lunes, 26 de mayo de 2014

mama en la adolescencia



mama en la adolescencia


Tener un hijo es un hermoso desafío, más aún si los pequeños llegan en la adolescencia de sus madres.

Las madres adolescentes tienen un rol sumamente difícil en la crianza de un hijo porque son demasiado jóvenes para ser completamente independientes y, por lo general, todavía están en la escuela. Para ser una buena mamá a esa edad, necesitas mucha dedicación y compromiso para cuidarte a ti y a tu bebé. Puedes ser una buena mamá incluso si no cuentas con mucha ayuda de tus familiares o amigos,.
Prepárate antes de que llegue el bebé. Toma clases para padres. Lee libros sobre el embarazo y la crianza. Pide consejos a los familiares o amigos que tienen niños.

Permanece en la escuela una vez que tengas a tu bebé. Las madres adolescentes a menudo no terminan sus estudios debido a las responsabilidades que implica tener un hijo. Esto te perjudica a ti y a tu bebé. pero acuérdate que para poder sacar a tu hijo adelante tienes que acabar los estudiar y volverte profesional pues una ves que tienes un hijo no debes de pensar en ti si no en el un hijo trae muchos gastos antes de nacer, y después de nacer a lo largo de la vida. es cierto que vas a pedir ayudas pero no siempre te las pueden dar van a ver momentos en vas a querer tantas cosas para el o ella y no vas a poder comprarlas aunque yo he
tenido suerte con mi familia y mis amigos de aceptarme a mi a y ami hija y que nunca le falte nada .

En qué situaciones es más frecuente?

Al contrario de lo que pudiera pensarse muchas adolescentes quedan embarazadas voluntariamente. Esto ocurre con más frecuencia en familias de clases marginales, donde la violencia, la droga y la pobreza forman parte de sus vidas.

No obstante, la mayoría de las adolescentes que quedan embarazadas no lo desean y la decisión de tener ese hijo conlleva una gran responsabilidad para la que normalmente no están preparadas.
En este caso es fundamental el respaldo emocional que pueda obtener de su familia, pareja y amigos aunque lo más frecuente es que se encuentren con el rechazo de la familia, la ausencia de su pareja, que no desea saber nada del tema, y con el aislamiento de sus amigos.aunque no todas las familias son así unas te apoyan te entiendes y te ayudan depende de como sea tu relación con ellos,y si tu pareja se asunta ten encuenta que tu puedes salir adelante sin ayuda de una pareja

Reacciones emocionales más frecuentes

- La primera reacción es la negación. Se niegan a admitir el problema. La mayoría no desea tener el bebé y la nueva situación se convierte en un problema difícil de aceptar. Cualquier cosa que decidan hacer sobre su embarazo tiene sentimientos conflictivos.

- Normalmente hay un rechazo total hacia el bebé. No quieren tenerlo. Son muy frecuentes los sentimientos de culpabilidad, pérdida de autoestima, anorexia, tristeza y depresión.

- La dificultad de contárselo a la familia. Puede ocurrir que sea un embarazo buscado, es el caso de niñas que desean salir del entorno familiar, o que desean tener el bebé para tener a alguien a quien querer, en tal caso el único problema consciente al que se enfrentan es el de comunicárselo a sus familias.

- Sienten miedo e inseguridad ante la nueva situación, entran en otra etapa de su vida, saltando por la adolescencia se adentran en el mundo de los adultos para el cual aún no están preparadas, tienen que afrontar el problema con responsabilidad y surge el miedo. ¿Sabré hacerlo?

Miedo al rechazo social, se sienten juzgadas y criticadas.

pero después de un tiempo pensarlo bien y tener a alguien que te apoya cambias de parecer se te acaban los miedos pues sabes que alguien te apoya y esta contigo y si tienes la fortuna de tener una familia que te apoya así estés con pareja o sin ella sera todo mas fácil pues ya no estarás sola. después nacerá tu bebe un hijo es algo maravilloso y te vas a sentir la mujer mas afortunada del mundo vas a hacer las cosas con mas ganas y lucharas por sacar adelante a tu bebe a pesar de las responsabilidades que trae un hijo. un hijo te llena de felicidad y ganas de luchar es alguien que siempre va estar contigo y no vas a volver a estar sola cada sonrisa de un hijo cada cosa que hacen es la alegría mas grande que puede haber. recuerda le tienes que enseñar tantas cosas y estar tan pendiente de ellos de ti depende como sean y los valores que tengan.

Un embarazo en la adolescencia cambia totalmente el proyecto de vida y pone en riesgo la salud de la madre y del hijo.



Las complicaciones por embarazos durante la adolescencia cobran miles de vidas maternas y cada año mueren más de un millón de bebés de madres adolescentes y el problema es muy claro, aún su cuerpo no está preparado para concebir un hijo.

La espera y llegada de un hijo o una hija es un acontecimiento maravilloso que genera enorme felicidad a los padres y familiares, sobre todo cuando este embarazo fue deseado y planeado ya que implica una enorme responsabilidad y madurez.

Pero des afortunadamente, en ocasiones este acontecimiento milagroso que permite darle sentido a la vida, se convierte en una carga y en un sentimiento de culpa, miedo y rechazo que afecta la vida en todos los sentidos y es que un embarazo no deseado, genera siempre preocupación, temor y hasta enojo, que generalmente termina por lesionar a quien menos lo merece: el bebé.
Lo preocupante de este problema es que a pesar de la información y de los medios existentes para evitar un embarazo, la cifra de joven citas menores de 19 años, que se embarazan o que ya tienen hijos, aumenta día con día, de tal forma que solamente en México se reportan más de un millón de ellas.

Este problema afecta a jóvenes de todos los niveles socio económicos y educativos, por lo que es importante reflexionar muy bien, sobre todo respecto a lo que implica no solamente un embarazo, sino el tener un hijo o hija en una etapa de la vida en que se está físicamente en pleno desarrollo, emocionalmente se empiezan a expresar y a definir sentimientos afectivos y sexuales y socialmente se está estructurando un proyecto de vida, necesario para poder llegar a la vida adulta con la preparación adecuada, para salir adelante en todos los aspectos y roles que se presentan.

El impacto del embarazo en la adolescencia además de los riesgos físicos, ocasiona un mayor número de abortos o bebés muertos o con problemas congénitos y es también psicosocial, ya que se traduce en deserción escolar, mayor número de hijos a lo largo de su juventud, desempleo o ingresos inferiores de por vida, generalmente fracaso en la relación de pareja y abandono de la vida social con todo lo que ello significa.

Los problemas que genera un embarazo no deseado o sorpresivo, no solamente tienen consecuencias para las mujeres, sino también para los padres que en muchos casos también son adolescentes, lo que implica por supuesto otro tipo de problemas que son los legales, ya que el acoso, el estupro, el incesto, la violación o el abuso sexual, son actos castigados por la ley 

El ser padres durante la adolescencia también representa una “carga” para las familias, que tienen que apoyar y ayudar económica y emocionalmente a los jóvenes, que en muchas ocasiones tienen que vivir con ellos, lo que también afectar la libertad en la relación de pareja.

Otro de los problemas, es el rechazo social o religioso, cuando el embarazo se ha dado fuera del matrimonio, porque si bien, en algunas familias este concepto es más flexible y llega a ser hasta tolerado y aceptado, en la mayoría de ellas sigue siendo considerado como no deseable, fundamentalmente por cuestiones morales y religiosas, que consideran inadecuadas las relaciones sexuales fuera del matrimonio.
Pero el principal problema social, es generado por que tener un hijo o una hija que representa compromiso, sacrificio y abandono de muchas actividades que deben ser parte del desarrollo normal de los y las adolescentes y esta frustración de su proyecto de vida, termina por perjudicar enormemente a quienes no tuvieron nada que ver con una decisión o equivocación apresurada: los hijos e hijas.

Casos de jóvenes que fueron mamas en la adolescencia
A veces me siento sola, chica, pero mi hijo es lo más hermoso que tengo"


"Cuando nació... no pude estar más feliz. ¡Me quedé dura! No sabía qué hacer, le dije hola y le di un primer beso, fue mágico", comentó Antonella Izco, mamá de Sofián de apenas 8 meses.

Antonella fue mamá a los 18 años y experimentó el temor y nerviosismo que cualquier mamá adolescente siente cuando toma conocimiento de su embarazo. La joven contó que acababa de terminar el secundario cuando se enteró que estaba esperando un bebé y, de inmediato transmitió las novedades a todos.

"Las primeras en saberlo fueron mis amigas, apenas lo supe me junté con ellas para contarles. Después les dije a mis papás, fue difícil, mi papá reaccionó bien, mi mamá tardó un poco más en asimilarlo. Finalmente se lo dije a Karim (su pareja) y ahí comenzamos con los planes", contó Antonella.

La joven, que actualmente vive con su novio y su bebé, confesó que no se arrepiente en ningún momento de haber sido mamá de Sofia, sin embargo, si pudiese volver el tiempo atrás lo pensaría dos veces.

"Yo a mi hijo lo amo como a nadie, es hermoso y me muero si no lo tengo pero me hubiese gustado que llegase más adelante, a esta edad es muy difícil y hacemos todo para que no le falte nada, a veces me siento sola, me siento chica, pero lo cierto es que no me arrepiento, me encanta ser mamá y a él lo adoro, es lo más lindo que tengo", reveló


segundo caso

"La mujer es mamá cuando se entera que está embarazada"


"¿Momentos lindos con mi hija? Todos, no puedo pensar en un sólo momento en el que no me haya hecho feliz", comenzó a relatar Natalia González.

La joven recibió a su hija, Juliana, a los 18 años. En ese momento cursaba el primer año de la carrera de Diseño indumentario y Textil en la Universidad de Mendoza y contó que "es complicado, estás saliendo de la secundaria con 17 años y entrando a la facultad embarazada, es difícil", comentó.
La joven aseguró que si pudiese volver el tiempo atrás, no cambiaría nada y elegiría nuevamente tener a su hija y los cambios que la pequeña trajo a su vida. "Los hombres son padres en el momento en el que nace el bebé, y la mujer es mamá cuando se entera, desde ese momento te cambia la vida", comentó.

Claro que el cursado comenzó a complicarse y aunque siempre contó con el apoyo de su familia y el padre de su hija no resultó fácil conjugar las actividades de estudiante y mamá. "A veces no tenía con quién dejarla, asi es que la llevaba a la facu con el cochecito y todo", contó Natalia.

"Es diferentes cuando planificás ser mamá, porque te asegurás de lo que le podés dar. De todas formas no me arrepiento de haberla tenido tan joven a Juliana, a los 30 ya no hubiese tenido las ganas o la paciencia necesarias", explicó la joven que celebrará en un mes los 7 años de su hija.

"Mi hijo me ayudó a crecer y fortalecerme"




"El momento en el que lo ví y lo miré a sus ojos por primera vez, ahí entendí que nada iba a poder arruinarme la vida nunca más". Así comenzó su relato Gabriela Saladino. Fue mamá a los 18 años y, con la feliz noticia, también llegaron situaciones que fueron difíciles de superar.

tercer caso
Cuando te enteras es difícil asumirlo, porque mi pareja y yo estábamos estudiando y además sentís que estás decepcionando a mucha gente, como mis papás y los suyos. Igualmente siempre me apoyaron, es más, no sé qué estaría haciendo ahora si mis padres no me hubiesen acompañado y aconsejado", contó la joven que hoy en día tiene 21 años.

Aunque contaba con la ayuda incondicional de su familia, Gabriela tuvo que sortear otra dificultad, que a ninguna mujer le gustaría vivir, mucho menos estando embarazada. "Llevábamos 4 años de novios con el papá de mi hijo, pero un día me dijo que estaba con otra persona y sentí que todo se me venía abajo. Estaba de cinco meses, lloraba todo el día", contó. Y agregó: "Su mamá sin embargo, nunca dejó de acompañarme".

Pese a estar embarazada, Gabriela nunca dejó de lado sus estudios. Incluso cursó ese año de la facultad hasta una semana antes de dar a luz a Lautaro. Tras convertirse en mamá, regresó de inmediato a las aulas. "Iba a cursar igual, no quería retrasarme. Tres semanas después de que nació mi bebé volví a cursar, estudiaba de madrugada, de día estaba con él y de tarde cursaba".

La joven contó que muchas veces le ganaba la tristeza estando embarazada, necesitaba esa compañía que ya no tenía pero que todo ese pesar pasó a segundo plano cuando se miraron con su pequeño a los ojos por primera vez: "Mi hijo me cambió la vida, me hizo crecer, fortalecerme, todo lo demás pasó a segundo plano desde su llegada", Gabriela Saladino.

"Fue todo nuevo"


"Cuando te dicen que nació, es una sensación, un calor que te recorre el cuerpo no se puede describir". Así comenzó su historia Carolina Niella.







No hay comentarios.:

Publicar un comentario