lunes, 26 de mayo de 2014

Es malo discutir al lado del bebe


Como se sienten los niños cuando sus padres pelean


Como adultos sabemos muy bien que hay ciertas cosas que deben discutirse dentro de la pareja para solucionarlas, pero lo cierto es que si bien esto es positivo, dentro de los códigos del respeto, para la convivencia, es algo que hay que evitar si se está en presencia de los niños, ya que las  discusiones  pueden ser sumamente negativas para su desarrollo personal y emocional.


Los pequeños son sumamente sensibles y receptivos, sobre todo si se trata de sus padres ya que durante todo el primer tiempo de sus vidas sus padres, sobre todo su madre, se le representa como el mundo entero para el bebé, por lo que si ellos se sienten a disgusto, enojados o estresados, inmediatamente el pequeño se sentirá igualmente abrumado y triste, algo que se debe evitar para que crezca feliz.
Dentro de todo hogar lo ideal sería mantener siempre la armonía, pero esto no es tan fácil y, cuando aparentemente pareciera que hay total comprensión en una pareja, hasta se empieza a considerarlo sospechoso, teniendo en cuenta la esencia del ser humano, por ello, algunas personas consideran que es mejor discutir que fingir que todo es perfecto.

Cuando se discute con la pareja, incluso si los hijos están presentes y siempre que no sean temas vinculados a su crianza, estas argumentaciones hasta pudieran ser una enseñanza de la que los hijos pudieran sacar lecciones para su vida futura.

La discusión no es otra cosa que intercambiar puntos de vista entre adultos que desean presentar sus opiniones respecto a un tema en cuestión pero con respeto y altura, sin embargo pelear es algo muy diferente y hacerlo en presencia de los hijos pudiera ser muy nocivo.
Se ha comprobado que los niños que crecen en un ambiente en el que hay permanentes discusiones y discordia se condicionan a un futuro de inestabilidad emocional y de ensimismamiento, se vuelven tímidos e inseguros, ya que las peleas dentro del ámbito familiar les impiden conseguir los niveles de confianza básica que los niños necesitan para sentirse cómodos en relación a otras personas.

Desde el nacimiento y hasta el segundo año de vida es cuando el bebé debe aprender a confiar y a sentirse valorado, algo que solamente puede conseguir si es que sus padres le han procurado crecer en un ambiente tranquilo, seguro y acogedor. De otra manera, si el niño crece en un hogar donde las peleas son frecuentes, su personalidad natural se verá modificada, los niños se vuelven menos pacientes y más violentos en muchos casos, se ven limitadas sus herramientas de sociabilidad, algo clave para su desarrollo a lo largo de toda la vida.

Si bien las discusiones en ocasiones son importantes y constructivas, muchos adultos pelean por cuestiones sin sentido y a todo momento, por lo que son los mayores los que tienen que darse cuenta que están creando un hogar inestable para sus hijos, protestar por tonterías, recurrir al nerviosismo ante cualquier estímulo,  gritar o enfadarse y hacer todo eso frente a los niños es algo sumamente negativo que además daña los lazos familiares.

Los niños de padres que pelean todo el tiempo se convertirán en exactamente eso: niños que pelean  todo el tiempo, que no saben compartir ni relacionarse, para luego crecer y ser adultos que tengan serios problemas para formar pareja, entenderse y hacer crecer su propia familia o proyecto personal, por lo que los padres tienen mucha mayor responsabilidad de la que a veces creen que tienen en el momento de decidir si levantar o no la voz frente a sus hijos

A veces los padres no están de acuerdo pero saben hablar con tranquilidad, dándose mutuamente la oportunidad de expresar su punto de vista y escuchar el punto de vista del otro. Pero muchas veces, cuando los padres no están de acuerdo, discuten. Una discusión es como una pelea en la que se utilizan palabras.

La mayoría de los niños se preocupan cuando sus padres discuten. Los gritos y las palabras de enfado que utilizan los padres en sus discusiones pueden entristecer,preocupar o asustar a los hijos. Hasta las discusiones silenciosas -cuando los padres se enfadan y dejan de hablarse- pueden preocupar a los hijos.
Un bebé de 12 meses de edad ya está convirtiéndose en un niño, ahora ya se da cuenta de muchas de las cosas que pasan a su alrededor y es especialmente sensible a lo que sucede con la gente que está más cerca de él, a lo que él considera su fuente de seguridad y felicidad. Es inevitable tener que discutir en algún momento, es normal en toda familia pero pelear constantemente es diferente, vivir en un ambiente hostil, eso será fuente de estrés, miedo, tristeza en el pequeño. Por el contrario, un ambiente tranquilo, apacible, pacífico les da a los niños no sólo la tranquilidad y paz que necesitan, sino también es un ejemplo de convivencia que ellos aprenderán para desenvolverse en el futuro.

El maltrato infantil no se refiere solamente al maltrato físico, sino también al maltrato psicológico que se realiza al darle al pequeño un ambiente hostil lleno de discusiones diarias y constantes, otra forma de maltrato psicológico es el que se realiza al estar comparando al niño con otros.

Niños expuesto a este tipo de ambiente nocivo se ven perjudicados porque influencia en todo su ser, vivir dentro de este estrés disminuye su autoestima, se vuelven tensos perdiendo espontaneidad, son tímidos y temerosos; presentan problemas para relacionarse y en actividades como comer y dormir, pierden el interés por las demás cosas al pensar que todo es malo a su alrededor adoptando una actitud defensiva.

Como se dijo anteriormente, discutir es inevitable, siempre habrán desacuerdos por lo que debemos tratar de sobrellevar estos desacuerdos de tal forma que hasta podamos sacarle provecho. Discutir no es sinónimo de pelea, gritos y agresiones, se debe enfocar el asunto como una exposición de ideas y una forma de ponerse de acuerdo.

Discutan calmadamente, hablando sin agredirse; si no fuera posible y notan que la discusión está yéndose por el camino errado, antes de perder el control total corten la discusión para otro momento en el cual el niño no esté presente, generalmente cuando los niños presencian discusiones relacionan la causa de ellas a ellos mismos, generándoles sentimientos de culpabilidad.

Llegar a extremos como insultarse o pegarse significa que los padres han perdido el control de la situación, esto es percibido por el niño que sentirá inseguridad porque su principal fuente de seguridad que son sus padres, no tienen control de sus propias vidas.

Cuando discutan háganlo con respeto, trátense bien de esta forma, la discusión no se saldrá de control y se manejará mejor la situación, asimismo representa un buen ejemplo para sus hijos de cómo se debe afrontar las discrepancias y cómo se debe tratar a las personas.

Son muchas las razones por las cuales los padres discuten, la economía, los horarios, las comidas, e inclusive unas simples vacaciones o salida de fin de semana pero discutir referente a la educación del niño tiene desventajas adicionales, puesto que los lleva a desautorizarse mutuamente generando confusión en el niño que no sabrá qué es lo que está bien o mal.

Para resolver cualquier discusión es que uno de los dos ceda, pero lo más importante es que los dos cedan un poco para llegar a un punto medio, con eso no sólo resolverán el problema que los aqueja sino también es una muestra de respeto y amor de pareja.

¿Qué significa que los padres discutan?

Los niños suelen preocuparse cuando sus padres discuten.Pueden sacar conclusiones precipitadas y creer que sus padres han dejado de quererse. Y hasta pueden pensar que se van a divorciar

Pero generalmente las discusiones que tienen los padres no significan que hayan dejado de quererse o que se vayan a divorciar. La mayoría de las veces esas discusiones son una manera de liberarse de las tensiones acumuladas cuando los padres han tenido un mal día o están muy estresados. La mayoría de la gente pierde los estribos de vez en cuando.

Al igual que los niños, cuando los padres se enfadan entre sí, se pueden gritar, chillar y decir cosas desagradables que, en el fondo, no se querían decir. A veces, una discusión puede no significar nada salvo que uno de los padres o ambos han perdido el control. Al igual que los niños, los padres discuten más cuando están atravesando un mal momento o cuando están muy estresados en el trabajo o preocupados por otra cosa.
¿Cómo se sienten los niños cuando sus padres discuten?

Los niños suelen preocuparse cuando ven u oyen discutir a sus padres. Es duro oír sus gritos y las palabras desagradable que se dicen. Ver a sus padres alterados y fuera de control puede hacer que un niño se sienta desprotegido y asustado.

Los niños se pueden preocupar por uno de sus padres durante la discusión. Les puede preocupar que un padre se sienta especialmente triste o herido por los gritos y/o insultos del otro.Pueden temer que uno de sus padres se enfade tanto que llegue a perder completamente el control, que se enfade también con ellos o que alguien salga lesionado.

A veces las discusiones de los padres provocan llantos o dolor de cabeza en sus hijos. La preocupación por las discusiones de los padres puede incluso hacer que a un niño le cueste conciliar el sueño o no quiera ir al colegio.
¿Qué deberías hacer cuando tus padres discuten?


Es importante recordar que, cuando tus padres discuten, la discusión es entre ellos y que no te implica ti. Por lo tanto, lo mejor que puedes hacer es mantenerte al margen e irte a otra parte de la casa cuando discutan. O sea que vete a tu habitación,cierra la puerta y busca algo con que entretenerte hasta que dejen de discutir. El papel de los hijos no consiste en hacer de árbitros.
Cuando las discusiones de los padres van demasiado lejos

A veces, cuando los padres discuten, hay demasiados gritos,chillidos e insultos y se dicen demasiadas cosas desagradables.Aunque muchos padres se comporten de este de modo, nunca está bien faltar el respeto a otros miembros de la familia, usar lenguaje degradante o insultante, chillarles o gritarles. En ocasiones, las discusiones de los padres van todavía más lejos,incluyendo empujones, lanzamiento de objetos o golpes. Estas cosas nunca son aceptables. Cuando las discusiones se convierten en peleas, pasando a las manos, significa que las personas que se están peleando tienen que aprender a controlar el enfado. Tal vez necesiten la ayuda de otro adulto para conseguirlo.

Los niños que viven en familias donde las discusiones van demasiado lejos pueden explicarle a otra persona lo que está pasando en su casa. Hablar con otros familiares, un profesor, el psicólogo del colegio o cualquier adulto en quien confíes sobre las peleas que tienen lugar en tu casa puede ser importante. A veces los padres, cuando se pelean, pierden tanto el control que pueden lesionarse mutuamente, y a veces los niños también reciben golpes. Cuando ocurre esto, los niños pueden informar a otro adulto sobre lo que ocurre en su casa para que alguien pueda ayudar y proteger a toda la familia.


Si en una familia hay muchas peleas, si algunos miembros sufren lesiones a consecuencia de las peleas o si los miembros de la familia están cansados de tantas peleas, pueden pedir ayuda.Los psicólogos y terapeutas familiares saben cómo ayudar a las familias a solucionar sus problemas, incluyendo las discusiones frecuentes y las peleas.

Los psicólogos y terapeutas familiares pueden ayudar enseñando a los miembros de la familia a escucharse entre sí y a hablar sobre sus sentimientos sin chillarse ni gritarse. Aunque puede requerir esfuerzo, tiempo y práctica, los miembros de una familia siempre pueden aprender a llevarse mejor.

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