lunes, 26 de mayo de 2014

algunos cuidados para tu bebe



Algunos cuidados que se deben tener con el bebe

Surgen muchas dudas sobre el cuidado del bebé y cómo tratar el recién nacido. El bebé es muy frágil y no tienes la forma exacta de medir la fuerza que haces al lavarle la cabeza o cuando lo abrazas, e

La fontanella o mollera son dos suturas blandas, cubiertas de membranas, una en la parte central y otra en la parte de atrás de la cabeza del bebé, la cual permite que a medida que crece el bebé desarrolle en consonancia el cráneo. La limpieza y el cuidado del bebé deben ser muy blandos por un periodo de 9 a 18 meses; y especialmente palpitante los primeros 4 meses. Esta zona debe ser tratada con especial cuidado, y tratar en lo posible de no tocarla, y mucho menos que sufra algún golpe.

Ahora también hay una reacción común en los recién nacidos, que es la llamada costra láctea o dermatitis seborreica, que suele salir justo en esta parte de la cabeza del bebé, y presenta características parecidas a una especie de caspa blanca amarillenta, con la piel un poco enrojecida y algo grasienta. No es de preocupación, aquí tienes unos puntos para hacer que poco a poco desaparezca.

En definitiva, debes limpiar la cabeza del bebé con un cepillo de cerdas suaves o con un algodón, de forma muy suave sin hacer presión en la fontanella. El movimiento debe ser de atrás hacia adelante, con unas gotitas de aceite de bebé, preferiblemente que no contenga ningún tipo de perfume, arrastras esa costra, sin mucha insistencia. El aceite de bebé permite que ablande, y seguramente cuando lo bañes saldrá un poco más.

Tu bebé acaba de llegar a tu vida. Tu casa, tus costumbres,... Todo cambia drásticamente de la noche a la mañana y este vuelco serán aún más pronunciado si eres primeriza. Con nuestra completa guía te facilitaremos esta etapa llena de cambios, aconsejándote en los cuidados de tu pequeño, los preparativos para su llegada y todo lo necesario para que sus tres primeros meses de vida estén llenos de felicidad para todos los que le rodeáis. Únete a nosotras y comparte esta experiencia única.
Acostar al bebé con los padres: una elección personal


En muchos países, la práctica habitual es acostar al recién nacido en la cama de sus padres, en ocasiones hasta edades muy avanzadas. Ello no supone un riesgo para el bebé de días o semanas de vida, ya que la madre suele adaptarse a su presencia de manera instintiva. Existen cunas que se pueden anexionar a la cama, para facilitar la lactancia durante la noche.

Colecho: ¿hasta qué edad debe dormir el niño con los padres?

Cuando se practica el colecho, muchas veces surge la pregunta sobre cuándo debe empezar el niño a dormir solo. Lo idóneo es esperar a que el niño esté preparado para ello. En algunos estudios sobre sueño infantil se ha encontrado que lo óptimo es que los niños duerman con sus padres hasta los 5 años de edad.

Se recomienda practicar el colecho hasta que el niño esté preparado para dormir solo


Muchas familias que practican el colecho se preguntan hasta qué edad debe dormir el bebé o el niño en la cama de los padres. Expresado de otra manera, algunos padres quieren saber cuál es la edad idónea para que el niño abandone su cama y comience a dormir solo, en su propia cama y en su dormitorio.

El requisito principal que ha de cumplirse para que el colecho sea una práctica de descanso positiva es que todos los miembros de la familia estén de acuerdo en practicarla. Generalmente, esta decisión la toman los padres cuando el bebé es pequeño.

Del mismo modo, la decisión de que el niño comience a dormir solo también debe tomarse en familia, estando de acuerdo todos los miembros implicados. Existen muchas formas de practicar el colecho y, a medida que esta práctica se alarga en el tiempo, la familia ha de ir adaptándose a las necesidades que van surgiendo.

Por ejemplo, cuando el bebé es pequeño, probablemente se disponga de suficiente espacio en la cama de los padres para los tres. Sin embargo, cuando el niño tiene 2 años, puede que el espacio comience a ser insuficiente y la familia tenga que plantearse comprar una cama más grande o adherir una cama supletoria.

¿El niño cuándo debe empezar a dormir solo?

No existe una edad concreta en la que los niños deban empezar a dormir solos. La respuesta correcta a esta pregunta sería: el niño debe empezar a dormir solo cuando esté preparado para ello.

El sueño es un proceso evolutivo y lo idóneo es esperar a que cada niño esté lo suficientemente maduro como para querer dormir solo, en su propia habitación. Por esta razón, debe respetarse el ritmo y las necesidades de cada niño.

El sueño es un proceso en el que están implicados diversos factores fisiológicos y psicológicos. Por ello, la evolución de cada niño en cuanto al sueño es diferente. Las características personales de cada niño influyen en su forma de dormir. Sin embargo, la observación empírica nos indica que todos los niños abandonan la cama de sus padres antes o después.

Cuando los niños comprenden que en casa no hay ningún peligro y que sus padres están en una habitación cercana y acudirán siempre que lo necesiten, suelen aceptar dormir solos. Motivados por sus padres, que elogian lo mayor que es ya y lo bonita que es su habitación, hacia los 3 ó 4 años de edad muchos niños dejan de dormir en la cama con sus padres. Algunos expertos afirman que es recomendable practicar el colecho hasta que el niño tenga 5 años de edad.

Lógicamente, al principio habrá que acompañarles hasta que se queden dormidos, contarles cuentos, cantarles… Generalmente, hacia los 7 u 8 años de edad, los niños comienzan a ser más autónomos en cuanto al sueño y pueden comenzar a prescindir de la compañía de sus padres para dormirse.

No obstante, no hay que olvidar que cada niño y cada familia tiene su propio ritmo y que las edades descritas son meramente orientativas.

Las cunas existen para los bebés desde tiempos muy antiguos. No obstante, hoy en día siguen existiendo muchas culturas en las que la práctica habitual es que los bebés duerman con la madre hasta edades relativamente avanzadas, como los 5 ó 6 años.

En circunstancias normales, ninguna madre ha aplastado a su bebé mientras éste dormía a su lado. De forma instintiva, la madre se adapta a la presencia de su hijo aunque esté dormida, entre otras cosas porque su oído se agudiza de forma notable. Es por ello que antiguamente se hablaba de "oreja de nodriza" para hacer referencia a un oído muy fino.

Podría darse algún caso de aplastamiento o asfixia en circunstancias excepcionales. En caso de que la madre haya consumido sustancias psico-depresoras, tales como el alcohol, algunas drogas, ansiolíticos o somníferos en general, es preferible poner al bebé en la cuna para evitar riesgos.

Pero, por lo demás, es una cuestión de elección personal: unas familias prefieren tener a los bebés en cunas y otras prefieren la intimidad que proporciona dormir con el bebé.

Muchos padres reconocen que duermen mucho más tranquilos si tienen cerca a su bebé. Muchas de las madres que habéis optado por la lactancia materna, estáis de acuerdo en que no tener que levantarse para dar el pecho al bebé es ciertamente mucho más cómodo.

Sólo conviene estar seguros de que la cama sea lo suficientemente amplia para todos y que el colchón sea firme.

Para aumentar la seguridad y de cara a prevenir el síndrome de muerte súbita, no se debe fumar en esa habitación.

Otra opción es colocar la cuna junto a la cama, con uno de los laterales bajados y los colchones a la misma altura, de forma que si el bebé necesita mamar o ser consolado, se le puede acercar alargando el brazo. Cuando el bebé vuelve a quedarse dormido, ponle de nuevo en la cuna. Existen modelos especiales de cuna adaptadas a este fin.

Consulta nuestras reglas de oro para la prevención de accidentes infantiles, entre las que encontrarás algunas advertencias y recomendaciones relativas a la cuna de tu bebé.

Durante mucho tiempo, aunque sólo en la cultura occidental, se ha mantenido la creencia de que acostar al bebé aparte, sacándolo de la habitación de los padres a los pocos meses de vida, propiciaba la independencia de los niños. No es verdad que acostar a los bebés lejos de los padres les haga más autónomos. La forma de educar y ayudar a madurar a un hijo no tiene que ver sólo con el lugar donde duerme el niño, sino con cómo es la relación entre padres e hijo durante todo el día.

Durante el primer año de vida, el sueño del bebé va cambiando hasta adaptarse a los patrones del sueño adulto.

Por supuesto, no todos los bebés evolucionan al mismo ritmo ni tienen las mismas necesidades.

Lo normal es que, poco a poco, el bebé aprenda a distinguir la noche del día y a relacionar las horas de oscuridad con las horas de dormir. Al cabo de los 6 meses, la mayoría de los bebés duerme toda la noche sin despertarse.

Las siestas del bebé, por su parte, irán disminuyendo, aunque más lentamente. Por lo general, los bebés dejan de necesitar dormir dos siestas diarias al cabo del primer año de vida. Seguirán necesitando dormir una siesta diaria, en algunos casos, hasta los cuatro años.

No debemos forzar los ritmos de sueño y vigilia del bebé durante los primeros meses. Conviene que los padres nos adaptemos a los ciclos de sueño y alimentación del bebé con flexibilidad.

Sin embargo, es recomendable establecer ciertas rutinas para ayudar al bebé a empezar a distinguir el día de la noche. ¡No te aseguramos que funcione a la primera! Pero te recomendamos, por ejemplo, que por la noche acuestes a tu bebé totalmente a oscuras. Por el día, en cambio, es preferible que tu bebé se acostumbre a dormir con algo de luz.

A lo largo del primer mes, lo normal es que el bebé duerma un total de 16 horas, despertándose, de media, cada 4 horas. Durante este período, el bebé se despierta básicamente para comer. Procura no estimular a tu bebé cuando se despierte de noche para mamar o tomar el biberón. Las tomas nocturnas serán, preferiblemente, muy aburridas.

Las madres que hayáis optado por dar el pecho a vuestro bebé, observaréis que el bebé tarda menos en quedarse dormido después de su toma. Las madres que, por el contrario, hayáis elegido la lactancia artificial, veréis que vuestro bebé empieza antes a dormir toda la noche seguida. Algunos bebés alimentados con leche artificial llegan a dormir hasta 12 horas seguidas a partir del tercer mes.

A partir del tercer mes, momento que normalmente coincide con el fin de los cólicos del lactante, el bebé necesita dormir 15 horas. Es decir, a los tres meses el bebé necesita dormir una hora menos que cuando acaba de nacer. La cantidad de horas que el bebé necesita para dormir se irá reduciendo poco a poco. Aumentará la cantidad de horas que el bebé emplea en dormir de noche.

En esta tabla te mostramos las horas aproximadas que necesita dormir tu bebé según su tiempo de vida. Así podrás saber si tu bebé está durmiendo todo lo que necesita. ¡Ya sabes lo importante que es dormir para tu bebé!

1 semana - 16 horas - 8 horas de sueño nocturno
1 mes - 15 horas y media - 8 horas y media de sueño nocturno
3 meses - 15 horas - 10 horas de sueño nocturno
6 meses - 14 horas y media - 10 horas y media de sueño nocturno
9 meses - 14 horas - 11 horas de sueño nocturno
1 año - 13 horas y media - 11 horas de sueño nocturno


El sueño del bebé de un mes ¿Cómo debe dormir?

El primer mes de vida del bebé es una época emocionante para los padres. Pero también tiene la dificultad de todo comienzo. Surgen muchas dudas sobre cómo debemos realizar las rutinas del bebé. En cuanto al sueño, estas dudas son muy frecuentes y, a veces, preocupantes. Qué horarios son los adecuados o en qué postura debemos ponerle a dormir son algunas de las cuestiones que suelen asaltarnos.

Los recién nacidos pasan la mayor parte del día y de la noche durmiendo. El tipo de sueño de tu hijo se explica en gran parte por su temperamento.

Hay bebés a los que les cuesta más adaptarse al horario de los adultos. A otros niños les sale de la manera más natural.

También influye en su manera de dormir el tipo de alimentación que has elegido para tu bebé. Los bebés de biberón suelen tardar menos en dormir toda la noche de un tirón. Los bebés de pecho, por su parte, tardan menos en volverse a dormir después de una toma.

El primer mes de vida del bebé suele ser maravilloso para los padres. Su primera sonrisa, sus hipos... ¡hasta sus gases! Cualquier reacción de nuestro bebé despierta nuestra ternura, a la vez que nos produce una enorme sorpresa. También es el mes en que más inseguros nos sentimos respecto a cómo cuidar de nuestro bebé. Su llanto nos inquieta enormemente y constantemente nos preguntamos si lo estaremos haciendo todo bien.

El sueño de nuestro bebé no es una excepción: Al principio, nos cuesta comprender su ritmo y tenemos múltiples preocupaciones en torno a cuál sea la mejor manera de dormir al bebé. Poco a poco, irás comprendiendo las necesidades de tu bebé. Mientras tanto, te ayudamos con algunos consejos en relación al sueño del bebé de un mes.



El bebé de pocas semanas tiene que comer por la noche. Los bebés necesitan alimentarse muy a menudo, especialmente los primeros días. De este modo, consiguen adecuar la producción de leche de su madre a sus propias necesidades.

Es fundamental que el bebé mame a menudo los primeros días para asegurar una buena producción de leche. Es probable, por ello, que el bebé pida mamar varias veces durante la noche.

Dar el pecho en la cama es muy cómodo y seguro. Si el bebé se alimenta de biberón, hay que levantarse a prepararlo por la noche. Sin embargo, los bebés que se alimentan mediante lactancia artificial suelen aprender antes que los bebés de pecho a dormir toda la noche .

Las tomas nocturnas de pecho son en general muy relajadas y mucho más cortas. Si el bebé toma biberones, seguramente tomará uno o dos por la noche. Más adelante, las tomas se espaciarán más.

Los bebés amamantados duermen a intervalos más cortos que los alimentados con biberón, pero se quedan dormidos con más facilidad debido a uno de los componentes de la leche materna (el triptófano), que tiene efectos relajantes sobre el organismo del bebé.

Las madres que dan el pecho también sienten que les resulta mucho más fácil volver a quedarse dormidas. Las hormonas que regulan la lactancia ayudan a la madre a relajarse y recobrar el sueño.
¿Cuándo aprende el bebé a dormir toda la noche?

Muchos padres sufren porque su bebé recién nacido no les permite descansar. Sienten que no pueden disfrutar de su niño a causa del cansancio acumulado.

El bebé de un mes se despierta porque necesita alimentarse. Pronto aprenderá a dormir toda la noche, aunque no existe un patrón fijo y estable para todos los bebés.

Algunos bebés empiezan a dormir 4-5 horas de un tirón por la noche a las pocas semanas de vida, aumentando la duración de su sueño nocturno paulatinamente.

Otros bebés siguen despertándose para comer varias veces cada noche durante muchos meses e incluso años. Se ha observado que los bebés amamantados se despiertan por la noche durante más tiempo, pues no llegan a saciarse tan fácilmente como los de biberón.

No es fácil "enseñar" a un bebé a dormir de un tirón. Influyen diversos factores y entre ellos, su temperamento. El temperamento de los padres también puede influir.
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Existen partidarios de "entrenar" al bebé con métodos de tipo conductual, pero otras familias prefieren atender al bebé que llora por la noche de una forma más amorosa.

Tarde o temprano, los niños aprenderán a dormir solos.
¿Cómo enseñar a dormir al bebé? ¿Por qué enseñarle correctos hábitos de sueño?

El momento de irse a dormir no debería llegar a convertirse en un conflicto entre tu hijo y tú. Por ello, es fundamental que, desde el principio, le inculques correctos hábitos de sueño. Mantener una cierta regularidad horaria o un ambiente adecuado en la habitación del bebé pueden ayudarte a enseñar a dormir a tu hijo.

Te preguntarás por qué hay que enseñar a dormir al bebé, si dormir es, precisamente, lo que más y mejor parece hacer tu bebé, al menos, durante sus primeros meses de vida.

Cuando el bebé acaba de nacer, es cierto que puede llegar a dormir durante muchas horas.
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Aunque se despierten frecuentemente, lo habitual es que los bebés duerman, aproximadamente, un total de 16 horas los primeros tres meses de vida.

Diversos cambios en el sueño del bebé hacen que este sea cada vez más parecido al sueño adulto, tal y como te explicamos en el artículo Cambios en el sueño del bebé.

Conforme van creciendo, los bebés espacian más sus siestas diurnas y se despiertan menos por la noche. Normalmente, al año ya distinguen perfectamente la noche del día y duermen toda la noche de un tirón.

A algunos niños les cuesta más que a otros adaptarse a este proceso, por lo demás, natural. Se puede prevenir la aparición de trastornos del sueño enseñando al bebé, desde pequeño, correctos hábitos de sueño.

Recuerda, dormir es muy importante para el crecimiento de tu hijo. Durante el sueño, además de descansar, el organismo del bebé realiza funciones estrechamente relacionadas con su crecimiento y la maduración de su cerebro.

Por ello, el momento de irse a dormir nunca debería suponer un conflicto para tu bebé.
Ayuda a tu bebé a dormir mejor

- Es recomendable mantener cierta regularidad horaria. Acuesta a tu bebé, cada día, más o menos a la misma hora. Procura también despertarle más o menos a la misma hora. La rutina ayuda a los bebés a adaptarse a los cambios.

- No acuestes a tu bebé si crees que tiene hambre. Puede que, al principio, se quede dormido, pero el bebé hambriento se despertará durante la noche con más facilidad. Despertarse continuamente es también incómodo para el bebé, que no puede controlarlo.

- No conviene, tampoco, acostar al bebé con el estómago lleno. Si el bebé tiene la tripa llena, probablemente le cueste dormirse. Además, esta circunstancia favorece que se despierte durante la noche.

- Es mejor no realizar actividades que exciten o estimulen a nuestro bebé durante las 2 horas previas al sueño. Realizar actividades relajantes, o dejarle a su aire, durante las horas que preceden al sueño, ayudará al bebé a comprender cuando le corresponde irse a dormir.

- Evita las siestas muy prolongadas o tardías. Las siestas de más de tres horas pueden interferir en el sueño nocturno del bebé. También ayudarás a tu bebé a coger el ritmo de los adultos asegurándote de que permanezca despierto las tres horas que preceden a la hora de dormir.

- Todo esto, sumado a que el ambiente del cuarto sea tranquilo, los ruidos mínimos y la temperatura adecuada (19º-20º será suficiente) hará que tu hijo se adapte a sus propios cambios sin el menor problema.
La lactancia materna mejora la vista de los bebés

Una investigación realizada por el Institute of Child Health establece que la leche materna podría mejorar la visión estereoscópica de los bebés, es decir la que proporciona la sensación de relieve, frente a la leche de fórmula. Esto puede ser debido al ácido graso docosahexaenoico, más conocido como DHA, un componente de la leche materna que favorece el desarrollo de la agudeza visual en los pequeños. El estudio se publicó recientemente en el American Journal of Clinical Nutrition .


Un estudio demuestra que la lactancia materna mejora la vista de los bebés

Uno de los tantos argumentos a favor de la lactancia materna son los resultados del estudio realizado por el Institute of Child Health sobre los efectos de ésta en la vista del bebé. La lactancia materna, además de fortalecer el contacto físico entre la madre y el bebé (favoreciendo la aparición del apego), proporciona mayor agudeza visual en los bebés.

Según esta investigación, la leche materna contiene un componente esencial que no tiene la leche preparada, como es el ácido graso docosahexaenoico (DHA). El DHA beneficia el desarrollo de la vista de los bebés. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a las mujeres embarazadas que aumenten el consumo de este ácido graso.


La prolongación de la gestación, el incremento del peso del niño al nacer y la reducción de la incidencia a tener un parto prematuro son otros de los beneficios que produce la presencia del DHA en el organismo de la madre. Este ácido proviene de los pescados grasos como el salmón, las sardinas o los pescados de agua dulce, el huevo o los aceites de pescado.

Los expertos del Institute of Child Health realizaron el estudio en 78 bebés amamantados frente a 184 que fueron alimentados con leche artificial. Dentro del primer grupo también seleccionaron bebés al azar, a los que se le dieron preparados con DHA y sin este suplemento. A los cuatro y seis años comprobaron su capacidad de visión.

Los resultados recogen que los bebés que tomaron pecho presentan mejor visión estereoscópica que los alimentados con leche preparada. Sin embargo, entre el grupo de los amamantados con leche materna, con y sin DHA, no se observó diferencia alguna. "Esos resultados respaldan la hipótesis de los beneficios de la lactancia materna en el desarrollo estereoscópico a largo plazo", sentenciaron los autores del estudio.

Por qué sudan los bebés lactantes?

Es habitual que el bebé lactante sude mientras está mamando o tomando el biberón. También puede ocurrir que el bebé de pocos meses sude mientras duerme. Todo ello es normal. Aunque el sudor es uno de los síntomas de problemas de corazón en el bebé, la insuficiencia cardíaca se manifiesta a través de todo un conjunto de síntomas entre los que se cuentan la fatiga, la dificultad para comer…


Muchos bebés sudan cuando están comiendo, sobre todo si toman un biberón que está demasiado caliente o tragan muy deprisa.

Algunos bebés sudan y se ponen algo pálidos cuando están profundamente dormidos. No tiene importancia si el bebé sigue comiendo bien y durante el resto del día está alegre, tranquilo y con buen color.

En algunas ocasiones, este sudor se atribuye a que el bebé tenga algún defecto cardiaco. Es poco probable que la insuficiencia cardíaca se manifieste solamente en forma de sudores.

Los signos y síntomas de que un bebé tiene algún problema de corazón pueden ser uno o varios de los siguientes:

Está fatigado, le cuesta comer seguido, hace pausas.
No termina los biberones o mama muy poco cada vez.
Está pálido o bien se le ponen amoratados los labios o los dedos.
Gana poco peso.
Se le hinchan las piernas o parece hinchado.
El pediatra detecta algún ruido anó
Amamantar durante la noche: un aliado para mantener la lactancia después de la baja maternal

Dar el pecho al bebé durante la noche contribuye al mantenimiento de la lactancia. La madre trabajadora pasa varias horas durante el día separada de su bebé. Pero por la noche están juntos. Los despertares espontáneos del bebé ofrecen una buena oportunidad para darle el pecho.


Muchas madres dan el pecho por la noche


Muchas madres desean mantener la lactancia después de finalizar la baja por maternidad. Sin embargo, conseguirlo puede llegar a ser complicado.

Aunque existen normas que tratan de regular la conciliación familiar de las madres trabajadoras, éstas no garantizan que continuar con la lactancia sea fácil.

Algunas madres optan por sacarse leche y dejarla bien conservada antes de ir a trabajar. Algunas mujeres, incluso, comienzan a sacarse leche y congelarla uno o dos meses antes del final de su permiso por maternidad. Así, cuando llega el momento de volver al trabajo ya tienen una cantidad aceptable de leche materna disponible. Esta leche se le da al bebé en biberón mientras la madre no está y ella le da el pecho en los momentos del día en que están juntos.

La opción de sacarse leche tiene un aspecto negativo, que es el mismo hecho de sacarse leche. Para algunas mujeres esto es tedioso o no disponen de tiempo suficiente para ello.

Otras madres dan el pecho a sus bebés cuando están con ellos (después de su jornada laboral) y el resto del día sus hijos toman biberón. Si la lactancia está bien implantada (que es lo normal después de varios meses), esta opción puede ser buena. El cuerpo de la madre se adapta para producir más leche en determinados momentos del día (en el horario que la madre y el bebé están juntos). Esta es una opción que evita que la madre tenga que sacarse leche y posibilita la continuidad de la lactancia.

Pero se elija la opción que se elija, hay un consejo fundamental que facilita la continuidad de la lactancia tras la vuelta al trabajo de la madre: amamantar por la noche.
¿Por qué es beneficioso amamantar durante la noche?

Dar al bebé de mamar durante la noche promueve el mantenimiento de la lactancia. La mayoría de los bebés necesitan mamar durante la noche. De hecho se estima que los niños necesitan mamar por la noche hasta, al menos, los dos años.

La noche es un período largo en el que madre y bebé están juntos. Por lo tanto, es un período de la jornada en el que amamantar al bebé es posible.

Esto no quiere decir que deba despertarse al bebé para darle de mamar, sino que la madre puede aprovechar los despertares espontáneos de su hijo para ofrecerle el pecho. En vez de ofrecerle agua o un biberón, se le ofrece el pecho y se aprovechan estas oportunidades para amamantarlo.

Amamantar durante la noche puede ser un obstáculo para el descanso de la madre que tiene que trabajar al día siguiente. Levantarse, tomar a su bebé en brazos, ponérselo al pecho y esperar a que termine de mamar puede llevar más tiempo que darle un biberón con agua o ponerle un chupete.

Pero también hay acciones que hacen compatible el amamantamiento nocturno con el descanso materno.

La madre que desea amamantar de noche a su bebé puede dormir junto a éste (es decir, practicar el colecho). De esta manera, las tomas nocturnas no obligan a la madre a dejar su cama. De hecho, algunas madres que lo practican afirman que casi ni se despiertan cuando amamantan a su bebé por la noche.

Si no se quiere practicar el colecho, compartir habitación con el bebé aunque éste duerma en su cuna facilita en buena medida el descanso de la madre que amamanta por la noche.

Así pues, la noche es una parte del tiempo que puede aprovecharse para que el bebé sea amamantado. No debe desperdiciarse este período (de unas 8 horas de cada día). Buscar la manera de descansar y, a la vez, dar el pecho al bebé es una opción práctica y beneficiosa para mantener la lactancia tras la vuelta al trabajo de la madre.malo del corazón (un "soplo").

El colecho y la lactancia materna son dos aspectos que están relacionados entre sí. Por una parte, el colecho es beneficioso para la instauración y el mantenimiento de la lactancia. Y por otra, la lactancia suele inducir a que las madres duerman cerca de sus bebés, por la comodidad que esta cercanía les aporta para amamantar durante la noche. 



La lactancia materna está vinculada al colecho

Lactancia materna y colecho son dos prácticas estrechamente relacionadas. Puesto que los bebés alimentados con leche materna suelen despertarse varias veces durante la noche para mamar, la madre ha de levantarse, tomar a su bebé en brazos y darle el pecho.

Es una realidad que muchas madres amamantan a sus bebés en su cama durante la noche y que, en muchas ocasiones, los bebés se quedan dormidos enganchados al pecho. También sucede a veces que la madre se queda dormida mientras está amamantando a su bebé. Así, madre e hijo pasan varias horas durante la noche compartiendo cama. De esta manera, se está practicando el colecho de una forma natural, no premeditada.

Obviamente, la madre que suele quedarse dormida con su bebé mientras le da el pecho por la noche debe tener en cuenta los requisitos de seguridad que deben respetarse cuando se va a practicar el colecho, aunque el bebé no vaya a dormir en la cama la noche completa.
Beneficios de practicar el colecho y la lactancia materna

En algunos estudios controlados se ha observado que los bebés que duermen en la cama con sus madres se despiertan más veces para mamar y las tomas son más largas. Esto beneficia el aumento de peso del bebé y garantiza la protección inmunológica que el bebé recibe a través de la leche materna. Cuanta más leche materna toman los bebés, más anticuerpos reciben.

También se ha observado que las madres y sus recién nacidos descansan más y mejor cuando duermen juntos. Así, la comodidad que aporta el colecho a las madres en lo que a su descanso se refiere hace que para éstas sea más fácil continuar con la lactancia durante más meses, lo cual es muy beneficioso para la salud de de la madre y del bebé.

Además, el colecho permite que la madre vigile el sueño de su bebé. Cuando los recién nacidos pasan varias horas seguidas dormidos, sin mamar, no debe despertárseles para ello (en condiciones normales). Sin embargo, deben aprovecharse los momentos de sueño más ligero o breves despertares del bebé para ofrecerle el pecho y motivarle a que mame. Durante la noche, esto es posible solamente si el bebé y la madre están durmiendo juntos, porque si están separados, la madre no se percatará de esas ocasiones de sueño ligero o breve despertar en las que ha de ofrecerle el pecho al recién nacido.

La madre que duerme junto a su bebé es consciente, aunque esté dormida, de la presencia de su hijo, de los movimientos de éste y se sincroniza con él para dar respuesta a sus necesidades. De este modo, la madre que colecha con su bebé responde más rápido a los requerimientos del bebé durante la noche, reduciendo sensiblemente los períodos de llanto del bebé.

De hecho, el lactante que colecha con su madre apenas llora porque no necesita avisar a ésta mediante el llanto de lo que necesita, teniendo en cuenta que el llanto es un indicador tardío de hambre. A través de ciertos movimientos o algunos gemidos, la madre sabe que el bebé está despertándose para mamar y puede ofrecerle el pecho antes de que éste necesite llorar para avisar. Cuando los bebés no necesitan llorar para ver satisfechas sus necesidades, se mantienen más tranquilos y contentos.


Consejos para estimular la subida de la leche

Estas son algunas recomendaciones para estimular la subida de la leche:

Sentarse en una silla cómoda donde la madre pueda apoyar la espalda y los brazos.
Encontrar un lugar tranquilo donde la mujer no sea molestada por los demás durante el proceso de dar el pecho.
Escuchar música tranquilizadora y beber despacio una bebida nutritiva durante un rato.
Colocar al bebé enfrente del pecho y asegurarse de que mama correctamente.
No fumar, no beber bebidas alcohólicas y no consumir drogas pues pueden interferir con la subida de la leche, y también pueden afectar al bebé a través de ella.
¿Cuáles son las ventajas de la lactancia materna para el bebé y para la madre?

La lactancia materna tiene ventajas tanto para el bebé como para la madre. La leche materna contiene todos los nutrientes que necesita el bebé para poder desarrollarse adecuadamente. Además, dar el pecho ayuda a la madre a recuperar su forma física anterior al embarazo.


Ventajas de la leche materna para el bebé
Ventajas de dar el pecho para la madre

Ventajas de la leche materna para el bebé:


La leche de la madre contiene todos los ingredientes principales (azúcares, lactosa, proteínas y grasas) en las cantidades necesarias para permitir un crecimiento óptimo de los bebés.

Los bebés necesitan mayor cantidad de calorías durante el primer año, ya que su crecimiento es muy intenso: suelen crecer unos 25 cm. Además, sus cerebros se desarrollan activamente y para ello necesitan algunos componentes de la grasa de la leche materna, entre ellos el colesterol.

Las proteínas que proporciona la leche son necesarias para la formación de nuevas células en todos los tejidos del cuerpo. Los hidratos de carbono o azúcares tienen como función aportar energía y facilitar la absorción del calcio.

La leche materna tiene además sustancias defensivas que protegen al niño y le ayudan a combatir las infecciones de oídos, alergias, vómitos, diarrea y otras enfermedades típicas de este periodo. También contiene enzimas que ayudan en el proceso digestivo.

A todo ello se suman otras ventajas: el coste es menor que el de la leche artificial , no necesita preparación y se puede ofrecer a los bebés al instante.

La leche materna casi no contiene sal para no dañar los riñones. Con excepción de la vitamina D, por lo general no es necesario un suplemento de vitaminas.

La leche de la madre satisface las necesidades alimenticias del bebé hasta los cinco o seis meses cumplidos. A partir de dicha fecha puede ser necesario aportar otros nutrientes.

Ventajas de dar el pecho para la madre:

Dar el pecho también beneficia a la madre, ya que le ayuda a recuperar el aspecto físico que poseía antes del embarazo: consume alrededor de 500 calorías al día, lo que facilita la pérdida de peso. Dando el pecho se suele perder la grasa acumulada en la zona de cintura y caderas, excepto si se come en exceso.

Además, la succión estimula las contracciones uterinas y permite que el útero recupere antes su tamaño normal. El amamantamiento puede ser un protector contra el cáncer de mama.

También tiene ventajas psicológicas y emocionales, ya que tranquiliza al bebé, fortalece los sentimientos de la madre hacia el recién nacido y le da seguridad en el cuidado de su hijo.

Cómo estimula la música el desarrollo del lenguaje del bebé? Beneficios de la música

Desde siempre se ha utilizado la música para comunicarse con los bebés. Se les ha cantado para ayudarlos a dormir, para acompañar sus juegos, para aliviar su llanto. Intuitivamente, el adulto ha sabido que la música es beneficiosa para los bebés. Hoy día se sabe que la música, además, estimula y facilita el desarrollo del lenguaje.


La música estimula el desarrollo del bebé

Desde hace mucho tiempo se sabe que, durante el embarazo, la música ejerce efectos muy positivos sobre la madre y el feto.

La música estimula el ritmo cardíaco del feto y provoca la secreción de endorfinas en la madre.

La música se utiliza como técnica de relajación y para ayudar a dormir al bebé, es decir, para proporcionar tranquilidad e inducir el sueño del bebé.

Por este motivo, cuando el niño llega al mundo, el primer lenguaje que comprende es el de la música. La música es un vehículo de relación entre el bebé y el mundo que le rodea.

Al permitir escuchar música al bebé o cantarle canciones se estimulan sus deseos de expresarse y de comunicarse con los adultos.

A continuación te contamos por qué es importante que tu bebé escuche música y te explicamos el efecto de la música en su desarrollo neurológico.
Beneficios de la música para el lenguaje infantil

En los bebés, la música estimula el desarrollo neurológico, activando diversas regiones cerebrales y formando nuevas conexiones neuronales, necesarias para el correcto desarrollo cognitivo, psicomotor y del lenguaje.

Según algunos estudios experimentales, el método que utiliza el cerebro para que los niños aprendan a hablar se basa en un análisis estadístico del lenguaje y de su ritmo. La compresión de las palabras en los bebés se produce por la repetitividad de los sonidos que escuchan y se basa en la frecuencia, es decir, en las características específicas y propias de la música.

La música se utiliza para tratar algunos trastornos como la dislexia o el autismo, como ayuda en el desarrollo y mejoría de las capacidades cognitivas, igual que ocurre en las etapas iniciales de la vida.

Los bebés desarrollan vocalizaciones que imitan a los sonidos musicales y, repitiendo un sonido durante mucho tiempo, empiezan a construir el lenguaje de forma intuitiva. Se esta manera crean una forma de comunicación que facilita el lenguaje posterior y mejora el vocabulario.

Las canciones infantiles, que contienen sílabas rimadas y repetitivas, permiten al bebé formar las bases del entendimiento y desarrollo del lenguaje, facilitando la comprensión y memorización posterior del significado de cada palabra.

Es decir, la música es el primer paso en el desarrollo del lenguaje, además de ser un sistema de relajación, placer y fuente de tranquilidad para el bebé.

Para qué sirve el chupete? ¿Es tan necesario su uso?

Podría decirse que, desde siempre, se ha utilizado alguna forma de "chupete" para consolar y tranquilizar a los bebés. Hay bebés que lo aceptan mejor que otros. Algunos bebés no necesitan succionar nada para relajarse. En cualquier caso, la mejor forma de tranquilizar al bebé es tomarlo en brazos. A continuación, encontrarás algunas recomendaciones para que el chupete no perjudique a tu bebé.

El chupete es, al parecer, un objeto indispensable en la canastilla de un bebé.

Esta pieza existe desde mucho tiempo atrás, aunque no de la forma en que lo conocemos ahora. Antiguamente se utilizaba una muñequilla de tela empapada en agua azucarada.

La función, como casi todo el mundo supone, es consolar y tranquilizar al bebé. De hecho, esta palabra significa en varios idiomas algo así como consolador (pero también atontador como por ejemplo dummy en inglés).

Algunos bebés necesitan estar chupeteando continuamente o de lo contrario, lloran. Otros bebés utilizan diferentes recursos para auto-consolarse o auto-tranquilizarse, como puede ser chuparse el dedo o la lengua. Sin embargo, hay bebés que no necesitan nada.

En cualquier caso, la mejor forma de tranquilizar al bebé es tomarlo en brazos. Cuando un bebé recién nacido llora, es frecuente que alguien bien intencionado intente ponerle en la boca un chupete, aunque seguramente lo que necesita es mamar. Lo habitual es que el bebé lo escupa y le den náuseas.

Es su forma de decir que no lo quiere ni lo necesita. Los bebés a quienes no se limita el acceso al pecho materno durante los primeros meses no necesitan chupar el dedo ni un chupete.

El uso del chupete no es necesario ya que el bebé no logra ninguna otra habilidad o capacidad cuando crezca. Sólo sirve de consolador, pero hay otras formas eficaces de consolar como tomar al bebé en brazos, cantarle, hablarle...
Recomendaciones para padres sobre el uso del chupete

No se debe ofrecer hasta que la lactancia materna está bien establecida.
No imponérselo al bebé si éste demuestra desagrado (náuseas) o lo echa afuera. No es necesario acostumbrarse al chupete.
Usarlo sólo cuando no es posible tomar al bebé en brazos y consolarlo con nuestro contacto.
Lavar y esterilizar el chupete a menudo, ya que puede ser fuente de infecciones como los hongos.
Jamás sujetarlo con cintas o cadenas al cuello, pues existe riesgo de asfixia. Es mejor que esté suelto. O bien sujeto con cadena de plástico a la ropa.
Cambiarlo a menudo, pues los chupetes se deforman.
Usarlo lo menos posible y suprimirlo antes de los 2 años, para evitar deformaciones de la boca y los dientes.
Efectos negativos del uso del chupete

Los chupetes producen algunos efectos negativos en los bebés


Durante los primeros meses de vida de nuestro hijo, el chupete puede llegar a parecernos un objeto indispensable.

Sin embargo, no siempre somos conscientes de que un uso inadecuado del chupete puede llegar a ser perjudicial para el bebé.

Se han descrito algunos efectos negativos relacionados con el uso continuado del chupete.


Se conocen varios efectos negativos que el uso continuado del chupete puede producir en el bebé.

En este artículo sobre los efectos negativos del chupete:
1.- El chupete puede dificultar el inicio de la lactancia materna
2.- El chupete puede producir infecciones de la boca en el bebé
3.- El uso del chupete está relacionado con el desarrollo de anomalías dentarias en el bebé
4.- El chupete puede favorecer la aparición de infecciones en el oído


1.- Puede dificultar el inicio de la lactancia materna

Chupar del pecho materno es muy diferente de chupar una tetina de plástico.

En el caso de que el bebé está aprendiendo a mamar, ponerle en la boca otro tipo de boquillas (sea de chupete o de biberones) puede confundirle. Además, cuando mama, el bebé mueve la lengua de modo muy diferente a cuando chupa chupete o toma por boquilla.

El llamado síndrome de confusión del pezón pueden producirlo los chupetes, las diferentes tetinas con que a veces se da al bebé de pocos días agua, infusiones o suplementos de leche y las pezoneras de silicona.

Existen muchos modelos y siluetas de tetinas y chupetes. Algunas pretenden ser más o menos anatómicas, pero ninguna es igual que el pecho de la madre.

En general, todas pueden confundir al bebé. Por eso, no se recomienda poner chupetes a los bebés hasta que la lactancia materna esté bien establecida. O sea, cuando el bebé sabe mamar bien y la producción de leche por la madre está bien establecida.

Hay múltiples estudios que demuestran que el empleo de chupetes tiene un efecto negativo sobre la duración de la lactancia materna.


2.- Puede favorecer el desarrollo de infecciones de la boca

La más frecuente es la producida por hongos, conocida como muguett y producida por candida albicans. Esta infección es frecuente en los bebés de pocos meses debido a que apenas tienen saliva, la cual tiene un efecto protector.

Otra clase de infección son las caries. Hace años se acostumbraba untar el chupete en azúcar, miel o leche condensada.

En efecto, el bebé se quedaba callado, pero... el resultado eran caries en los dientes de leche, que tenían como consecuencias dificultades para aprender a masticar, flemones y pérdida de algunas piezas dentarias .

3.- Puede favorecer el desarrollo de anomalías dentarias

Los bebés que tienen el chupete puesto mucho tiempo, suelen desarrollar de forma anormal la forma de sus mandíbulas. Por lo general, hace que la arcada superior quede por delante de la inferior. Esto se llama maloclusión que puede ser más o menos intensa.

En algunos bebés los dientes de arriba no encajan con los de abajo, formando una mordida abierta. Esto es más fácil que ocurra si el chupete tiene un eje duro en medio de la tetina.

Los bebés que utilizan chupete suelen respirar por la boca en vez de hacerlo por la nariz. Esto favorece el desarrollo de anomalías del paladar, ya que se eleva, fomenta la aparición de deformidades de la cavidad bucal y facilita infecciones de vías respiratorias.


4.- Puede favorecer la aparición de infecciones del oído

Esto se debe a que el bebé respira por la boca y no cierra bien la trompa de Eustaquio al tragar la saliva. Además, es más probable que el bebé que usa chupete esté siendo alimentado con leche artificial, que en ocasiones penetra por ese mismo conducto (sobre todo si le dan de comer acostado).

Y lógicamente si toma biberones, carece del efecto protector de la leche materna


Por qué tienen fiebre los bebés?

La fiebre en bebés pequeños suele ser muy alarmante para los padres. Sin embargo, normalmente es un síntoma que no suele indicar gravedad. No obstante, es importante observar el proceso e intervenir cuando sea necesario.
La fiebre suele preocupar mucho a los padres

La fiebre o aumento de la temperatura corporal es un signo de alerta que indica, normalmente, que está iniciándose una infección. Esta infección casi nunca tendrá consecuencias.

La propia fiebre actúa como mecanismo de defensa y sirve para desencadenar otros mecanismos de defensa corporal (respuestas inmunes).

La fiebre no suele ser perjudicial y siempre es consecuencia de algo. Es competencia del médico intentar descubrir de qué y tratarlo si es necesario.

La fiebre es un síntoma que asusta considerablemente a los padres, pero no siempre es necesario erradicarla inmediatamente con medicación.

Sólo hay que hacerlo si se eleva demasiado (más de 38º) o si sube demasiado rápido, ya que esto puede producir una convulsión, que aunque es inofensiva, alarma sobremanera a los padres.

El cuerpo humano dispone de numerosos medios para mantener la temperatura dentro de unos límites precisos. Puede perder calor aumentando la circulación sanguínea en la piel (enrojecimiento) y a través del sudor.

También puede aumentar la producción de calor mediante los escalofríos o evitar su pérdida, reduciendo la cantidad de sangre que circula por la piel. La fiebre es una respuesta biológica que está controlada por el sistema nervioso.
¿Qué suele indicar la fiebre?

Es un signo que se produce en diversas enfermedades infantiles. Por lo general, se debe a infecciones víricas o bacterianas leves.

Una temperatura de 37° o menos se considera totalmente normal. Entre 37,6º y 38° se habla de febrícula (lo que se denomina normalmente "décimas"). Si supera los 38°, se considera verdadera fiebre.

Los episodios febriles suelen durar entre 1 y 3 días y se deben a infecciones víricas autolimitadas (controladas por el cuerpo). Casi nunca es necesario administrar antibióticos excepto prescripción médica. Con fiebres altas pueden administrarse antitérmicos (normalmente, paracetamol o ibuprofeno).

En general, la fiebre más o menos alta no está relacionada con la gravedad de la enfermedad (excepto en lactantes muy pequeños) y no produce ningún efecto desfavorable. Además, los bebés toleran muy bien las temperaturas menores de 39.5º.

Por otra parte, como hemos comentado anteriormente, la fiebre puede ser beneficiosa porque estimula los sistemas defensivos de nuestro organismo frente a la infección y produce un ambiente hostil para el desarrollo de los microorganismos responsables de la enfermedad. Se ha comprobado que no siempre es imprescindible intentar reducirla a toda costa.

Una pequeñísima parte de la población infantil (un 3%) puede tener convulsiones debidas al aumento brusco de la temperatura.

Aunque causan una angustia lógica en los padres, las convulsiones febriles tienen características benignas, no producen lesiones cerebrales y no exigen tratamientos posteriores.

Por otra parte, hay dos creencias respecto a la fiebre que conviene desterrar: una, que la erupción dentaria es causa de fiebre y otra, que la fiebre alta puede provocar una meningitis

Estas dos ideas son falsas. La fiebre es una reacción natural y no supone un riesgo para el niño. Si supera unos límites muy elevados (mayor de 39º) y no se reduce con antitérmicos, debe consultarse al pediatra
La fiebre en los bebés y los niños: síntomas y tratamiento

La fiebre es una elevación de la temperatura del cuerpo que indica que se han activado mecanismos de defensa del organismo. Cuando aparece, señala que algo no marcha bien. Los bebés y los niños, cuando tienen fiebre, suelen tener la piel muy caliente. Pueden demostrar que están molestos o parecer decaídos. Debemos controlar la temperatura de los pequeños cuando aparecen estos síntomas.

La fiebre es la elevación de la temperatura del cuerpo, por encima de los valores habituales. Si la temperatura del cuerpo está entre 37º y 38º, se suele decir que se tienen “décimas” o también “febrícula”.

Entre 38º y 39,9º hablamos de fiebre. Por encima de 40º, de “hipertermia”.

En el mismo momento, el termómetro nos puede indicar diferente temperatura en diferentes partes del cuerpo (en la boca o en el recto, suele haber 5 décimas más que en la axila o la ingle).

Los termómetros de mercurio eran los más exactos, aunque desde el año 2008 están prohibidos en la Unión Europea debido a la toxicidad de este metal. Los termómetros electrónicos no son tan exactos, pero son muy cómodos ( y no se rompen tan fácilmente).
¿Por qué se produce?
¿Cómo se manifiesta?
¿Qué tenemos que hacer?
Uso de antitérmicos
¿Se puede complicar?

¿Por qué se produce?

En general, la fiebre indica que se han puesto en marcha procesos defensivos del organismo.

La fiebre no es mala por sí misma. En realidad es un indicador de que “algo ocurre en alguna parte”.

El termómetro puede mostrar una temperatura algo superior a la normal en situaciones normales como:
En distintas fases del sueño
Por la noche más que por la mañana
Durante la digestión
Cuando hace mucho calor
Después de una vacuna

La fiebre suele elevarse en caso de infecciones variadas y también en la deshidratación  .

Los grados o la fiebre más o menos alta no guardan relación con la gravedad de la causa.

Se puede tener fiebre muy alta en enfermedades benignas (como el exantema súbito  ) y sin embargo, otras más graves como la tuberculosis, dar sólo unas décimas.

¿Cómo se manifiesta?

Los bebés o niños con fiebre suelen tener la piel caliente, sobre todo en la frente y en el tronco.

A veces coexiste con pies y manos fríos, incluso amoratados.

En ocasiones, la piel parece roja. Otras, más pálida y con vetas amoratadas, como si fuera mármol.

Algunos bebés están inquietos cuando tienen fiebre, mientras que otros están más adormilados.

A veces, el bebé se queja. Otras no expresa malestar. En el caso de los niños ocurre lo mismo.

Aparte de la fiebre, hay que observar si el bebé o niño pequeño tiene otros síntomas acompañantes que darán pistas acerca del posible origen de la fiebre.

¿Qué tenemos que hacer?

Lo que no conviene hacer:
Abrigar al bebé o niño en exceso.
Obligarle a que coma.
Darle antitérmicos sin comprobar su temperatura.
Suprimir su baño.
Ponerle compresas de alcohol en la frente.

Lo que sí conviene:
Aligerarle de ropa.
Ofrecerle líquidos.
No insistir con la comida. Por ejemplo, los bebés amamantados se refugian en el pecho, en donde obtienen alimento, líquidos, defensas y consuelo. Suelen querer mamar más a menudo que antes.
Darle un baño para relajarle y limpiarle el sudor.
Ponerle el termómetro para conocer la temperatura.
Observar si hay otras manifestaciones acompañantes.

Consulten rápidamente en Urgencias si observan:
Convulsiones febriles
El bebé o niño vomita todo lo que toma, incluso el antitérmico.
Aparecen manchitas en la piel, de color rojizo, que no desaparecen al estirar la piel. Esas manchas, llamadas petequias que indican que un poco de sangre se ha salido de las venas a la piel. Puede indicar que existe un trastorno de la coagulación o que el bebé o niño tiene una infección grave.

Consulten a su pediatra si pasadas unas horas el niño sigue con fiebre y además tiene:
Tos
Dolor de oído
Otro tipo de sarpullidos
Diarrea
La fiebre no baja bien con los antitérmicos, o el niño parece inquieto y molesto, o bien demasiado decaído.

Uso de antitérmicos
No utilizarlos con temperatura inferior a 38º.
Es preferible no alternar varios fármacos sino uno o dos, los que se conozcan mejor.
El fármaco más seguro es el paracetamol.
Se pueden administrar en forma líquida o en supositorios.

Si el bebé o niño tiene fiebre pero está tranquilo, no parece tener dolores ni otras manifestaciones se puede esperar 24-48 horas, controlando la temperatura y utilizando algún antiinflamatorio.

¿Se puede complicar?

La única posible complicación de la fiebre por sí misma son las convulsiones febriles.

Aparte habría que considerar las complicaciones debidas al problema que causó la fiebre


Si tu hijo tiene fiebre, ¿sabes cuándo debes acudir al servicio de urgencias?

La fiebre sólo es un síntoma que alerta de la presencia de un problema. Representa el motivo más frecuente de consulta en urgencias pediátricas. Los pediatras recomiendan acudir a este servicio si hay alguna señal de riesgo, como irritabilidad, somnolencia, lesiones cutáneas, dificultad respiratoria en los niños pequeños, o bien si la fiebre se manifiesta en bebés menores de 3 meses.

La fiebre es un síntoma, no una enfermedad


Al contrario de lo que la mayoría de los padres piensa, la fiebre en los niños no representa una enfermedad grave, ni tiene que estar ligada a un mal pronóstico desde el punto de vista neurológico.

La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo que se produce contra una infección. ¡Sólo es un síntoma que alerta de la presencia de un problema! Los pediatras señalan que conocer la causa que produce la fiebre es tan importante como bajar la temperatura corporal.

La fiebre se presenta con más frecuencia durante los 3 primeros años de vida. Paradójicamente, su aparición es fundamental para ayudar a fortalecer la inmunidad del niño. Por ello, los pediatras insisten en que no en todos los casos es necesario optar por un tratamiento, sino que depende en gran parte de la sintomatología que presente el niño.

En este artículo sobre fiebre infantil:
La fiebre infantil y las consulta en urgencias pediátricas
¿Cuándo acudir al servicio de urgencias por fiebre infantil?
Remedios caseros para tratar la fiebre infantil
La fiebre infantil y las consultas en urgencias pediátricas

La mayoría de los pediatras señala que los padres tenemos cierta tendencia a acudir a los servicios de urgencia antes incluso de que se manifiesten signos claros de infección. Esto dificulta el trabajo de los pediatras ya que, en estos casos, si no hay señales evidentes de enfermedad se hace complicado definir un "posible" tratamiento para los niños pequeños.

Esta situación, además, hace que los servicios de urgencias se colapsen por casos de fiebre infantil. En España, “hay una cultura mal entendida del uso de los servicios de urgencias. Se abusa de ellos en busca de una segunda opinión o del acceso inmediato a determinadas pruebas diagnósticas. Tan sólo se debería acudir cuando existan signos clínicos que requieran asistencia inmediata”, advierte el doctor Antonio Jurado, presidente del Comité Científico de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

¿Cuándo acudir al servicio de urgencias por fiebre infantil?

La fiebre representa el motivo más frecuente de consulta en urgencias pediátricas. Por esta razón, los pediatras advierten de que no siempre es necesario tratar un proceso febril. Sin embargo, muchos padres nos preguntamos, ¿cuándo debemos acudir con los niños a urgencias?
SÍ se debe acudir a los servicios de urgencias con los niños
Cuando la fiebre es excesivamente alta.
Si el bebé es menor de 3 meses de edad.
Si la fiebre en los niños se manifiesta acompañada de afectación del estado general, irritabilidad, somnolencia, lesiones cutáneas o dificultades respiratorias.
NO se debe acudir a los servicios de urgencias con los niños
Cuando el niño, a pesar de tener fiebre, se encuentra físicamente bien.
Si el niño no rechaza la comida, tiene apetito.
Remedios caseros para bajar la fiebre infantil

Los pediatras señalan que, en caso de dudas, siempre debemos recurrir a los profesionales de la salud para adoptar el tratamiento más adecuado para nuestros hijos. Sin embargo, cuando la fiebre es leve, podemos recurrir a la ayuda de algunos remedios caseros, como:
Bañar al niño con agua a la misma temperatura del menor.
Poner a los niños paños de agua fría en la cabeza y extremidades.
Mantener a los niños bien hidratados, con poca ropa, en una habitación a temperatura agradable.

En cambio, debemos evitar las friegas de alcohol. Y, si el episodio febril hay que tratarlo con medicamentos (siempre bajo prescripción médica), debemos adecuar bien las dosis y utilizar solo un fármaco, ya que la prescripción de un gran número de medicamentos aumenta las posibilidades de intoxicación y error.

Qué son los juegos de falda?

Los juegos de falda son juegos espontáneos o aprendidos que entretienen a los bebés de pocos meses de edad. Se puede empezar a juguetear con el bebé desde el primer o el segundo mes, aunque probablemente el pequeño no interactuará hasta cumplidos los tres meses. Además de reforzar el vínculo con los padres, los juegos de falda cumplen una importante función en el desarrollo psicomotor del bebé. 

Los juegos de falda refuerzan el vínculo entre padres e hijos


A los bebés pequeños les encantan los juegos de falda por el ritmo y la música, pero sobre todo porque sus padres interactúan con él.

Muchos juegos de falda son espontáneos, inventados por los padres en su interacción con el bebé. Otros son "tradicionales", es decir, que tienen música, letra y gestos ritualizados, y se han ido transmitiendo a través de las generaciones. Son, por lo tanto, muy variados, aunque suelen tener también grandes parecidos.
Sean pues espontáneos o "aprendidos de la abuela", estos juegos desempeñan un importante papel en la maduración del bebé.

Mediante sonidos, gestos, movimientos, caricias, se facilita el desarrollo de nuevas habilidades en el bebé:
Estimulan su oído, su sentido del ritmo y de la música.
Desarrollan su memoria. Desarrollan ciertas habilidades motrices. Por ejemplo, "aserrín, aserrán..." sirve para reforzar el tono muscular.
Refuerzan el vínculo con el cuidador, con los padres.
Proporcionan al bebé seguridad: el hecho de que alguien esté jugando con él significa que su persona es importante. Además, "adivinar" lo que va a ocurrir a continuación en el juego, le da seguridad en sí mismo.
Desarrollan el lenguaje: El bebé aprende palabras aunque no las diga aún. Cuando oye "Haz los lobitos" y mueve la mano, está indicando que ya "sabe", que ya entiende la palabra.

La repetición del juego le sirve al niño de entrenamiento en diferentes habilidades. También le proporciona placer el descubrir que "sabe" lo que va a ocurrir después.

Los juegos de falda tienen siempre alguno de los siguientes componentes:
Contacto físico entre el adulto y el bebé.
Contacto visual.
Música, ritmo, sonidos, palabras.
Movimientos más o menos complejos.

Estos juegos contribuyen a reforzar el vínculo entre padres e hijos. Los padres pueden dedicar pequeños momentos del día para hablar y juguetear con el bebé. También se puede aprovechar el rato del baño, cuando se le viste o se le cambia el pañal.


El juego en los bebés de 4 a 7 meses. Jugar para aprende
A partir del cuarto mes de vida, los bebés pasan más tiempo despiertos y empiezan a dar muestras de querer relacionarse con su entorno y comunicarse. Es el momento perfecto para que los padres empiecen a jugar con sus hijos. Los juegos a esta edad se limitan a cancioncillas o simples charletas con el bebé. En un ambiente de ternura y cariño, la inteligencia del niño se desarrolla mejor.

Los padres son el mejor juguete para el bebé.

A partir de los 4 meses, el bebé empieza a descubrirse a sí mismo y el mundo que le rodea. Tiene más movilidad, empieza a relacionarse, a comunicarse y a transformar la realidad. Y su inteligencia madura de forma prodigiosa. A ello contribuyen los padres proporcionándole estímulos que le empujen a aprender habilidades.
Todas las actividades cotidianas pueden ser un momento para estimular al bebé, para acariciarle, para jugar y disfrutar con él.

El momento del baño o de cambiar los pañales, en que se tiene contacto cara a cara con el bebé, puede aprovecharse para "charlar" con el bebé o cantarle (estímulos sonoros), para acariciarle... (estímulos táctiles)

Permitirle que manipule la esponja o el cepillo del pelo le enseña nuevas texturas. Hacerle cosquillas al ponerle crema, jugar al "cucú-tras" al ponerle la ropa... son juegos simples pero igualmente interesantes para el niño, que disfruta con ello.

Su inteligencia crece mejor en ese ambiente de ternura y cariño.

Los padres a su vez disfrutan más de estas relaciones cotidianas, incluso de las rutinas. Ver cómo aprende el bebé les llena de orgullo. Cada día conocen mejor a su pequeño. Le entienden. Y con ello sienten que son mejores padres, más competentes en contraste con la inseguridad que posiblemente tenían cuando nació.

Qué juegos son adecuados para los bebés?

El juego es la herramienta que tienen los bebés para ir descubriendo el mundo que les rodea. A través del juego, los bebés exploran su propio cuerpo, su entorno y conocen a las demás personas. Jugando desarrollan sus habilidades motoras y cognitivas. También aprenden a relacionarse con los demás. Así pues, los bebés aprenden y se desarrollan jugando. Debemos jugar con nuestros hijos desde el principio.


Para el bebé, la mayoría de las actividades son juegos. Y jugar es el modo más divertido de aprender. Aparte de compartir las actividades cotidianas más simples con sus padres, el bebé disfruta de los clásicos "juegos de falda" que las abuelas han ido repitiendo a sus nietos de generación en generación.

Estos juegos tienen innumerables variaciones en cada localidad y cada región. Incluso son distintas de una familia a otra. La mayoría son simples, repetitivos, con rima y ritmo simples. Casi siempre incluyen contacto corporal y movimientos repetitivos, ritualizados.

Aunque muchos se han ido olvidando, vale la pena rescatarlos de la memoria y disfrutarlos una generación más. Pero también es posible inventar juegos nuevos, personalizados para cada padre y cada bebé.

Cada juego enseña al bebé pequeñas habilidades. Los padres pueden ir añadiendo nuevos aspectos, a medida que el bebé madura.

Los juegos deben repetirse varias veces seguidas pues, contrariamente a lo que les pasa a los adultos, el bebé no sólo no se aburre sino que disfruta más con el juego si éste se repite. Además, recordando las sensaciones pasadas, en adelante el bebé anticipará lo que va a ocurrir y disfrutará con sólo identificar el juguete, la canción o a la persona. Si se le habla al bebé en un tono juguetón se consigue además que éste mantenga su atención en el juego.

El bebé aprende unos juegos mejor que otros. Depende en gran parte de su propia madurez, de sus capacidades. Resulta curioso que alguno "lo olvide" una temporada, y luego lo vuelva a descubrir.

"Date, date, en la mochita"
Se guía la mano del bebé para que se dé golpecitos en la cabeza. De forma que tras unos ensayos, pueda hacerlo él solo. Este movimiento, aparentemente tan simple, significa que el bebé tiene ya una imagen en su mente de cómo es su cuerpo, puesto que cuando se golpea la cabeza, él no puede ver su mano.

"El caballito que va al paso, al trote, ¡al galope!
Se sostiene al bebé sobre las rodillas que suben y bajan a distinto ritmo, imitando el paso del caballo. Cuando el bebé es pequeño hay que sujetarle bien los brazos y su cabeza se mueve mucho. Luego, será capaz de anticipar con movimientos de su cuerpo el "galope", que le suele producir mucho regocijo.

 "Tengo una hormiguita en la patita que no me deja caminar"
Mientras se canta, los dedos índice y corazón "caminan" sobre distintas partes del cuerpo. Las cosquillas, como todas las formas de contacto corporal, contribuyen a que el bebé aprenda cómo es su cuerpo, le relajan a través de la risa y son excelente estímulo afectivo.


El baño del bebé. ¿Por qué algunos bebés lloran durante el baño?

La mayoría de los bebés disfruta del baño. El contacto físico con el padre o la madre relaja a los bebés y el agua les divierte. A algunos recién nacidos, sin embargo, les cuesta acostumbrarse a este hábito de higiene y, por ello, lloran. En este artículo encontrarás algunos consejos para conseguir que tu bebé disfrute del baño y para que este sea seguro.  

El baño forma parte de la higiene diaria de los bebés. Aunque no se ensucian como un niño mayor, el baño sirve para eliminar el sudor y las células muertas de la piel.

El baño es una actividad relajante y favorece el sueño del bebé. Por ello, la mayoría de las madres baña a su hijo por la noche.

El baño favorece el contacto corporal entre la madre o el padre y el bebé, lo cual le tranquiliza y le da seguridad. Es un buen momento para hablarle, cantarle, hacerle algún mimo o, después del baño, darle un masaje.

La bañera no debe llenarse más de 10 ó 15 cm y la temperatura del agua debe estar cercana a la temperatura del cuerpo 35-37º. Si no dispones de un termómetro de baño, puedes comprobar la temperatura introduciendo un codo en el agua. Empieza llenando la bañera con agua fría y complétala con agua caliente. Así evitarás que tu bebé se queme.

No abuses del uso de jabones. No hace falta utilizar jabón a diario sobre la piel de los bebés, pues reseca en exceso la piel. Sólo es necesario si está muy sucia la zona del pañal. Puedes utilizar aceites vegetales para favorecer la elasticidad de la piel.

El bebé no debe quedarse solo en el baño en ningún momento. Por ello, debes asegurarte de tener a mano todo lo necesario antes de empezar a bañar a tu bebé.
¿Qué objetos conviene tener a mano para bañar al bebé?

- Una toalla seca y templada para secar al bebé después del baño.

- Jabón líquido neutro para bebés.

- Una esponja vegetal para frotar sin dañar la piel del bebé.

- Crema especial para el culito del bebé.

- Aceite o crema hidratante para bebe


- Una gasa estéril y alcohol de 70 grados para la cura del cordón umbilical

- Pañales limpios.

- La ropa con la que se va a vestir al bebé después del baño.

- Un cepillo de cerdas suaves para el pelito del bebé.

- Colonia suave para bebés, que debe aplicarse en la ropa y con moderación.

El polvo de talco puede ser tóxico para el bebé si éste lo inhala. Es preferible prescindir de su uso.
¿Por qué algunos bebés lloran durante el baño?

Algunos bebés se relajan en el baño, mientras que otros lloran cuando se les viste y desviste, y también dentro del agua.

Probablemente sea porque su temperamento les hace más irritables y toleren mal los cambios (de ropa, de actividad, de postura).

Parece que se sienten inseguros al encontrarse sin ropa y sin apoyo.

Por lo general se van habituando al baño y, poco a poco, disfrutan más con esta actividad.

Si la hora del baño del bebé es motivo de estrés para los padres, pueden hacerlo en días alternos (los bebés no se ensucian tanto), y limitarse a limpiarle la cara y el culito.

Algunos padres y madres han comprobado que el bebé se relaja más si se bañan con él, sujetándole contra su cuerpo, lo que le da seguridad y le permite bañarse sin llorar.
El aseo diario del bebé


Consulta cuáles son los principales cuidados del bebé, cómo limpiarle los oídos, los ojos, la nariz, los genitales o el cordón umbilical.

Los bebés necesitan unos cuidados de higiene diarios


Los cuidados de los oídos, los ojos, la nariz, los genitales y el cordón umbilical, entre otros, son fundamentales para evitar que el bebé sufra infecciones, irritaciones u otros problemas que podrían perjudicar su salud.

Por esta razón, los padres tenemos que seguir unos cuidados diarios relacionados con la higiene del bebé.

En elbebe.com os ofrecemos información sobre la higiene diaria de su pelo, sus oídos y nariz, así como sobre el cuidado de sus pequeñas uñas y del cordón umbilical, etc.
Cómo cuidar el cabello del bebé recién nacido
Higiene de los oídos del recién nacido
Higiene nasal del recién nacido
Cuidado de las uñas del bebé
Higiene de los ojos del bebé recién nacido
Higiene de los genitales del bebé
Limpiar el culito del bebé recién nacido
Cuidados del cordón umbilical 
El cabello del recién nacido, ¿Cómo quitar la costra láctea?

El cabello de los bebés recién nacidos no requiere excesivos cuidados, solo cepillarlo a diario con un cepillo suave para bebés. El pelo con el que nace el bebé será sustituido en sus primeros meses de vida, por lo que no hará falta cortárselo. Su cuero cabelludo suele ser muy graso y puede aparecer la llamada "costra láctea".

El pelo con el que nace el bebé es sustituido, de forma paulatina y casi imperceptible, por el pelo definitivo. De ahí que no sea necesario cortárselo durante los primeros meses. Además, resulta algo difícil de hacer, ya que el recién nacido no es capaz de sostener la cabeza por sí mismo.

Dado el carácter graso del cuero cabelludo del recién nacido, pueden aparecer unas escamas de color marrón en la cabeza que se conocen como "costra láctea". El cepillado diario del cabello después del baño evita la formación de esta costra. Se debe utilizar un cepillo de cerdas suaves que no arañe su cuero cabelludo.

Si la costra láctea se ha formado ya, es necesario limpiarle la zona con aceite de almendras, aceite de oliva o vaselina y, transcurridas unas horas, lavarle la cabeza con un champú neutro para bebés. La costra láctea se desprenderá por sí sola al cabo de varios lavados.


Mantener la higiene de nariz y oídos del recién nacido... ¡sin bastoncillos!


El momento ideal para mantener la higiene de nariz y oídos del bebé recién nacido es después del baño, cuando el bebé está relajado. Los bebés tienen abundante cera en los oídos. Esta les protege de posibles infecciones. A continuación te damos unos sencillos consejos para limpiar la nariz y los oídos de los bebés... ¡sin bastoncillos!

Durante los primeros meses de vida del bebé, hay que ser especialmente cuidadoso a la hora de limpiarle. A continuación, te detallamos algunos aspectos que debes tener en cuenta para cuidar de los oídos y la nariz de tu bebé.
El cuidado de los oídos del recién nacido

Es normal que los oídos del bebé tengan abundante cera. Aunque a algunos padres pueda sorprenderles, ésta es necesaria para proteger el oído medio e interno de las infecciones externas.

La cera debe tener un aspecto amarillento y pegajoso; de no ser así es recomendable que consulten con el pediatra.

No es conveniente intentar quitar la cera mediante bastoncillos, pues puede empujarse hacia dentro, formando tapones en el interior del oído.
El cuidado de la nariz: higiene nasal del recién nacido

Debido a que los recién nacidos respiran únicamente por la nariz, es muy importante que sus fosas nasales no estén obstruidas. Para descongestionar la nariz del bebé no se deben usar bastoncillos, ya que pueden empujar las mucosidades hacia dentro, empeorando el problema.

Cuando tiene abundantes mocos o cuando le cuesta respirar, se le deben administrar unas gotas de suero fisiológico en cada fosa nasal y aspirar cuidadosamente las mucosidades con una pera de goma o un aspirador especial para este uso, ya que el bebé no sabe expulsarlas por sí mismo.

Esta operación es bastante molesta para el bebé. Por ello es preferible realizarla cuando esté completamente relajado. Un momento ideal sería después del baño, cuando las mucosidades están reblandecidas y el bebé tranquilo.

El cuidado de la piel y las uñas del bebé recién nacido


Las uñas del recién nacido son muy débiles y, probablemente, se romperán por sí solas. Puedes cortarle las uñas a tu hijo mientras duerme, para evitar que se haga heridas. Es posible que, unos días después de nacer, la piel de tu bebé se escame. Hidrata su piel después del baño para prevenir la sequedad. El masaje puede ser una buena forma de hidratar la piel de tu bebé.

  

Cuidado de las uñas y la piel del bebé recien nacido


No es necesario cortar las uñas del bebé durante las primeras semanas, ya que son muy débiles y lo más probable es que se rompan por sí solas.

Algunas personas creen que es incluso peligroso cortarlas en las primeras semanas, pero ese es otro de tantos mitos.

Si los padres advierten algún rasguño en la cara del bebé, conviene hacerlo para evitar que siga haciéndose pequeñas heridas. Eso sí, con cuidado, ya que es fácil cortar un poco de piel si se apura demasiado.

Lo más práctico es cortarlas cuando el bebé está dormido, pues sus manos están totalmente relajadas, utilizando unas tijeras de punta redonda para mayor seguridad.

Es normal que la piel del bebé se reseque a los pocos días de nacer.

Se verán unas escamas más o menos grandes por el abdomen y las piernas.

Se puede aplicar una loción hidratante o aceite corporal, después del baño.
Los masajes, una agradable rutina para el bebé y la madre

Es una costumbre que nos ha llegado de las culturas orientales (India). Después del baño o en cualquier otro momento, se aplica un poco de aceite o crema hidratante por toda la piel del bebé, masajeando con toda la mano (no con la punta de los dedos).

Para el bebé, ser tocado y acariciado es agradable y relajante. Cada una de las partes de su cuerpo adquiere importancia durante el masaje.

El masaje puede contribuir al sueño del bebé. También se recomiendan masajes para estimular la movilidad muscular en niños que tengan algún retraso de su maduración o en aquellos que estén muy rígidos.
Los ojos del bebé recién nacido: Higiene y cuidados

Es frecuente que el bebé recién nacido tenga muchas legañas en los ojos. Para limpiarlos, lo mejor es emplear una gasa empapada en suero o agua templada, previamente hervida. Consulta con el pediatra si los ojos de tu bebé segregan una sustancia amarilla o verdosa. Lo más probable es que se trate de una conjuntivitis purulenta, que se trata aplicando unas gotas especiales en los ojos de tu bebé.

Cuando las pestañas del recién nacido se pegan entre sí por la abundancia de legañas, hay que limpiar cada ojo pasando una gasa o un algodón empapado en agua hervida templada o suero fisiológico desde la parte del lacrimal hacia el rabillo del ojo.

El uso de manzanilla está en desuso debido a que si la persona es atópica o alérgica a la misma, la afección ocular puede empeorar.

Cuando exista secreción abundante de color amarillo o verdoso ("conjuntivitis purulenta"), se debe desinfectar a menudo con agua hervida.

Si no se resuelve espontáneamente, quizá sea necesario aplicar pomada o colirio con antibióticos.

En cualquiera de los casos, es conveniente consultar con el pediatra, que probablemente recomendará la aplicación de gotas.

Es conveniente emplear una gasa distinta con cada ojo para no contagiar el ojo sano en caso de infección.
La higiene del culito y los genitales del bebé recién nacido


Los genitales del bebé son muy delicados y deben limpiarse con cuidado, de forma diferente en niñas y niños. Con el fin de prevenir la llamada "dermatitis del pañal", te recomendamos que le cambies a menudo de pañal a tu bebé. Si ya ha aparecido, puedes aplicar una pomada a base de óxido de zinc sobre la zona irritada. 




Cuidado de los genitales en bebés recién nacidos

En las niñas, los genitales deben limpiarse de delante hacia atrás para no arrastrar hacia la vulva las bacterias de la zona anal. En los niños, el pene y los testículos deben limpiarse sin hacer retroceder el prepucio.

Cuando se aplique crema en los genitales, sólo debe hacerse de forma externa, sin separar en ningún caso los labios de la vulva ni hacer retroceder el prepucio.
Cuidado del culito del recién nacido. Prevenir la dermatitis

El contacto con la orina y las heces del pañal pueden irritar la piel del bebé y hacer que aparezcan unos pequeños granitos rojos que producen escozor en el culito. Esto se conoce como "dermatitis de pañal".

La mejor prevención es cambiar frecuentemente los pañales del bebé y mantener su piel seca. Si la dermatitis ya ha aparecido, debe aplicarse una fina capa de pomada tópica a base de óxido de zinc en la zona afectada.


Se recomienda no utilizar polvos de talco, ya que éstos pueden irritar los pulmones del bebé. Si, aun así, los padres desean utilizarlos, deben espolvorearlos sobre su mano lejos del niño para que éste no inspire la nube de polvo.


La higiene del culito y los genitales del bebé recién nacido

Los genitales del bebé son muy delicados y deben limpiarse con cuidado, de forma diferente en niñas y niños. Con el fin de prevenir la llamada "dermatitis del pañal", te recomendamos que le cambies a menudo de pañal a tu bebé. Si ya ha aparecido, puedes aplicar una pomada a base de óxido de zinc sobre la zona irritada.

Cuidado de los genitales en bebés recién nacidos

En las niñas, los genitales deben limpiarse de delante hacia atrás para no arrastrar hacia la vulva las bacterias de la zona anal. En los niños, el pene y los testículos deben limpiarse sin hacer retroceder el prepucio.

Cuando se aplique crema en los genitales, sólo debe hacerse de forma externa, sin separar en ningún caso los labios de la vulva ni hacer retroceder el prepucio.
Cuidado del culito del recién nacido. Prevenir la dermatitis

El contacto con la orina y las heces del pañal pueden irritar la piel del bebé y hacer que aparezcan unos pequeños granitos rojos que producen escozor en el culito. Esto se conoce como "dermatitis de pañal".

La mejor prevención es cambiar frecuentemente los pañales del bebé y mantener su piel seca. Si la dermatitis ya ha aparecido, debe aplicarse una fina capa de pomada tópica a base de óxido de zinc en la zona afectada.

Se recomienda no utilizar polvos de talco, ya que éstos pueden irritar los pulmones del bebé. Si, aun así, los padres desean utilizarlos, deben espolvorearlos sobre su mano lejos del niño para que éste no inspire la nube de polvo.
¿Qué cuidados necesita el cordón umbilical del recién nacido?


Cuidados del cordón umbilical del recién nacido


Uno de los primeros cuidados que necesita el bebé recién nacido es el de la limpieza del cordón umbilical.

Muchas veces, los padres tienen dudas sobre la mejor manera de limpiarlo. Es muy importante mantener una buena higiene de la zona y tenerlo tapado con una gasa. Cuando se le cambie el pañal y cuando se le bañe, debemos observar cómo está el ombligo.

En el útero materno el bebé se alimenta a través de los vasos sanguíneos del cordón umbilical. Al nacer, el médico estrangula, con una pinza, el cordón umbilical a unos centímetros del ombligo y lo corta. El trozo que permanece unido al bebé se seca y se desprende aproximadamente dos semanas después.

Para evitar que el cordón se infecte, hay que cubrirlo con una gasa estéril empapada en alcohol de 70 grados. Como el cordón umbilical puede estar en contacto con el pañal sucio, es importante cambiar frecuentemente los pañales. Conviene que los padres repitan esta operación a diario, después de cada baño y cada vez que se moje la gasa.

Si el cordón umbilical desprende mal olor, si se produce secreción, si sangra o si la piel circundante se enrojece, debe consultar con el pediatra.

Al desprenderse puede quedar una pequeña herida que cicatrizará pronto con sólo mantenerla seca y limpia.

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