Amantando por primera vez
Lo mejor es comenzar con el amamantamiento lo más pronto posible después del parto, preferentemente en la primera hora de vida del bebé. En muchas ocasiones, él estará despierto, tranquilo y receptivo para alimentarse.
Algunos bebés se prenden rápido y vigorosamente al pecho y succionan enérgicamente durante varios minutos. Otros, en cambio, lamen el pezón, saborean unas gotas de calostro y se toman su tiempo antes de empezar a mamar.
Cada bebé tiene su propio estilo, y el amamantamiento facilitará a cada madre entender el de su bebé.
También la mamá puede tomarse el tiempo que necesite para darle la bienvenida a su bebé antes de ofrecerle el pecho. Llamarlo por su nombre, acariciarlo o mirarlo, simplemente favorecerá el vínculo entre ellos. Este contacto íntimo, el olor de la piel de su mamá, escuchar su voz o los latidos de su corazón serán un excelente estímulo para comenzar con la lactancia.
Algunos bebés se prenden rápido y vigorosamente al pecho y succionan enérgicamente durante varios minutos. Otros, en cambio, lamen el pezón, saborean unas gotas de calostro y se toman su tiempo antes de empezar a mamar.
Cada bebé tiene su propio estilo, y el amamantamiento facilitará a cada madre entender el de su bebé.
También la mamá puede tomarse el tiempo que necesite para darle la bienvenida a su bebé antes de ofrecerle el pecho. Llamarlo por su nombre, acariciarlo o mirarlo, simplemente favorecerá el vínculo entre ellos. Este contacto íntimo, el olor de la piel de su mamá, escuchar su voz o los latidos de su corazón serán un excelente estímulo para comenzar con la lactancia.
Una técnica correcta es la base para una lactancia sin inconvenientes. Algunas mamás prefieren amamantar acostadas con el bebé a su lado o sentadas con el bebé en brazos. Lo importante es que ambos se encuentren cómodos y relajados.
Clásica
La cabecita del bebé apoyada en la articulación del codo materno. Una almohada entre su cuerpito y la falda de la mamá le dará al bebé un apoyo seguro en caso de ser muy pequeño, y dará descanso al antebrazo de su mamá.
Acostada
Acercar el bebé al pecho, de modo que ambos queden enfrentados "panza con panza". Una almohada colocada en la espalda de la mamá y otra entre las rodillas la ayudará a estar más relajada.
Invertida
El bebé apoyado sobre una almohada debajo del brazo de la mamá, del lado que se vaya a amamantar. Sostener los hombros del bebé y la base de la cabeza colocando la mano por debajo de las orejas. Esta posición permite alimentar a mellizos en forma simultánea. También es útil en caso de cesárea y en recién nacidos prematuros. Facilita el vaciado inferior y exterior de la mama.
Cualquiera sea la posición elegida para amamantar debe tenerse en cuenta lo siguiente:
La cabeza y el cuerpo del bebé deben estar alineados.
Su cara ha de estar mirando el pecho, y su mentón apoyado sobre la mama. Es muy importante el contacto corporal.
Su cuerpito tiene que estar en contacto con el de la mamá. En caso de que sea recién nacido, hay que darle apoyo a las nalgas.
Sujetarse el pecho con la mano abierta ayudará a que el bebé se agarre mejor al pezón. Esto es muy conveniente si los pechos son grandes.
El labio inferior de la boquita del bebé debe estar hacia fuera.
Una sugerencia: Con el pulgar por encima de la aréola y los otros dedos por debajo, extraer una gota de calostro para animar al bebé a mamar.
Estimular suavemente el labio inferior del bebé con el pezón hasta que abra bien la boca. Acercarlo hacia el pecho, cuidando que el pezón y gran parte de la aréola queden dentro de su boca.
Los ojos del bebé buscarán los de su mamá porque la mirada comunica amor y cuidado, ingredientes fundamentales de una buena lactancia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario