El mayor vínculo posible entre dos personas es el que se desarrolla entre una madre y su hijo durante el embarazo. Al mismo tiempo, el bebé desarrolla ya antes de nacer un temperamento propio
¿Qué necesita el feto para crecer en tranquilidad?
El feto: totalmente despierto y siempre ahí
En la cultura china, la edad de una persona se cuenta de forma diferente a como lo hacemos nosotros: en su primer cumpleaños un bebé no tiene 12, sino 21 meses de vida, porque se incluyen los nueve meses que pasa en el seno materno. Para los chinos, el desarrollo prenatal pertenece ya a la vida.
Nuestro cálculo de vida comienza con el nacimiento, aunque para los embriólogos, ginecólogos, psicólogos y especialmente para los futuros papás, el tiempo previo se considera también vital. Para la mayoría no hay duda de que ese ser diminuto cuyo corazón ya palpita con fuerza propia a las cuatro semanas de la fecundación es algo más que un conjunto de células. Y además, un feto de doce semanas ya tiene diminutas manitas y las yemas de sus dedos están provistas de una red de células táctiles sensibles. Y sus rasgos faciales tienen ya elementos propios e individuales.
Cuando se observa a los bebés prematuros se comprende que los fetos ya son personas: a los bebés que nacen en la 25ª semana de embarazo les faltan panículos protectores bajo la piel, así como alvéolos pulmonares estables. Cuando se mira a su pálida y conmovedora carita no se duda ni un momento de que el pequeño es capaz de experimentar sentimientos humanos. Arrugan la frente y gimen cuando hay que sacarles sangre; se relajan e intentan incluso una sonrisa cuando se les permite tumbarse sobre el pecho materno desnudo y sienten los latidos del corazón de su mamá.
En la 12ª semana de embarazo se acentúan ya los rasgos faciales particulares
Los niños que no abandonan el vientre materno antes de tiempo tienen sus sentidos igual de despiertos que los prematuros. El útero es un espacio protector, pero el feto no se siente fuera del mundo, sino que participa en la vida de su madre y siente el entorno en el que nacerá. Muchas embarazadas se preguntan una y otra vez cuestiones como ¿Sentirá el bebé en mi seno realmente todo lo que yo experimento? ¿Sentirá mis dudas, mis preocupaciones y necesidades, mi nerviosismo? ¿Qué debo hacer para que esté bien?
La ciencia moderna intenta responder a esas preguntas. Aquí presentamos los resultados más importantes de las investigaciones.
1. Existe un vínculo de intercambio de sustancias demostrable entre la madre y su hijo
La madre no solo proporciona alimento a su bebé, sino que su organismo le "alimenta" también con numerosas informaciones. La placenta transmite al niño hormonas y sustancias que provocan sensaciones. Si la madre está, por ejemplo, estresada, aumentan los niveles de cortisol. Las investigaciones han podido determinar, mediante el análisis de la sangre del cordón umbilical, que en solo unos segundos el feto siente también ese aumento del estrés.
2. El bebé disfruta los pensamientos bonitos de su madre
Los fetos reaccionan de forma variable al estrés: unos se intranquilizan y sus movimientos se vuelven nerviosos, mientras otros se hacen pequeños y aprietan sus bracitos y sus piernas contra el cuerpo.
El feto participa igualmente en los sentimientos positivos de su madre: las endorfinas y otras hormonas de la felicidad fluyen al futuro bebé en cuanto la madre se relaja, se alegra o se siente feliz.
Los embriólogos descubrieron que los receptores de las sustancias de la felicidad maduran pronto y de forma completa en el cerebro del embrión. Las mediciones de la corriente cerebral de los fetos concluyeron que las desviaciones de las curvas eran menores cuando los investigadores pedían a la futura madre, a partir de la 20ª semana de embarazo, que imaginara una situación agradable. El resultado: el bebé también disfruta de los pensamientos hermosos de su madre desde el vientre.
3. Los sentidos del feto se desarrollan y el bebé puede sentir a su madre con mayor claridad con el transcurso de las semanas
Primero se desarrolla el sentido del tacto: la piel reacciona ya en la séptima semana de embarazo. El feto puede sentir que está rodeado de líquido amniótico, su cuerpo percibe el ritmo de los órganos internos de la madre y se bambolea con sus latidos cardíacos.
En la 25ª semana el oído del feto ya está maduro y la futura madre puede sentirlo: al poner en marcha la batidora o golpear la puerta del coche, el embrión se estremece en el vientre materno.
Los fetos pueden diferenciar pronto entre sonidos “buenos y malos”. Los mensajes de amor de la madre le llegan cada vez mejor: cuando habla a su pequeño en el vientre, se tranquiliza o se agita alegremente. Los expertos que han investigado la relación de las madres con sus futuros bebés aseguran que es realmente estrecha y han comprobado que, al pedir a una madre que se tumbe y hable con su hijo, éste se relajaba en el útero, reduciéndose sus pulsaciones e incluso mostrando su tranquilidad en los rasgos faciales.
4. Existe una conexión intuitiva entre la madre y el feto
Todos los investigadores que estudiaron la vida interior de los fetos llegaron a la conclusión de que madre e hijo se encuentran conectados desde dentro, incluso cuando esa vía de comunicación no la puedan probar la bioquímica o los estudios por ecografía. El feto percibe el estado mental de su madre y siente sus pensamientos.
En las fases buenas y armónicas del embarazo, las futuras madres se alegran de su conexión interior con el bebé, mientras que en los momentos menos agradables esa cercanía puede intranquilizar también a las mujeres, porque intuyen que no pueden alejar las preocupaciones, que siempre existen, de su bebé.
5. Amor y confianza: y el feto madura
Todas las madres quieren que su bebé crezca en su seno como un ser feliz, pero, lamentablemente, las circunstancias no son siempre óptimas. Incluso un niño que se desarrolla según lo deseado puede causar preocupaciones a la mujer que lo gesta. ¿Debe aguantar el bebé desde el vientre todo eso? ¿No sería mejor reprimir con todas nuestras fuerzas los sentimientos y pensamientos negativos? No, aseguran los expertos. Eso es algo que una futura madre no puede exigirse a sí misma.
6. El bebé en el seno materno experimenta sensaciones al momento
El feto sufre cuando a su madre no le va bien. Duele imaginarse eso, pero los resultados de los investigadores también consuelan: el futuro bebé experimenta fuertes sensaciones al momento y su ánimo vuelve a ser positivo rápidamente en cuanto la madre está contenta de nuevo. Además, pequeñas fases de reconciliación con el feto tienen un efecto curativo, porque al poner fin a momentos difíciles, el bebé siente que existe una felicidad y que está en condiciones de alcanzarla con mamá.
Otras conclusiones
• No hay relación entre el peso, el tamaño de la cabeza y la vitalidad del bebé y el estrés de la madre durante el embarazo. La salud del bebé no depende de eso.
La sensibilidad en el pecho y el aumento del tamaño de los senos es uno de los primeros síntomas del embarazo. El dolor en los senos comienza a producirse desde los primeros días después de la fertilización y suele prolongarse a lo largo del primer trimestre de embarazo. Las mamas comienzan a prepararse para alimentar al bebé y este proceso puede ser molesto.
Cambios en el pecho durante el embarazo
La hinchazón y el dolor en los senos se debe a que el pecho comienza a prepararse desde las primeras semanas del embarazo para la lactancia materna. Durante la gestación aumenta la producción de estrógenos y progesterona, y esto provoca que haya un mayor flujo sanguíneo en el cuerpo y por tanto favorece los cambios en los tejidos mamarios.
Otra de las sensaciónes que se puede producir en el pecho durante la gestación es hormigueo, ya que la piel está cediendo al aumentar el volumen de los senos. Es muy importante que hidrates bien los senos todos los días para evitar que aparezcan las temidas estrías.
Las venas del pecho se aprecian con mucha más intensidad, una serie de venas azuladas serán más visibles y los pezones se tornan más oscuros. En las areolas también podrías ver unos puntitos abultados, son las glándulas de Montgomery, y producen una sustancia que hidrata los pezones y los protege en la lactancia de posibles infecciones.
Aproximadamente en el tercer mes de embarazo, algunas mujeres producen un líquido amarillo denominado calostro, una sustancia muy nutritiva que será el alimento principal del bebé hasta la subida de la leche.
Cómo aliviar el dolor de los senos en el embarazo
El dolor o sensibilidad en el pecho se produce principalmente en el primer trimestre de embarazo sin embargo, aunque no se puede hacer nada para eliminar completamente las molestias en los senos, hay pequeños trucos que ayudan:
-Usar un sujetador sin aros, con tirantes anchos y de tejido de algodón.
-Muchas mujeres se sienten más cómodas durmiendo con sujetador durante el embarazo.
-Aumenta la talla de sujetador para adaptarla a tu nuevo contorno.
-Para aliviar la sensación de dolor e hinchazón puedes darte duchas de agua tibia o aplicar compresas frías en la zona.
• Los sentimientos ambivalentes o fases difíciles en la vida de la madre no producen daños mentales en el feto: solo un estrés permanente extremo y muy duradero afecta a la confianza del niño en el mundo. Esos bebés suelen llorar con más frecuencia y durante más tiempo en los primeros momentos tras nacer, o son más soñolientos y pierden rápidamente su interés por el entorno.
• Existen mecanismos de protección en el cuerpo femenino para proteger al feto del estrés. En el segundo trimestre del embarazo se desarrolla en la placenta una encima que desactiva en determinado grado el cortisol, la hormona del estrés, en la sangre y protege al feto. El mecanismo falla solo cuando el estrés dura demasiado.
¿Qué características lleva el niño del vientre materno al mundo?
Prácticamente todos los recién nacidos tienen modelos de conducta que potencian el sentimiento de protección como lo experimentaron en el útero. Por ejemplo, se arrastran en la cuna hasta tocar sus paredes, buscando la sensación prenatal que tenían en el vientre materno cuando su cabecita estaba rodeada del hueso coxal (de la cadera) de su madre.
La mayoría de los niños nacen con una sensación básica: mamá es calor, cercanía, protección, su amor me sustenta, incluso cuando el pequeño haya experimentado baches en el estado anímico de su madre en los nueve meses de embarazo. Y los recién nacidos regalan a sus madres una prueba maravillosa de su confianza: no hay nada a lo que reaccionen con mayor fuerza que a la voz de mamá. Oírla les hace felices
¿Por qué me duelen tanto los pechos ahora que estoy embarazada?
Los cambios hormonales durante el embarazo producen un mayor flujo sanguíneo y cambios en los tejidos mamarios, lo cual puede hacer que sientas tus pechos hinchados, doloridos, con hormigueo y más sensibles al tacto que de costumbre. Algunas mujeres describen esta sensación como una versión exagerada de lo que se siente en los pechos antes de menstruar.
La sensibilidad en los pechos es uno de los primeros síntomas del embarazo. Generalmente comienza entre la cuarta y la sexta semana del embarazo y persiste durante los primeros tres meses.
Uno de los primeros cambios que muchas mujeres sienten, incluso antes de la primera falta, son en sus senos. ¿Cómo cambian los senos en el embarazo?
Las hormonas de la gestación hacen que muchas veces, desde los primeros días, los pechos empiecen a crecer y estén más sensibles. Desde entonces los senos son una de las partes del cuerpo femenino que más reflejan el nuevo estado, preparándose para la lactancia desde el comienzo.
Puede sentirse el pecho muy sensible a cualquier roce de la ropa o de la mano. Las mujeres relatan que se hinchan y sienten ciertos cosquilleos, pero sobre todo que la ropa es incómoda y cualquier costura se clava. Desde las primeras semanas los pechos van acumulando grasa y crecen, y a lo largo del embarazo los cambios son notables, aumentando varias tallas en muchos casos.
A algunas embarazadas lucir el escote les encanta, pero las que tienen el pecho más grande pueden sentir molestias por el peso excesivo. En ambos casos usar sujetadores adecuados, sin aros y con telas naturales es imprescindlble, ademas de asegurar un buen sostén que proteja los tejidos de la gravedad.
Los pezones también cambian, adquiriendo una tonalidad más obscura y haciéndose más grandes. La aureola, que es la piel que rodea el pezón también cambia de pigmentación y se hace más ancha. Las glándulas que tiene pueden hacerse más prominentes y suavizan la piel de la zona. También pueden estar hipersensibles y esto llega en algunos casos a ser incómodo y a molestar a las madres que dan el pecho. Un sostén adecuado es muy importante, de algodón y que tenga la posibilidad de aumentar el contorno a medida que avance el embarazo. Algunas mujeres se sienten más cómodas durmiendo con él, pero es importante, tanto si se produce secrección como si no, el dejar el pecho al aire cierto tiempo al día y no lavar el pezón y la aureola con jabón para no resecarlo.
Antes de nacer tu bebé, tu organismo se prepara para poder alimentarlo. Empiezan a ocurrir cambios en los pechos, más o menos alrededor de la decimosexta semana de embarazo. Las glándulas mamarias, formadas por multitud de pequeños sacos llamados alvéolos mamarios, tienen las paredes tapizadas por las células encargadas de la producción de leche.
Desde ahí, la leche es conducida a través de unos conductos que derivan hasta a la altura de la areola, donde se ensanchan formando una especie de remansos, llamados senos galactóforos (de galactos, leche, y foros, llevar), en los que se almacena una pequeña cantidad de leche, esperando ser succionada por el bebé.
Para el nacimiento del bebé se preparara uno de los alimentos más importantes de su vida, el calostro. Este alimento es la primera leche que se produce y su duración está entre los 2 y 5 días, antes de que se empiece a producir la leche definitiva.
El calostro es un alimento ideal y primordial, ya que en él está la primera inmunización del bebé y resuelve además las necesidades alimentarias de sus pequeños órganos, aún no maduros.
Algunas diferencias existentes con respecto a la leche definitiva son por ejemplo la densidad, mucho mayor y más pegajoso. Su color, al calostro lo apodan oro líquido, esto se debe a su color algo dorado, claro que depende de la mama que lo produce, a veces es más oscuro y otras veces más claro, pero independientemente de esto, sigue siendo el alimento perfecto para el bebé.
Su composición está formada por un mayor contenido de proteínas, minerales, sodio, potasio, vitaminas A y E, y los carotenoides. Además carbohidratos, grasa y lactosa, rico en secreciones de IgA, (una inmunoglobulina importante y agente para prevenir infecciones). Está también lleno de leucocitos, que tienen la capacidad de destruir bacterias y virus.
Una madre puede no sentir sus pechos llenos de leche, con lo cual se preocupa, ya que cree que el bebé no saca nada, pero no es así, el calostro, incluso en pequeñas cantidades, es un especial laxante que ayuda a estimular el paso del meconio disminuyendo así la posibilidad de ictericia. Además, se digiere rápidamente y estabiliza el azúcar de la sangre del bebé.
También protege la membrana digestiva, construyendo una barrera contra las infecciones, establece la flora bacteriana en el aparato digestivo, construye el sistema inmunológico y sus factores de crecimiento. Es un fluido que está vivo y es similar a la sangre, puede construir, cambiar y preparar al bebé contra los gérmenes.
Una cosa curiosa es cuando el bebé nace prematuro, el calostro tiene aún más potencial para prevenir las infecciones. Es especialmente importante que los bebés prematuros reciban el calostro producido por la madre. El cuerpo del bebé es un trabajo aún no terminado que el calostro se encarga de finalizar.
¿Qué otros cambios puedo esperar?
A las ocho semanas de embarazo aproximadamente, los senos también comienzan a crecer y esto seguirá ocurriendo durante todo el embarazo. Es normal que aumentes una o dos tallas de brasier en las copas, especialmente si es tu primer bebé. Es posible que sientas comezón en los pechos a medida que se estira tu piel e incluso puede que te aparezcan estrías.
Quizá se te vean las venas a través de la piel de los senos, y los pezones se agrandarán y oscurecerán. Después de los primeros meses, las areolas— los círculos más oscuros que bordean los pezones— también crecerán y se pondrán más oscuras.
Puede ser que antes no te hayas dado cuenta de los pequeños abultamientos que hay en las areolas. Pero ahora estos bultitos, que son un tipo de glándulas que se encargan de producir una sustancia aceitosa y que se conocen como glándulas de Montgomery, pueden volverse mucho más pronunciados. Tus pechos experimentan estos cambios con el fin de prepararse para la lactancia. La piel del pecho, estirada, deja ver las venas azuladas de forma notable en las mujeres de piel clara, ya que éstas también están haciéndose más fuertes para aumentar el flujo sanguíneo.
Pueden aparecer estrías por la dilatación de la piel y, en algunos casos, presentarse secrecciones de calostro cuando se oprime el pecho o se tienen relaciones sexuales
Aproximadamente en el tercer mes de embarazo, los pechos comienzan a producir calostro, la leche especial que alimentará a tu bebé cuando recién comience a amamantar y que le proporcionará una maravillosa protección contra infecciones. Durante los últimos meses de embarazo, es posible que comiences a segregar una pequeña cantidad de esta sustancia espesa y amarillenta, aunque algunas mujeres comienzan a segregarla antes y otras jamás lo hacen.
Los pechos son una de las partes del cuerpo de la mujer que más variaciones sufre a lo largo del embarazo. Y es que antes de nacer el bebé, nuestro organismo se prepara para poder alimentarlo. Una de las consecuencias es la pérdida de calostro durante el embarazo.
Especialmente en el tercer trimestre de embarazo, ya que los niveles de la hormona de la lactancia aumentan considerablemente, la mujer puede sentir pérdidas de calostro, la primera leche de los pechos. Se trata de una sustancia pegajosa y acuosa que servirá de primer alimento al bebé una vez haya nacido.
En el proceso de la formación de la leche materna participan la prolactina, la oxitocina, la hormona lactógena placental y la luteinizante. El calostro es anterior a la leche propiamente dicha.
En el tercer trimestre, la producción de leche de las mamas de la madre es estimulada indirectamente por el bebé: sus glándulas suprarrenales producen sustancias de tipo androgénico que circulan por su sangre y, al llegar a la placenta, se convierten en estrógeno. Se cree que entonces actúan para estimular la producción de prolactina en el cuerpo de la madre.
Ante estas pérdidas de calostro, que pueden darse en cualquier momento del día, se pueden emplear discos protectores en el sostén para evitar mancharse la ropa. También es probable que se produzcan en el momento de excitación sexual, o durante un masaje que estimule los senos.
En cualquier caso, recordemos que son pérdidas normales, más frecuentes en el tercer trimestre de embarazo, aunque también pueden presentarse antes.
¿Puedo hacer algo para aliviar el dolor?
La mejor opción es que te compres un buen brasier. Ve a un almacén grande donde vendan ropa interior o a una tienda especializada en mujeres embarazadas, y busca una vendedora con experiencia que te ayude a encontrar el más adecuado para ti.
Seguramente ahora un brasier con varillas te molestará. Para evitar roces, busca materiales suaves que no tengan costuras cerca del pezón. Los brasiers de algodón te resultarán más cómodos y absorbentes que los sintéticos.
Si deseas sujeción adicional durante el día, usa un brasier especial para embarazadas, que tendrá tiras gruesas que no se te clavarán en los hombros, una construcción sólida y varios cierres atrás para ir acomodando el crecimiento de tu caja torácica.
Durante el tercer trimestre, quizá vale la pena comprar un brasier para la lactancia, porque de todas formas necesitarás uno para amamantar a tu bebé. Durante la noche intenta usar un brasier nocturno para embarazada, que esté hecho de algodón suave y que no apriete. Éste lo puedes comprar en las tiendas de maternidad.
Es particularmente importante usar un brasier que sujete bien los pechos y sea cómodo mientras haces ejercicio, porque los pechos estarán más pesados. Un brasier deportivo te proporcionará la sujeción adicional que necesitas y te aliviará el dolor.
Al comprar un brasier puedes optar por elegir uno que te vaya un poco grande, de modo que tus pechos tengan espacio para crecer, ya que es posible que aumentes una talla o dos (tanto en las copas como en el perímetro torácico) a medida que se pongan más voluminosos y tu panza crezca.
Al elegir un brasier, asegúrate de que puedes abrocharlo cómodamente en la posición más ajustada, para poder ir usando los otros cierres a medida que te vayas ensanchando y te vayan creciendo los pechos. Esto te irá muy bien, especialmente si compras un brasier de lactancia antes de que nazca el bebé, ya que al bajarte la leche, puede volver a aumentar el tamaño de los pechos.
Habla con otras futuras mamás que tendrán a su bebé al mismo tiempo que tú en tu Club de nacimiento.
Desde los primeros instantes del embarazo, los pechos se preparan para amamantar al bebé que está por nacer. Los senos empiezan a cambiar y a sentir mayor sensibilidad, además de hincharse levemente y causar pequeñas molestias.
La prolactina, la oxitocina, la hormona lactógena placental y la luteinizante, forman parte de los cambios de tamaño y las alteraciones que sufren los senos y participan en el proceso de la formación de la leche materna.
No es precisamente la lactancia la que lesiona el tejido de la mamas, es durante el embarazo cuando se producen los cambios y cuando hay que tratarlos y cuidarlos con mimo. Aunque una vez tomada la costumbre, es muy saludable continuar con sus cuidados todos los días.
Los primeros cambios apreciativos son el aumento de los senos, la grasa se acumula por el desarrollo de las glándulas mamarias, pudiendo aumentar una talla en los dos primeros meses. Al estirarse la piel, se producen cosquilleos, picores y molestias, éstas son causadas por el aumento de las hormonas.
Las venas se hacen mucho más visibles porque la sangre circula en mayor cantidad, los pezones se tornan más oscuros y la aréolas también, además crecen y las pequeñas glándulas de las aréolas aumentan y se vuelven irregulares, segregando una sustancia oleaginosa que evita que se resequen y se agrieten..
A partir de la semana 12 de la gestación, pueden empezar las secreciones del calostro, en ocasiones sucede en el momento de excitación sexual, durante un masaje o por sí solo, para lo que será adecuado el uso de almohadillas protectoras.
El cuidado de los pechos durante el embarazo, ayudará a una pronta recuperación después del parto y a aliviar las posibles molestias que ocasionan los cambios hormonales y su aumento.
El sostén de maternidad alivia muchas molestias musculares, y es preferible elegirlos de algodón. Incluso para la noche hay sujetadores especiales que no debes desdeñar.
Uno de los mayores temores de las mujeres en estado, son las estrías en los pechos, pues se pueden volver irreversibles. Para ello la hidratación es la clave, es necesario dedicar unos minutos al día para el cuidado de los senos y aplicar una crema hidratante mediante suaves masajes.
Durante la ducha, evita los jabones que puedan provocar sequedad en los pezones y su contorno, pues ayudan a sufrir grietas que son muy dolorosas.
Los senos van a ser el medio de alimentación de tu bebé durante sus primeros meses, así que cuidarlos desde el primer día va a beneficiaros a los dos.
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