoy día están muy por encima del coeficiente intelectual (CI) promedio.

¿Sabías qué...?

El vientre materno es un aula donde se aprende mucho más de lo que imaginas.

5 juegos divertidos y estimulantes


El bebé tiene pocos meses, pero ya sabe hacer muchas cosas. Veamos cómo ayudarle a desarrollar sus capacidades a través de agradables pasatiempos.

Favorecer el desarrollo psicofisico del bebe desde muy pequeñito a través de la estimulaciónes importante para su crecimiento. Una de las cosas que puedes hacer para estimular el desarrollo del bebe es jugar con él y hacer que se divierta.reirse y pasar un ratico alegre y agradable con su mamá le aporta bienestar, confianza y, como no, diversión asegurada. Busca un lugar tranquilo y con luz, un momento que puedas dedicar a tu pequeño en exclusiva y... ¡A divertirse siguiendo estos pasos!



1. BAILAR MUY APRETADOS
La música es muy beneficiosa, porque le ayuda a relajarse y afina sus facultades perceptivas. Por lo tanto, enciende el equipo de música e improvisa un baile lento. Coge al pequeño, pásale un brazo por la espalda y, con la mano izquierda, apoya dulcemente su cabeza en tu pecho. A continuación, mécele suavemente dando pasos cortos y siguiendo el ritmo de la música, primero, hacia delante y hacia atrás, y, luego, de derecha a izquierda y a la inversa, procurando adaptar tu respiración a la suya. Tu olor, los latidos de tu corazón y tus movimientos le fascinarán.


2. ACÚNALE CON UN BALANCEO
Siéntate en el suelo con las piernas cruzadas. Coloca al niño sobre tus piernas, sosteniéndole el cuello con una mano y el culito con la otra. Baja la pierna derecha y, después, vuelve a subirla. Repite el movimiento con la otra pierna, y así sucesivamente. Le ayudarás a desarrollar el equilibrio.
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3. MUÉSTRALE UN ESPEJO
Colócate de espaldas a una ventana y siéntale sobre tus rodillas, apoyando su cabeza en tu brazo izquierdo. Permaneciendo de perfil a la ventana, haz incidir la luz en un espejo y dirígela hacia su cara.
Si desplazas el espejo de un lado a otro, verás que sigue tus movimientos con la mirada. Este ejercicio resulta muy útil para reforzar los músculos oculares del pequeño.










4. HAZLE MUECAS
Enséñale la lengua, frunce las cejas, sonríele, abre y cierra la boca… Verás que el pequeño intenta imitarte. De este modo, el niño, además de divertirse, aprende a repetir tu mímica facial. Esta capacidad le servirá para interpretar poco a poco tus emociones.











5. ¡A LEVANTAR LA CABEZA!
Tiéndele boca abajo, enrolla una toalla y pásala por debajo de sus axilas, para que sirva de apoyo. Agita por encima de su cabeza un juguete sonoro o luminoso. Observarás que mantiene la cabeza y el busto levantados. Este ejercicio le ayuda a desarrollar los músculos del cuello y a sostener bien la nuca.









A través del juego, el niño conoce el mundo que le rodea. Es fundamental que aprendamos a jugar con el pequeño y que sepamos cómo deben ser sus juguetes.
Las fiestas navideñas se acercan y, en todas las casas donde viven niños, los papás ya están empezando a valorar los juguetes que el pequeño recibirá en Navidad o el día de Reyes. Te decimos cómo elegir los juguetes más adecuados y seguros para el niño, y te explicamos la importancia del juego en el desarrollo del niño.
¿Qué se entiende por juego?
Muchos estudiosos han intentado definir el juego, que el psicoanálisis considera que es innato y que forma parte del bagaje instintivo del hombre. El niño juega siguiendo un impulso interior; no pretende perseguir una meta, sino sólo obtener beneficios de lo que hace. Por tanto, el juego puede considerarse “un comportamiento que no tiene otra finalidad que no sea el placer, que el niño tiende a interrumpir espontáneamente sólo empujado por alguna necesidad primaria, como el hambre, la sed, el cansancio o las ganas de que le mimen”.
¿Los niños que juegan mucho son más inteligentes?
Jugar es la mejor gimnasia para el intelecto, tal y como han evidenciado estudios realizados en Estados Unidos. En concreto, según un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois, el juego favorece las sinapsis, que son las conexiones que se producen entre las neuronas. También parece que el volumen del cerebro de los niños a los que no se les ha dado la posibilidad de jugar es inferior respecto al normal.
¿Cómo se sabe si un juguete es seguro?
Un juguete seguro no debe tener aristas, sino sólo salientes redondeados. Debe estar realizado con materiales resistentes a los golpes, indeformables, lavables, no inflamables y atóxicos. Si está destinado a niños menores de tres años, debe tener un tamaño que impida ser ingerido y que no se pueda desmontar en pequeñas partes. Los juguetes deben controlarse regularmente, pues, si se dañan, pueden perder sus requisitos de seguridad. Las siglas CE garantizan que el juguete ha cumplido las normas de seguridad que impone la Comunidad Europea.
Qué edad tiene tu pequeño? Descubre qué tipo de juguetes son los ideales según la etapa del juego a la que se encuentra. 
La observación del comportamiento espontáneo del niño desde su nacimiento hasta los tres años de edad, período de cambios profundos en su estado físico y psicológico, ha permitido diferenciar diferentes etapas para estimular el desarrollo del bebé teniendo en cuenta sus necesidades psicomotoras, emotivas y sociales. Esta diferenciación por etapas responde a las fases de desarrollo del niño según las necesidades y estímulos que favorecen sus capacidades. 
Primeros descubrimientos (0-3 meses): Etapa de estímulos. Los juguetes ideales son los móviles de cuna, los carrillones con música y los objetos ligeros y fáciles de coger.
Actividades y juegos (2-9 meses): El bebé experimenta emociones. Los juguetes deben ser musicales y los cuentos deben tener ilustraciones y sonidos repetitivos.
Aprendizaje (9-12 meses): Etapa del desarrollo motor. A esta edad, resultan esenciales los juguetes en los que el niño pueda montar o subir, así como los que sirvan para construir o destruir.
Exploración y movimiento (12-24 meses): Etapa de exploración. Es un periodo ideal para introducir los juguetes bilingües, así como cuento con ilustraciones para que ellos mismos pasen las páginas.
Hacerse grande (24 meses): Etapa de sociabilización. A partir de esta fase, el niño necesita juguetes que le permitan inventar personajes y actividades. 


La natación para bebés no sólo supone una experiencia agradable para el pequeño, sino que también ejerce efectos positivos en el desarrollo psicofísico del pequeño.
La natación para bebés, también llamada matronatación, es un excelente ejercicio que favorece el desarrollo psicofísico del pequeño, además de estimular sus capacidades y reforzar el vínculo del bebé con su mamá o su papá.
• Con las actividades acuáticas, el corazón y los pulmones se refuerzan, porque el niño aprende a respirar correctamente. De hecho, en la vida diaria, sólo utilizamos una tercera parte de nuestra capacidad pulmonar.
En el agua, por el contrario, activamos la respiración abdominal, es decir, aquélla que hincha el abdomen y pone en movimiento el diafragma, músculo que transmite el ritmo adecuado a los pulmones.
• Como el niño ha de vencer la resistencia del agua, cada movimiento efectuado le permite desarrollar una mayor fuerza.
• En la piscina, también mejora la coordinación, ya que la ausencia de gravedad permite desarrollar cualquier ejercicio o juego con mayor agilidad. Todos los músculos se activan armoniosamente
• Ni las articulaciones ni el esqueleto se ven sometidos al estrés producido por pesos que el niño no está en condiciones de soportar.
• La acción producida por el agua en la piel estimula y activa la circulación, porque contrae y dilata los vasos sanguíneos a un ritmo correcto, de manera que también las terminaciones neuromusculares encuentran el tono adecuado.


La natación p​ara bebés o matronatación es una actividad que favorece la estimulación de los bebés. La actividad en el agua estimula el desarrollo de la motricidad del bebé y fortalece la relación con los padres. La natación para bebés o matronatación es una actividad que favorece la estimulación de los bebés. Es muy beneficiosa para desarrollar la motricidad del niño. La natación para bebés debe iniciarse a partir de los seis meses de edad, cuando el sistema inmunológico del bebé se encuentra más desarrollado.
- Es muy beneficiosa para desarrollar la motricidad del niño y debe iniciarse a partir de los seis meses de edad, cuando el sistema inmunológico del bebé se encuentra más desarrollado.
- Lo ideal en una clase de matronatación es que sean los papás quienes se bañen con el pequeño. De esta manera, la actividad ayuda a fortalecer la relación con los padres.
- Es muy importante que en la piscina en la que se desarrolle la actividad haya juguetes de colores vistosos, que llamen la atención al bebé. A continuación os ofrecemos un vídeo en el que podréis ver algunos de los ejercicios a realizar. ¿Queréis observar cómo Iñaki Méndez, profesor de Baby Gim y la pequeña Maya, se dan un particular chapuzón?​​​​La actividad en el agua para bebés y la natación infantil tienen numerosos beneficios para los niños: además de ser divertida, refuerza su desarrollo psicofísico y la relación con los papás.
Mientras flotan en el agua, los niños se dejan llevar por los juegos, ayudados por la falta de gravedad, que les hace sentirse más ligeros y libres. Mediante la participación de los padres, el niño toma confianza con el agua y se arriesga, primero; para aprender a nadar más adelante.
Además, con las actividades en el agua, el bebé refuerza sus vínculos de confianza con su progenitor. En el agua, se establece un contacto piel con piel al que no solemos estar acostumbrados y se crea una sintonía de miradas. Como en el ritual del baño del pequeño, mientras juega, padres e hijos afianzan un vínculo íntimo y especial.
La natación infantil no sólo supone una experiencia agradable, sino que también ejerce efectos positivos en todo el cuerpo del pequeño y su desarrollo psicomotriz. El corazón y los pulmones se refuerzan, porque el niño aprende a respirar correctamente. Además, las actividades acuáticas le ayudan a fortalecerse y a mejorar la coordinación.
A la piscina, a partir de los tres meses:
• La piscina recuerda a los pequeños el útero materno, por lo que no suelen tener dificultades para adaptarse a las actividades acuáticas.
• Además, los bebés siguen manteniendo la capacidad de permanecer sumergidos sin inspirar ni espirar, por lo que el bebé puede iniciarse en la natación a partir de los tres meses. A partir del primer año de vida, esta habilidad innata dejará de ser automática y deberá ser aprendida.
• Al sumergirse en el agua, el niño recuerda las agradables sensaciones vividas dentro del cuerpo de su madre. Sin embargo, hay que tener cuidado. Y, aunque el niño flote, siempre debe tener a su lado al monitor, a la mamá o al papá. La mayoría de los bebés se sienten cómodos en el agua, pero los miedos pueden aparecer. Algunos trucos ayudarán a que las actividades en el agua sean todo un placer para el pequeño.
• Para el niño, el agua debe suponer un juego. Por lo tanto, si le da miedo entrar en la piscina, lo más acertado es que permanezca fuera jugando hasta que manifieste un verdadero deseo de sumergirse.
• Cuando está inquieto, hay que procurar averiguar la causa. Si llora porque no quiere estar tendido en la colchoneta, se puede probar a cambiarle de posición. Si se siente molesto porque alguien le ha salpicado, seguramente, bastará una sonrisa o un abrazo para consolarle.
• Cuando deje de mostrar interés y parezca cansado, habrá que poner fin a la sesión.
• En casa, también se puede ayudar al niño a familiarizarse con el agua. El momento de bañarle puede ofrecer una ocasión ideal para jugar y para acostumbrarle a moverse en el agua con entera libertad y a chapotear.
Por ejemplo, podemos sumergirle boca abajo en la bañera, sosteniéndole firmemente, de manera que su busto quede por encima del agua. Esto le permitirá familiarizarse con el agua y con los juegos.

masaje craneal y facial

El cráneo facial es uno de los masajes en los que tendremos que poner mayor atención, debido a que se trata de una zona muy frágil de su cuerpo. Te lo explicamos, paso a paso.
El masaje cráneo facial es un tipo de masaje que ayuda a relajar el sistema nervioso de la zona del cráneo y la cara. Al realizarlo, notarás que tu bebé se relaja y se tranquiliza. Será un momento muy agradable para ambos.
Sin embargo, para realizarlo correctamente, hay que tener en cuenta una serie de precauciones. 
- Es necesario poner un cuidado especial a la hora de poner nuestras manos en la carita del bebé. - Hay que evitar, en todo momento, taparle los ojos, para no bloquearle su campo de visión. 
- Cuando presionemos cerca de su boca, tendremos en cuenta que tiene el reflejo de succión y éste hace que involuntariamente gire hacia el lado de la presión, abra la boca y comience a succionar.
- Evitaremos, también, realizar presión directa en las suturas del cráneo, comunmente llamadas fontanelas.


Pulgares hacia fuera, en la frente

Colocamos ambos pulgares en el centro de la frente del bebé y los deslizamos hacia afuera, tres veces.








Presiones en la frente
Imaginamos que el ancho de la frente se divide en cuatro líneas y presionemos estas líneas imaginarias con la yema de los dedos pulgares.








Pellizcos en la cejas


Con nuestra mano en forma de pinza, entre el pulgar y el índice, hacemos pequeños y suaves pellizcos en las cejas del centro hacia los lados. Tres veces.









Presión de pómulos a mandíbulas
En los pómulos, presionaremos por debajo de los ojos, tres veces.










En las aletas de la nariz, presionamos tres veces.





 

En el labio superior, volvemos a presionar tres veces.


La evolución del lenguaje de los niños es un proceso muy importante en el que los padres podemos participar. Te proponemos algunos trucos para facilitar y estimular el aprendizaje de tu hijo.







Cerca de los tres o cuatro meses, el bebé empieza un balbuceo que coincide con su primera gran sonrisa. Entre los seis y ocho meses el niño imita lo que oye y reproduce monosílabos, pero todavía no dice palabras. Con un año, los niños comienzan a decir sus primeras palabras.

Cada niño progresa de forma diferente y nosotros tenemos que ayudarles en su aprendizaje.

Trucos para estimular al niño a aprender a hablar



Háblale despacio y de modo expresivo, mirándole con cariño a la cara. Con las diferentes inflexiones de la voz le transmitimos información sobre el mundo y nuestros sentimientos hacia él.

Utiliza una palabra familiar en diferentes oraciones. Es una buena técnica para ayudarle a asociar objetos con sus nombres.

Señala la identidad de quien posee los objetos. Además de enseñarle a nombrar cosas, personas o situaciones, debe aprender poco a poco a relacionar esas entidades entre sí. Así su lenguaje abarcará más conceptos.

Pon música de ritmo marcado y estribillos repetitivos y canta con él. Es un gran juego, igual que leerle cuentos sencillos y dejar que él termine algunas palabras.

Haz partícipe a tu hijo de las conversaciones de la familia. Es importante hablarle aunque no entienda todo lo que está sucediendo. Los niños saben mucho más de lo que los adultos creemos, comprenden las cosas antes de que sepan decirlas. Mucha gente no sabe que algunos de los posibles retrasos en el lenguaje de los niños pequeños tienen que ver con una situación de exclusión en las conversaciones.

Juega a esconder y encontrar objetos.

Aunque suene gracioso oír al niño hablar con su lengua de trapo, no le respondas de manera infantil. Con eso sólo lograrás que tarde bastante en darse cuenta de su error. Cuando diga una palabra mal debes enseñarle la forma en que se dice correctamente. Sólo así irá aprendiendo.


Ejercicios de estimulación y psicomotricidad para los bebés

¿Cómo estimular la psicomotricidad de los bebés?

Cada niño lleva su ritmo de aprendizaje y debemos respetarlo, pero podemos ayudarle a desarrollar ciertas habilidades. Estos ejercicios deben realizarse trabajando ambas partes del cuerpo por igual. Todos los ejercicios deben hacerse con mucho cuidado, sin forzar al bebé y eligiendo con cuidado el momento en el que el bebé esté más descansado o dispuesto para prestar atención.
Ideas de ejercicios de estimulación y psicomotricidad para el bebé


Bebés de 2

a 4 meses 1. Fortalecer el tronco. Coloca al bebé boca abajo en una pelota grande (de Pilates o una pelota de playa hinchada) y la balancearemos a los lados para que fortalezca el tronco.

2. Mantener el equilibrio. Boca abajo pondremos un rodillo debajo de su pecho y le sujetaremos de las piernas hacia delante, y hacia detrás como jugando a la carretilla. Podremos colocar un juguetedelante para que quiera cogerlo.

3. Fortalecer el cuello. Colocaremos al bebé sobre una cuña boca abajo y mientras juega con algún juguete le pasaremos la mano por la espalda, ya que los estímulos en la espalda les hacenlevantar la cabeza. Aprovecharemos el juguete que tenga para llevárselo de lado a lado para que se sujete con las manos en la cuña y pueda levantar más la cabeza para seguir el juguete, intentará cogerlo con una mano sosteniéndose con la otra. Repetir el ejercicio con el otro lado del cuerpo.

Bebés de 3 meses1. Ejercicios de rodado. Tumbaremos al bebé boca arriba y levantaremos el brazo sobre el que se va a girar, después de haberlo practicado varias veces con un juguete podremos estimularle para que sea él solito quien voltee para coger el juguete.


Bebés de 4 meses1. Fortalecer la espalda. Sobre una cuña boca arriba le sujetaremos de las manos y le ayudaremos a sentarse, dejando que el bebé haga fuerza para subir. Comprobaremos que sujete bien la cabeza al levantarse, cuando le cueste menos lo haremos sin cuña, directamente tumbado en una superficie plana. Para qué coja fuerza en las manos podemos darle un aro para que lo coja y nosotros moveremos el aro para levantarle (sujetándole de sus manitas).


2. Aprender a sentarse. Este ejercicio consiste en sostener el brazo sobre el que se va a inclinar un poco doblado y ayudarle a sentarse apoyando el codo en el suelo y voltearle un poco hasta sentarle.

Bebés de 6 meses1. Favorecer el arrastre. Colocarmos un juguete cercano al bebé y le impulsaremos un poco empujándole de las nalgas para que se acerque a cogerlo.

Bebés de 7 meses1. Estimular el gateo. Estableceremos un patrón cruzado entre dos personas (una delante y otra detrás) y haremos el movimiento de gateo, siempre moviendo el brazo y la pierna contraria como si gateáramos.

Bebés de más de 7 meses1. Reforzar el gateo. Cuando ya gateen, podemos jugar con túneles (si no tenemos un túnel lo podemos hacer con sillas o sabanas) a pasar por dentro y empezar a poner obstáculos como juguetes o almohadones.


Bebés de más de 9 meses1. Ejercicios de marcha. Podemos usar una hilera de sillas para que se apoye, un banco o un mueble bajito para que se sostenga, también puede sostenerse en una pared para dar sus primeros pasos.


2. Ejercicios para caminar. Podemos coger una sábana y pasarla por su pecho para favorecer la marcha.

Bebés de más de 12 meses1. Camina en equilibrio. Cuando ya anden solos podemos hacer circuitos para que anden esquivando juguetes o almohadones.
Cómo estimular a un bebé
Los estímulos y las actividades adecuados a la edad y a la capacidad de cada niño

La estimulación temprana o atención temprana infantil se basa, sobre todo en la repetición, a la que los expertos denominan unidades de información o bits. Del mismo modo que aprendemos a decir mamá o papá, repitiendo lo que nos dicen una y otra vez, podemos también aprender a leer, lograr un pensamiento matemático, e incluso desarrollar aspectos sensoriales y sociales.


La repetición sistemática y secuencial de estímulos o ejercicios, y de actividades con base científica, refuerzan las áreas neuronales de los bebés. Durante la estimulación, no solo se potenciará adecuadamente el desarrollo motriz, cognitivo, social y emocional del bebé, sino que también se ampliará su desarrollo individual, sus capacidades, su predisposición y su ritmo.
El ritmo de cada bebé es único

Cada niño es único y diferente, y los padres lo deben tener muy en cuenta a la hora de estimularle. El bebé deberá vivir libremente esta experiencia y no como una obligación. Jamás se deberá forzar al niño a que haga alguna actividad para la que él no esté preparado ni suficientemente estimulado. El bebé debe sentirse libre y motivado para mantener siempre una buena autoestima durante todo el proceso de aprendizaje.


Por esta razón, los padres deben respetar su desarrollo individual, evitando comparaciones y presiones sobre su hijo. Los padres también aprenderán y crecerán en su tarea de padres durante la estimulación de su hijo. Antes de empezar con la estimulación del bebé es importante que ellos conozcan las etapas de desarrollo de un bebé para que puedan presentarle los estímulos y las actividades adecuadas a su edad y capacidades.
La estimulación del bebé y el vínculo emocional


La estimulación empieza con actividades de contacto con el bebé. Se reforzará el vínculo emocional, afectivo, a través de masajes y estímulos sensoriales, entre padres e hijo. A partir de ahí se dará inicio a las actividades de motricidad gruesa, fina, de concentración y de lenguaje. El juego es una efectiva herramienta de estimulación para los bebés. A través del juego, los padres pueden observar el comportamiento de su hijo y conocer sus necesidades, deseos, gustos, e inquietudes.


En la estimulación temprana se debe buscar el equilibrio. Por eso, debe ser integral, tanto física como intelectual. Si un niño solo aprende a jugar con la pelota y no está adecuadamente estimulado en la lectura, por ejemplo, será un genio en el deporte, pero se sentirá incapaz de leer un libro. La estimulación temprana debe circular por todos los caminos: físico, intelectual, emocional, en todos.


Otra cosa es que al niño se le dé mejor la lectura que jugar al baloncesto. Eso ya será una opción personal del niño y se debe respetar. En todo caso, la estimulación debe, a través de experiencias y habilidades, crear la motivación en los niños. Niños motivados son niños felices. Si los padres optan por la estimulación temprana, deben tener claro que esta decisión les exigirá una cierta dedicación al día. Muchos padres opinan que es muy efectiva y provechosa, por lo menos en lo que se refiere al tiempo que comparten con sus hijos.
Consejos de estimulación temprana de los bebés para los padres


1. Respetar el tiempo de respuesta de tu hijo. Elige un momento tranquilo para jugar con él. Evita jugar con tu hijo cuando notes que él está cansado y sobrecargarlo de tareas y de estímulos.

2. Elije objetos agradables al tacto, al oído, al paladar, y que sean, claro, seguros.

3. Los juegos deben ir acompañados por canciones, palabras y sonrisas. De cariño y dulzura, también.

4. El juego tiene que ser algo placentero, para los dos.

5. Aprovecha el momento del baño para dar un masaje a tu hijo.

6. Usa la música mientras llevas a tu hijo en el coche o en casa.

7. Enseña libros a tu hijo. Si es un bebé, hay libros de tela, de plástico, con olores y distintas texturas.

8. Cuenta cuentos a tu hijo antes de dormir.
 

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