lunes, 26 de mayo de 2014

como enseñarle a un bebe a caminar



primeros pasos

Los primeros pasos son todo un hito en el crecimiento del bebé. Marcan el comienzo de una nueva etapa en la cual explorarán el mundo desde otra perspectiva.

Para los padres también es todo un acontecimiento. Por un lado se sienten orgullosos de que su pequeño consiga mantener el equilibro sobre sus dos pies, mientras que por el otro surge la preocupación por los peligros que supone esta nueva forma de desplazamiento.

Hay todo un previo al ponerse de pie que cada bebé va haciendo a su propio ritmo. A lo largo del primer año ha conseguido girar sobre sí mismo, sentarse, gatear y mantenerse sobre sus dos pies. El gateo es el paso anterior natural al ponerse de pie, pero algunos niños lo pasan por alto. Es una etapa evolutiva muy beneficiosa para el bebé, por lo que no se recomienda apresurarse a poner de pie al niño pues sino salteará esta fase.

Dar los primeros pasos no significa comenzar a andar. Al principio el bebé buscará el apoyo en objetos (generalmente los muebles) para andar distancias cortas. Irá de la silla a la mesa, de la mesa al sofá e irá haciendo distancias más largas a medida que vaya cogiendo confianza. Lo mismo si le extendéis los brazos andará unos pasitos hacia vosotros (que dicho sea de paso es un momento inolvidable para los padres), pero pueden pasar varias semanas hasta que el niño consiga caminar sin ayuda.
Cuándo comienza el bebé a dar los primeros pasos


Como sucede con tantas otras cosas en la vida de los niños como la primera sonrisa, el gateo o la primera palabra, la edad a la que los bebés dan los primeros pasos depende del propio ritmo de crecimiento de cada uno. Algunos comienzan a andar a los 9 meses mientras que otros, Mi bebé: casi 15 meses y todavía no camina solita“>como mi segunda hija, no “se largan” hasta los 15 meses.

Lo esperable, lo que suelen esperar los familiares, es que el bebé sorprenda a todos dando sus primeros pasos al cumplir el primer año de vida, pues la mayoría de los bebés comienzan a andar alrededor de los 12 meses, pero no se trata de una fórmula matemática ni tiene nada que ver con su capacidad intelectual.

El momento en que el bebé comience a andar esta condicionado por varios factores. El genético es uno de ellos, aunque no determinante, pero también influye el estado físico del bebé, sus inquietudes y las posibilidades que le demos para moverse. Un niño rellenito, que se encuentra muy cómodo desplazándose mediante el gateo y que está todo el día de la cuna al parque y de ahí al cochecito no tendrá demasiadas posibilidades de practicar y seguramente demore más que un niño con características más favorables.
Cómo podemos ayudarlo a dar los primeros pasos


Hay algunos ejercicios de estimulación temprana que podemos poner en práctica para ayudar al bebé a dar sus primeros pasos con confianza cuando haya llegado su momento.

Por ejemplo:
Cogerlo de las manos desde atrás y acompañarlo a andar por toda la casa. A tu lado se sentirá más seguro para ir cogiendo equilibrio.
Ponerle poco a poco los objetos de apoyo a distancias más largas para que vaya dando más pasitos. Tampoco lo agobies, es posible que cuando menos te lo esperes lo veas darse una caminata de un mueble a otro.
Dejarlo con su espalda apoyada en una pared o una cama y llamarlo enseñándole un juguete.
No dudes en darle la mano cuando veas que flaquea. Se sentirá protegido.
Poner a su altura una caja para guardar juguetes (los sistemas de almacenaje con cajas de Ikea son ideales). Le divertirá meter y sacar juguetes en él, lo cual le ayudará a ponerse de pie y mantener el equilibro.
Aunque los brazos de papá y mamá son el mejor apoyo para aprender a caminar, hay corre pasillos con ruedas que les ayudan a ponerse de pie y al empujarlos empiezan a dar un pasito tras otro sin darse cuenta. También es común que lo hagan con una silla. Hay que tener en cuenta a la hora de elegir un corre pasillos que éste no sea muy ligero, sino que tenga el peso suficiente como para que el niño no se vaya de boca al empujarlo. Ojo, no hablo de andadores, los cuales está demostrado que no ayudan al niño a aprender a caminar pues no ejercita los muslos ni las caderas, además de ser muy peligroso.

La seguridad en casa es fundamental


Cuando nuestro bebé demuestra interés por comenzar a desplazarse sobre sus dos piernas, es fundamental que extrememos las medidas de seguridad en casa para que pueda campar a sus anchas sin peligros.

Debemos retirar cualquier objeto que pueda caerse sobre el bebé en su intento por ponerse de pie, tenemos que proteger las esquinas de las mesas, quitar adornos valiosos, tapar los enchufes, poner en alto bebidas alcohólicas o artículos de limpieza, poner cierre de seguridad en puertas y cajones, etc.

Son las mismas precauciones que debemos tomar cuando empieza a gatear, pero teniendo en cuenta que ahora llega a sitios donde antes no llegaba y que se mueve con mayor rapidez, aunque algunos gatean también a velocidad de vértigo.

Así como la seguridad en casa también es importante el calzado que utilice para dar los primeros pasos. Lo ideal es que lo hagan descalzos, pero eso no siempre es posible, así que lo ideal es que el calzado le proteja el pie y le proporcione equilibrio y estabilidad. Para ello los mejores son los blanditos con una suela flexible que permiten la libertad de movimientos.

Por último, si tu bebé está en la maravillosa etapa de dar sus primeros pasos es importante que por su seguridad no le quitéis ojo de encima y que seáis conscientes de que habrá tropezones y caídas. Son parte del aprendizaje.
Caminar

No hay nada tan emocionante como ver a tu bebé dar sus primeros pasos. Un día lo ves paradito agarrándose al sofá, quizás deslizándose a lo largo de él, y al siguiente lo tienes trastabillando inciertamente hasta tus brazos. A partir de ahí no habrá quien lo pare y empezará a dejar atrás su más tierna infancia. Los primeros pasos de tu niño son su primer gran paso para conquistar su independencia.

Cuándo comienza


Las señales de que tu bebé está a punto de aprender a caminar, y cómo cambiará su vida.

Tu bebé se ha estado preparando para dar sus primeros pasos desde el día en que nació. Durante el primer año, el bebé está muy ocupado desarrollando su coordinación y fortaleciendo los músculos de todo el cuerpo. Aprenderá a sentarse, voltearse rodando en el suelo y gatear. Una vez que pueda hacer

eso, empezará a pararse y quedarse erguido.
- Cuando el niño se pone de pie solo, a veces, tiene el problema de no ser capaz de volver a sentarse. Los menos independientes permanecen inmóviles y gritan para reclamar la atención de su mamá. Para hacer ganar autonomía al niño en este frente, se le puede enseñar cómo actuar solo, flexionando las rodillas para hacerle entender que, así, el “aterrizaje” es más suave.

- Cuando el niño sea capaz de moverse con más libertad, es preciso eliminar todos los peligros que estén a su alcance. Hay que crear un ambiente que le estimule sin bajar la guardia con respecto a los posibles peligros. Por lo tanto, tendrás que observar tu casa con ojos vigilantes y críticos, imaginando, como lo haría un niño.

- Si bien es importante crear un espacio seguro para sus primeras exploraciones, por ejemplo, cubriendo las partes sobresalientes de los muebles con las protecciones adecuadas, no lo es tanto evitar todos los obstáculos. Por el contrario, es bueno que el pequeño aprenda a afrontar y a superar sus primeras dificultades. Elogiarle cuando consigue superar un obstáculo solo o sostenerle sin dramatizar cuando pierde el equilibrio son formas de ayudarle a forjar su autoestima.


En torno a los 8-10 meses, empiezan los ensayos generales. El niño se pone de pie apoyándose en todo lo que encuentra en su camino: sofá, sillas, cama… Una vez conquistada la posición erguida, empieza a desplazarse lateralmente, siempre apoyándose en algún sitio. De esta manera, adquiere cada vez más coordinación y equilibrio. Es el momento de dejarle experimentar, animándole y mostrando orgullo por sus progresos.   


Las piernas del recién nacido todavía no tienen fuerza suficiente para sostenerlo, pero si lo levantas y sujetas por debajo de los brazos, verás cómo mueve sus piernitas y empuja contra la superficie donde lo tengas, casi como si estuviera caminando. Es un acto reflejo y lo hará solo por un par de meses.

Cuando tenga alrededor de 6 meses, si lo colocas con sus pies apoyados sobre tus muslos, verás que le gusta brincar arriba y abajo. Este ejercicio será uno de sus favoritos los dos próximos meses. De hecho, lo será mientras se desarrollan los músculos de sus piernas y aprende a voltearse echado en el suelo, a sentarse y a gatear.

Hacia los 9 meses, el bebé normalmente comienza a sujetarse a cosas (como los muebles), para hacer fuerza y pararse. Así que es importante que te asegures de que los objetos que hay en su camino sean lo suficientemente fuertes para aguantarlo. Si lo ayudas, por ejemplo colocándolo junto al sofá, verás que se mantendrá agarrado a este firmemente.

Hacia los 9 o 10 meses, aprenderá a doblar las rodillas y a sentarse después de pararse (¡es más difícil de lo que piensas!).

Una vez que se pare solito, lo que sucede como a los 12 meses, el niño empezará a desplazarse apoyándose de un mueble a otro. Puede que incluso sea capaz de soltarse y mantenerse de pie sin apoyo. A esta edad, es probable que también ya sepa inclinarse y agacharse con soltura.

Una vez que sepa hacer eso, quizás lo veas agacharse, cuando está parado, para recoger un juguete. O bien, quizás hasta camine si lo llevas de la manita, aunque es probable que no dé sus primeros pasos hasta dentro de algunas semanas. La mayoría de los niños dan esos pasos sobre las puntas de los pies y girando estos hacia fuera.

A los 12 meses, muchos niños caminan por sí solos, aunque un poco a tropezones. Si el tuyo todavía sigue caminando apoyado en los muebles, simplemente significa que le va a llevar un poco más de tiempo caminar.
 
Qué viene después


Luego de esos primeros pasos mágicos hacia la independencia, el bebé comenzará a dominar los sutiles aspectos de la movilidad:
  • A los 14 meses debería ya pararse solo. Puede que sepa agacharse y volverse a levantar, e incluso que experimente con sus primeros pasitos hacia atrás.
  • A los 15 meses, sabrá caminar bastante bien. Incluso puede que ya le guste usar los juguetes de tirar-empujar mientras se mueve por la casa. A esta edad los niños caminan con las piernas muy separadas entre ellas y con los pies girando hacia fuera. Esto es normal y los ayuda a mantener el equilibrio.
  • Hacia los 16 meses, comenzará a interesarse por subir y bajar escaleras, aunque probablemente no lo haga solo hasta que tenga unos 2 años.
  • A los 18 meses, lo más probable es que el niño ya domine el arte de caminar. Puede que le guste encaramarse a los muebles y, probablemente, subir escaleras. Aunque bajar escaleras le costará más y no lo hará sin ayuda hasta algunos meses más tarde. Quizás trate de patear una pelota, aunque no siempre tendrá éxito. Y es casi seguro que le encanta bailar al son de la música.
  • A los 25 o 26 meses sus pasos serán más seguros y ya sabrá cómo hacerlo como los adultos, con el movimiento talón-pie. También mejorará en la acción de saltar.
  • Para cuando cumpla 3 años, muchos de sus movimientos básicos serán casi automáticos. Ya no tendrá que concentrarse para caminar, pararse, correr o saltar, aunque algunas acciones, como ponerse de puntillas o pararse sobre un pie, todavía le requieran concentración y esfuerzo.
Tu papel

A medida que el bebé aprenda a levantarse y a colocarse erguido, quizás necesite ayuda para volver a bajarse. Si se queda atascado y llora para que vayas donde él, no lo agarres sin más y lo sientes. Enséñale cómo doblar las rodillas para que aprenda a sentarse sin caer de bruces y deja que lo intente solo.

Puedes alentarlo a caminar colocándote de pie o de rodillas ante él y extendiendo las manos. También puedes agarrar sus manitas y atraerlo caminando hacia ti. Probablemente le guste algún juguete que pueda empujar o sujetar mientras camina. (Busca juguetes estables y con una base de apoyo ancha).

La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) desaconseja utilizar andadores porque, al facilitar el desplazamiento de los bebés, pueden atrofiar el desarrollo adecuado de los músculos de la parte superior de las piernas. Además, también facilitan que los bebés lleguen a objetos peligrosos (planchas calientes, venenos) que normalmente quedan fuera de su alcance. Por lo tanto, no son seguros.

Tampoco es necesario que le pongas zapatos hasta que empiece a andar por la calle o en superficies duras o frías. Caminar descalzo ayuda a mejorar la coordinación y el equilibrio.

Como siempre, asegúrate de que el bebé tenga un entorno cómodo y seguro en el que practicar y desarrollar sus nuevas habilidades. Sigue en tu casa las pautas habituales que sean seguras y a prueba de niños y nunca lo dejes solo.
Cuándo preocuparse No te pongas nerviosa si ves que le lleva tiempo, pero si crees que se retrasa excesivamente, consúltalo con el pediatra. Si tu bebé no puede hacer lo siguiente consúltalo con el doctor:

  • Pararse con apoyo de algo o de alguien, a los 12 meses.
  • Caminar a los 18 meses.
  • Caminar de manera equilibrada a los 2 años.

Piensa que cada bebé se desarrolla a su propio ritmo y que los bebés prematuros pueden llegar a estos momentos claves del desarrollo más tarde que los nacidos a término

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