lunes, 26 de mayo de 2014

Cuál debe ser el aspecto de la caquita del bebé y alimentos que ingieren afectan la leche materna


los bebes

La mayoría de los padres primerizos se asombran al ver la caquita de sus bebés. Tiene tantos colores y consistencias que hasta los padres más experimentados no los han visto todos.

Caquita de recién nacido (meconio)
Prepárate para ver en el pañal de tu recién nacido unas heces viscosas de color negro-verdoso, que parecen alquitrán.

Como el meconio está compuesto de líquido amniótico, mucosidad, células de la piel y otras cosas que tu bebé ingirió mientras estaba en el útero, no tiene olor, así que quizás no te des cuenta de que tu pequeño necesita un cambio de pañal.

Cuando tu bebé tenga entre 2 y 4 días, su popó tendrá un color más claro, como un verde hoja, y será menos pegajosa. Este popó es señal de que ha empezado a digerir leche de pecho o de fórmula y que su sistema digestivo funciona bien.


Caquita sana de un bebé lactante
Si tu bebé se alimenta solamente de leche materna su popó puede ser amarilla o un poco verdosa y tener una consistencia blanda o cremosa. Puede ser tan líquida que parezca diarrea.

Las heces de un bebé que toma leche materna parecen mostaza de Dijon mezclada con requesón y pueden tener unas motitas mezcladas que parecen semillas. Curiosamente, no tienen mal olor.

Hay muchos matices distintos en el color de la caquita de un recién nacido. A veces podrás ver heces de un verde más marcado, si has comido algo que no comes normalmente. Si tu bebé no tiene ningún otro síntoma que indique un problema, no tienes nada de que preocuparte.


Caquita sana de un bebé que se alimenta con leche de fórmula
Los bebés que se alimentan con leche de fórmula tienen heces pastosas, de consistencia similar a la mantequilla de cacahuate, y de color marrón: pueden ser marrón canela, marrón-amarillento o marrón-verdoso. Huelen más fuerte que la caquita de bebés lactantes y un poco menos fuerte que la de bebés que ya comen alimentos sólidos.


Si le das a tu bebé un suplemento de hierro, sus heces se pueden poner de color verde oscuro o casi negras. Esto no sucede a menudo, pero es una variante completamente normal.

Si la caquita de tu bebé es negruzca y no está tomando un suplemento de hierro, es buena idea llamar al doctor para que compruebe que no se trata de melena, que es sangre digerida.


Caquita de un bebé que come alimentos sólidos
Una vez que tu bebé empieza a comer alimentos sólidos, como papilla de cereal, papilla de fruta y otros, notarás de inmediato un cambio en sus heces, especialmente si lo amamantas.

Las heces de un bebé que come sólidos tienden a ser marrón o marrón oscuro y tienen una consistencia más gruesa que la mantequilla de cacahuate, pero siguen siendo pastosas. También huelen más fuerte



Caquita con comida parcialmente digerida
Ocasionalmente las heces de tu bebé tendrán trozos de comida que puedes identificar o un color sorprendente, como rojo, naranja o azul oscuro. El color rojo puede venir del betabel (remolacha), el naranja de zanahorias y el azul de arándanos (quizás también verás pielecitas de arándanos).

¡No te preocupes! Probablemente ves esto porque algunos alimentos sólo se pueden digerir parcialmente o viajan tan rápido por el intestino que no tienen tiempo de descomponerse por completo.

También sucede cuando tu bebé come mucha cantidad de un tipo de alimento y no mastica por completo lo que se tiene en la boca antes de tragarlo.

Pero si la caquita de tu bebé siempre contiene alimentos no digeridos es hora de llamar al doctor. Su pediatra lo revisará para asegurarse que tu bebé está absorbiendo bien la comida y los nutrientes
Diarrea
La diarrea en los bebés es muy líquida y parece estar compuesta más de agua que de sólidos. Puede ser amarilla, verde o marrón y puede salirse o "explotar" fuera del pañal.

La diarrea puede ser señal de una infección o de una alergia, y si dura unos días sin tratamiento, puede llevar a deshidratación. Llama a tu doctor si tu bebé tiene 3 meses o menos y tiene más de dos o tres pañales llenos de diarrea, o si continúa teniendo diarrea durante más de un día o dos.

También es buena idea llamar a tu doctor si la diarrea de tu bebé tiene sangre o mucosidad.


Estreñimiento
Si las heces de tu bebé son duras y parecen piedrecitas, probablemente está estreñido. Puedes notar que tu bebé está visiblemente incómodo cuando defeca e incluso las heces pueden estar manchadas de sangre por haber irritado el ano al salir.

Uno o dos pañales con bolitas de popó no son motivo de preocupación, pero si tu bebé tiene tres o más (o si ves sangre), es mejor que llames al doctor.

A menudo el estreñimiento aparece al introducir alimentos sólidos a la dieta de los bebés, o puede ser señal de sensibilidad a la leche o a la proteína de la soya, o intolerancia a algún ingrediente presente en la leche materna o de fórmula.


Caquita con mucosidad
¿Parecen las heces de tu bebé llenas de baba? Unas heces verdosas llenas de franjas brillantes y relucientes tienen mucosidad. Esto pasa a veces cuando un bebé babea mucho, porque la mucosidad de la saliva a veces no se digiere.

Pero la mucosidad presente en las heces también podría ser señal de que tu bebé tiene una infección o una alergia. Si está acompañada de otros síntomas o la ves en el pañal de tu bebé dos días o más, llama al doctor para que descarte cualquier problema.

Caquita con sangre
A veces la sangre que hay en las heces de un bebé es de color rojo brillante, y otras veces es negra (lo cual quiere decir que ha sido digerida).

La sangre de color rojo brillante puede aparecer en las heces de un bebé por distintas razones. Llama a tu doctor si notas:

* Caquita normal manchada de sangre roja, lo cual a menudo es señal de una alergia a la proteína de la leche (imagen de arriba).

* Caquita de estreñimiento con manchas rojas, propias de rasguños en el ano o hemorroides minúsculas.

* Diarrea mezclada con sangre roja, porque podría indicar una infección bacterial.

Cuando aparece sangre negra en el pañal de un bebé (usualmente en forma de motitas que parecen semillas de amapola o de sésamo), a menudo es porque el bebé se alimenta de leche materna y traga sangre de los pezones agrietados de la mamá.

Aunque esto es señal de que tú necesitas ayuda para el dolor, no supone ningún peligro para tu bebé. De todos modos, deberías llamar al doctor para asegurarte de que no es nada más grave, como sangrado de sus intestinos.

Así como a la mayoría de las madres que amamantan, probablemente te preocupe que algo que comas o bebas pueda pasarle a tu bebé a través de la leche y hacerle daño. Aunque es verdad que todo lo que comes y bebes llega hasta la leche que produces, la cantidad generalmente equivale a una pequeñísima fracción de lo que comiste o bebiste. El siguiente gráfico contiene una lista de substancias que afectan a la leche materna y las precauciones que debes de tomar si las ingieres.

Tabla de interacción de la leche materna con alimentos

Comidas

Durante nueve meses seguidos has estado comiendo como manda el doctor, y ahora te mueres por saborear un platillo rebosante de chilitos picantes. Aunque no hay ningún motivo por el que no puedas darte un antojito de vez en cuando, te convendría evitar las comidas muy picantes o condimentadas (así como la cebolla y el queso) hasta que estés segura de que tu bebé no es sensible a ellas. Las señales más comunes de que algo que has comido le ha pasado a través de la leche son los gases y la irritabilidad del bebé. Si el bebé tiene diarrea o un sarpullido, la comida podría haberle causado alergia. Pero habla con tu médico antes de hacer cambios en tu dieta: es importante que te estés alimentando bien mientras amamantas.


Comida Solución Repollo, cebolla, ajo, brócoli, col de Bruselas, coliflor, pimiento (chile), pepino y nabo pueden causar irritabilidad, que suele durar hasta 24 horas y luego desaparece. Elimina de tu dieta las comidas que irriten al bebé (al menos durante los primeros meses de la lactancia) hasta que su sistema gastrointestinal esté más desarrollado.


La leche de vaca y los productos lácteos (leche, queso, yogur, mantequilla...) en tu dieta podrían provocar una reacción alérgica en tu bebé. Los síntomas pueden aparecer de pocos minutos a varias horas después de amamantar y podrían incluir diarrea, sarpullido, irritabilidad y gases, o moquitos, tos o congestión. Elimina todos los productos lácteos de tu dieta durante dos semanas y fíjate si tu bebé mejora.
Las frutas cítricas como naranjas, limones, limas, pomelos y mandarinas a menudo causan irritación. Los síntomas podrían incluir irritabilidad, vómitos, diarrea, sarpullidos, urticaria y congestión nasal. Suprime de tu dieta los alimentos sospechosos durante aproximadamente una semana (lo suficiente para eliminarlos completamente de tu organismo), y vuelve a introducirlos uno por uno hasta dar con el que causó el malestar.
El chocolate contiene una sustancia química llamada teobromina que irrita al sistema gástrico. Los síntomas incluyen irritabilidad y diarrea en el bebé. Elimina por una semana de tu dieta los dulces que contengan chocolate (lo suficiente para que tu organismo lo elimine completamente) y fíjate si el bebé mejora.
Huevos, trigo, maíz (elote), pescado, cacahuate, nueces y soya pueden causar alergias. Los síntomas podrían incluir irritabilidad, vómitos, diarrea, sarpullidos, urticaria y congestión nasal. Algunas de las proteínas de estos alimentos se pueden "escapar", pasar a la torrente sanguíneo y llegar a la leche materna. Haz una lista con todos los alimentos que comas y las fechas en que los comiste. Elimina cualquier comida sospechosa por una semana (lo suficiente para que tu organismo la elimine completamente), y vuelve a introducirla en tu dieta, una a una, hasta hallar la culpable. Pero no cambies drásticamente tu alimentación sin antes consultarlo con tu médico.


Las hierbas

Aunque las hierbas suelen considerarse alternativas naturales a ciertos medicamentos, podrían ser igualmente potentes y tóxicas. Al igual que con las medicinas y drogas, las sustancias químicas que contienen las hierbas pasan a la leche materna. Aunque algunas hierbas como el fenogreco y el hinojo se han usado durante siglos para aumentar la producción de leche materna, se sabe muy poco acerca de su efecto en el bebé lactante. Para estar segura, lo mejor es consultar con tu médico antes de tomar cualquier suplemento, remedio natural o hierbas.


Las hierbasLo que es importante saberCamomila (manzanilla), jengibre y equinácea Tomadas en infusión, probablemente no son un riesgo para el bebé, pero toma cualquier té de hierbas con precaución, sobre todo si no conoces todos los ingredientes que contienen. Evita la Hidrastis del Canadá, o "sello de oro", goldenseal en inglés, que suele acompañar a la equinácea: puede ser tóxica y los expertos no están seguros sobre sus efectos en los bebés lactantes. La mayoría de las infusiones son benignas, pero algunas han llegado a causar toxicidad en el hígado, advierte Jan Barger, una enfermera diplomada y especializada en la lactancia.
Fenogreco, anís, borraja, hojas de frambuesa, cardo santo, Serenoa repens (saw palmetto en inglés), eneldo, árbol casto o vitex, ajo, ortiga, semillas de hinojo, galega o ruda cabruna (Galega officinalis, o goat's rue en inglés), falsa raíz de unicornio, verbena y canela Estas hierbas se suelen usar para aumentar la producción de la leche y por lo general son inofensivas para el bebé. El fenogreco a veces figura entre los ingredientes del té Mother's Milk, el cual podría contener otras hierbas que no son buenas para el bebé. Si tomas cualquiera de estas hierbas en grandes cantidades, tu sudor podría oler a jarabe o sirope de arce.
Hierbabuena (menta), salvia y perejil Estas hierbas se usan a menudo para cocinar, y podrían disminuir tu producción de leche. Evítalas si estás tratando de amamantar, pero úsalas si quieres cuando estés lista para destetar a tu bebé, porque no le harán daño.
Tanacetum parthenium (feverfew en inglés) Es una hierba utilizada para tratar las migrañas. No la consumas si estás amamantando ya que podría acelerar el ritmo cardiaco del bebé.
Hierba de San Juan (hipérico, corazoncillo, St. John's wart en inglés) Se usa para tratar la depresión. No la consumas si estás amamantando, ya que no se han realizado estudios para comprobar si es segura durante la lactancia. Podría afectar tu producción de leche y puede también disminuir la eficacia de ciertos medicamentos.


Alcohol, cafeína y nicotina

Es igual de importante que sigas protegiendo a tu bebé de los efectos del alcohol, la nicotina y la cafeína mientras estás amamantando que cuando estabas embarazada.


SustanciaSus efectosLo que puedes hacer túAlcohol Aunque el alcohol pasa a la leche materna, la cantidad que le llega al bebé es mucho menor que la cantidad que ingieres. Los estudios indican que los niveles de alcohol en la leche materna llegan a su punto máximo unos 30 a 90 minutos después de que hayas consumido bebidas alcohólicas.

Probablemente no pase nada si tomas uno o dos vasos de vino o cerveza por semana. Si quieres tomar más y te preocupa que el alcohol le llegue a tu bebé, haz lo siguiente: espera hasta después de la última toma del día (inmediatamente después de amamantar a tu bebé) y luego espera un par de horas por copa para permitir que tu cuerpo metabolice el alcohol que hayas tomado.
Cafeína Si ingieres mucha cafeína, tu bebé podría ponerse más irritable y querer comer más a menudo. El organismo del bebé no es muy eficiente cuando se trata de eliminar la cafeína, y ésta puede acumularse en su sistema. Recuerda que la cafeína está presente en el chocolate, las sodas, algunos tés de hierbas y medicinas, además del café y el té. Demasiada cafeína también podría interferir con el sueño del bebé y ponerlo nervioso. Una o dos tazas de café al día no le harán daño a tu bebé, pero procura evitar la cafeína o al menos reducir su consumo mientras estás amamantando. Prueba el café o té descafeinado y evita las sodas de cola y otros refrescos que contengan cafeína.
Nicotina La nicotina que se ingiere al fumar tabaco puede llegar a la leche materna. Se ha comprobado que el fumar en grandes cantidades (más de un paquete al día) disminuye la producción de leche de la madre, y provoca vómitos, diarrea, pulso acelerado y agitación en los bebés. Sin embargo, en general, la nicotina no es absorbida con facilidad a través del tracto intestinal del bebé y se metaboliza con rapidez.

Los bebés de madres fumadoras, amamantados o no, son más propensos a sufrir de cólicos e infecciones respiratorias. Además, cuando las madres fuman, sus recién nacidos pueden correr un mayor riesgo de síndrome de muerte súbita infantil (SIDS por sus siglas en inglés). Sin embargo, los bebés de madres fumadoras que son amamantados son más sanos que los que reciben fórmula. Deja de fumar, por el bien de tu bebé. Pero si no puedes dejar el tabaco mientras estás amamantando, procura reducir cada día el número de cigarrillos que fumas, y no fumes justo antes de amamantar o alrededor de tu bebé, sobre todo dentro de la casa o en ambientes cerrados.

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