como destetar a un bebe
Como hemos hablado en mas de una ocasión, amamantar al bebé es la mejor decisión que puede tomar la madre para prolongar su cuidado, proveerle las defensas necesarias para su desarrollo, y procurarle un crecimiento sano, pero lo cierto es que llega un momento en el que hay que destetarlos.
Los pediatras coinciden en que no hay mejor alimento para un bebé que tu leche. Sin embargo, todo proceso llega a su fin.
El día que decidas suspender la lactancia, debes tomarlo con calma. Dependiendo de la edad de tu bebé, puede percibirla como un modo necesario de recibir nutrientes o como una herramienta puramente emocional para calmarse.
Cualquiera sea la razón, queremos ayudarte en este proceso de dejar de dar pecho, ya que si lo haces de golpe, puede hacerte sufrir a ti y al bebé. Estos consejos son para quienes necesitan destetar al bebé, no para quienes ven que sus bebés han perdido el interés en la lactancia. También asumimos que estás produciendo gran cantidad de leche. Además, los ofrecemos para quienes desean que su cuerpo se vaya ajustando a esta nueva etapa.
De cualquier forma, el bebé no va a dejar con facilidad algo que le gusta, el interrumpir de forma repentina o apresurada la lactancia puede ser traumático tanto para tu hijo como para ti. El bebé sentiría la pérdida de su principal objeto de seguridad, aquello que le provee la mayor comodidad, y en tu caso, tus senos podrían comenzar a congestionarse y te haría falta el ritual de amamantar. Haz las cosas con sutileza.
investigado son los mas prácticos y efectivos a la hora de querer conseguir un buen destete en un niño deambulador.
El destete es la etapa en la vida de un bebé en que se produce la transición de la lactancia materna a otras fuentes de alimentación. El momento concreto en que se ha de llevar a cabo el destete es una decisión personal. En su caso, puede verse influido por el momento en que decida reincorporarse al trabajo, por la salud de su hijo o simplemente por la sensación de que es el momento adecuado de hacerlo.
Independientemente del momento concreto en que decida destetar a su bebé, es importante entender que el destete es un proceso gradual que exige una buena dosis de paciencia y comprensión, tanto por parte de la madre como por parte del hijo.
Destete para el bebé menor de un año.
Lo ideal es que el proceso de destete se inicie dos meses antes de la fecha señalada para suspender la lactancia, consulta la información del bebé de diez meses. A medida que reduces las sesiones de lactancia, extrae la leche de tus senos y viértela en un biberón o una taza entrenadora. Si tu bebé tiene cerca de 1 año, puedes considerar saltarte la etapa del biberón. Reduce la extracción de leche de forma gradual y empieza a alternar la leche de fórmula con tu propia leche. Durante la primera semana sustituye sólo 1 toma al día por biberón o la taza. Luego, aumente a 2 tomas de biberón en la segunda semana y 3 en la tercera semana. Tu pequeño se acostumbrará a la nueva rutina. Deja para el final la sustitución de sus tomas favoritas (por ejemplo, la primera o la última del día).
Cómo hacer un destete rápido.
Si lo deseas, para acelerar el proceso introduce una nueva toma con biberón cada tres días en lugar de hacerlo cada semana. Sin embargo, corres el riesgo de que tus senos se congestionen. Para evitarlo, puede ser que debas seguir extrayéndote la leche una vez que hayas destetado a tu bebé, con el fin de disminuir la producción de forma gradual.
Un buen consejo: Deja que tu pareja o quien esté cuidando de tu bebé le dé el biberón en algunas de sus tomas. Si estás presente a la hora de alimentarlo puede que se inquiete mucho y comience a extrañar tu seno.
Algunos expertos dicen que después del primer cumpleaños es el mejor momento para iniciar la transición porque los niños se adaptan mejor a los cambios a esta edad. (Un niño de 2 años, por ejemplo, es mucho más probable que se apegue al pecho materno y sea menos flexible y más reticente a hacer la transición.) Un niño de un año, al estar tomando más alimentos sólidos, es más fácil que pierda el interés por el pecho de forma natural. La congestión mamaria tampoco será tan problemática para la madre en torno a este momento porque, al disminuir la demanda de leche materna, también disminuirá su producción.
El destete no tiene que ser un proceso de todo o nada. Algunas mujeres prefieren destetar al bebé durante el día y darle el pecho por la noche, dependiendo de su situación laboral y de sus horarios. Todo depende de lo que le vaya mejor a cada par de madre y bebé en concreto. Algunos bebés pierden el interés por el pecho materno antes de que su madre intente destetarlos, mientras que otros no están preparados para iniciar la transición cuando se lo plantea la madre. La mejor forma de enfocar el destete es ser flexible y prestar atención a lo que funciona con usted y su bebé en su situación en concreto.
El destete resulta más fácil cuando el bebé ha tomado leche procedente de una fuente distinta del pecho materno antes de iniciar la transición a los alimentos sólidos. O sea que es una buena idea darle a su hijo un biberón de leche materna de tanto en tanto cuando tenga entre 4 y 7 meses (o antes si decide destetarlo antes) -aunque usted tenga pensado seguir amamantándolo, esto facilitará el proceso de destete en el futuro. Esto no solo le dará mayor flexibilidad en lo que se refiere a la posibilidad de que otros miembros de la familia participen en la alimentación del bebé, también le permitirá dejar al bebé con otra persona por algunas horas.
Destete para el bebé mayor de un año.
A esta edad también es ideal seguir el anterior esquema de destete (de dos meses de duración). Para cuando haya llegado la última semana, tu bebé debe sentirse cómodo bebiendo de una taza entrenadora. Cuando lo lactes, establece un tiempo fijo para cada toma; 3 ó 4 minutos pueden ser suficientes. También evita los lugares donde le das pecho con frecuencia. Otro consejo es usar prendas complicadas (como vestidos con botones o cierre por la espalda), de modo que cuando el pequeño te pida pecho, puedas excusarte en la dificultad que para ti representa desvestirte. Esta respuesta puede satisfacer a un niño que le gusta amamantar por hábito y no por hambre. Además del pecho, tu hijo necesitará otras formas de conectarse contigo. Las charlas, las lecturas, los cantos y los cuentos son una manera de brindarle la atención que necesita. A medida que encuentres otra forma de compartir con él, serán menos recurrentes las sesiones de pecho. No es buena idea que suspendas la lactancia cuando en tu familia se están experimentando cambios como mudarse a una nueva casa o la llegada de un nuevo bebé. Para el niño puede resultar difícil no volver a una de sus rutinas preferidas.
A continuación daremos los 7 pasos para dejar de amamantar recomendados por entidades de gran renombre
En primer lugar hay que poner en practica la teoría de “no ofrezca, no rehusé”, que se debe llevar adelante tal y como se entiende, no ofrecerle el pecho al bebé, pero tampoco negárselo si este lo solicita, de esta manera no se estará forzando a ninguna de las partes, y la reducción de sesiones de lactancia se ira dando poco a poco.
Hacer un convenio con el bebé sobre donde tendrá lugar la hora de mamar también es un beneficio, dado que el niño dejara de pedirla en cualquier momento y lugar, y sabrá que solo hay un horario y un sitio para hacerlo.
La madre tiene que regular el tiempo que dura la toma de leche, consiguiendo hacer algunas cada vez mas cortas. Los mejores recursos para hacerlo es distraerlo con algo en la televisión, con algún juguete que le guste, o alguna actividad que le resulte interesante.
Existen momento de real alimentación en la lactancia, y otras sesiones de amamantamiento que no son necesarias y se vuelven casi costumbre por parte de ambos, una buena idea es la de distraer al pequeño justo antes de esas mamadas poco importantes, para esto se puede contar con la ayuda de un familiar para generar una distracción. Hay que tener en cuenta que las mamadas importantes, como las de antes de dormir, son las ultimas en dejarse.
Otro punto importante es el de evitar los lugares acostumbrados en el hogar donde la madre suele amamantar al niño, como la mecedora, la cama, alguna silla en especial, o un sillón mullido, para que el pequeño no asocie el lugar con sus ganas infundadas de tomar la teta.
Hacerlo sentir mas grande también será un paso adelante para dejar de amamantarlo, pedirle ayuda en tareas simples, hacer diferentes actividades en los horarios en los que regularmente se lo amamantaba, salir de paseo o felicitarlo sus avances, son agregados sumamente productivos.
Por ultimo la madre debe limitar la toma, comenzando por darle de beber solamente de un pecho, eligiendo el que menor producción de leche presente, y haciendo las ingestas menos prolongadas. Su propio cuerpo ira limitando la producción láctea como es debido.
A qué edad estará mi bebé preparado para el destete nocturno?
Depende de cada bebé. Entre los 4 y 6 meses, la mayoría de los bebés consumen suficientes calorías durante el día como para poder dormir cinco o seis horas seguidas de noche. Aún así, no es raro que los bebés más pequeños duerman durante periodos más largos sin necesidad de comer o que los mayores continúen despertándose para comer.
Al mismo tiempo, tu bebé tiene otras necesidades importantes. Pocas cosas son más satisfactorias para un bebé que sentirse acunado y alimentado en brazos de su padre o su madre. Si has vuelto al trabajo y estás menos disponible durante el día, es posible que tu bebé quiera amamantar o tomar un biberón por la noche para reconectar contigo. También es posible que se despierte más a menudo cuando le salgan los dientes o atraviese un cambio en su desarrollo.
Por todos estos motivos, es importante abordar el destete gradualmente y con suavidad, teniendo en cuenta que tu bebé tiene una necesidad tremenda de recibir cariño, de estar cerca de ti y sentirse seguro.
¿Cómo sé si mi bebé está preparado?
Si tu bebé tiene de 4 a 6 meses de edad, seguramente puedas comenzar a dar pasos para el destete nocturno. Claro que aunque no necesite comer a medianoche, es posible que se despierte pidiéndolo. Los bebés que están acostumbrados a comer varias veces de noche tienden a despertarse por costumbre, y puede llevar un tiempo cambiar esta rutina.
Es importante cuidar tu salud y bienestar, y no podrás hacerlo si siempre andas falta de sueño. Así que el hecho de eliminar la toma nocturna de tu bebé depende en parte de cómo esto te esté afectando a ti.
Si te gusta amamantar o darle un biberón por la noche, no hay motivo para parar, y eventualmente lo dejará él solo. Por otro lado, si te sientes cansada y de mal humor y tu bebé está físicamente preparado para el cambio, quizá ya sea el momento de hacerlo.
Si no estás segura de si tu bebé está preparado, habla con tu doctor.
Consejos prácticos para destetar a tu hijo por la noche
Aborda el proceso del destete lenta y gradualmente. Comienza por poner a tu bebé menos tiempo en cada pecho, o dale una cantidad menor de leche en su biberón en cada toma. Procura prolongar los intervalos entre tomas, acariciando la espalda de tu bebé y animándolo suavemente a que se vuelva a dormir.
Asegúrate de que come lo suficiente durante el día. A medida que tu bebé crece y se vuelve más activo, es posible que quiera dejar de amamantar o tomar un biberón en el día, y quizá quiera compensar por la noche. Para asegurarte de que come lo suficiente, toma descansos programados durante el día para darle un biberón o darle el pecho en un lugar calmado y sin distracciones.
Ofrécele tomas extra en la tarde para que no tenga hambre en mitad de la noche. Quizá quieras despertarlo para una última toma nocturna antes de acostarte.
Si tu bebé toma biberón y tiene al menos 6 meses de edad, puedes ir gradualmente diluyendo el biberón con agua. Comienza por usar más agua cada noche hasta que, eventualmente, el biberón solo contenga agua. Tu bebé puede sentirse menos inclinado a despertarse para tomar un biberón de agua.
No intentes el destete nocturno durante una época de transición como, por ejemplo, si vas a volver a trabajar durante el día o durante una vacación familiar. Si recientemente has estado menos disponible para tu hijo durante el día, asegúrate de prestar más atención y darle más cariño a tu bebé cuando estén juntos, para que se sienta más conectado contigo y tenga menos predisposición a buscarte en mitad de la noche.
Haz que tu pareja reconforte al bebé cuando llore de noche. Si tú eres quien lo cuida por la noche, tu olor y el olor de tu leche materna hará que tu bebé quiera comer. Si el bebé duerme en tu cama, intenta que tu pareja duerma entre el bebé y tú.
Elimina gradualmente las tomas, de una en una. Suavemente, calma y reconforta a tu bebé cuando se despierte para comer y explícale que es hora de dormir, no de comer. Dile que puede tomar el pecho o el biberón en la mañana, y que ahora es tiempo de dormir. Háblale con firmeza y con suavidad mientras le acaricias la espalda o la pancita. Aunque sea demasiado joven para comprender tus palabras, gradualmente comprenderá su significado, y tu presencia lo calmará. En muchos casos, los bebés lloran sólo durante una o dos noches antes de adaptarse al nuevo sistema.
Si intentas eliminar las tomas nocturnas y tu bebé llora desconsoladamente durante varias noches seguidas, vuelve a tu rutina normal y prueba de nuevo en una o dos semanas. No dejes de amamantar de golpe. Si de la noche a la mañana dejas de lactar a tu bebé, tu cuerpo seguirá produciendo la misma cantidad de leche que estaba acostumbrado. Esto no es bueno porque se pueden tapar los conductos de leche en tus pechos, inflamarse e incluso infectarse. Cuando se produce una infección, la zona se enrojece, duele mucho y la madre tiene fiebre. Hay que llamar al médico cuanto antes para que confirme el diagnóstico de mastitis (infección al pecho) y recomiende el remedio adecuado (usualmente antibióticos).
Alivia tus pechos. Pocas mamás primerizas están preparadas para las incomodidades que pueden sufrir al dejar de amamantar a sus bebés. Las molestias se producen porque la leche se acumula y se inflaman los pechos. Para aliviarte, puedes colocarte hojas de repollo (col) frescas y ojalá frías. También puedes alternar entre compresas frías y calientes. Otras mamás dicen que los baños de tina o duchas calientes calmaban el dolor para ellas. Si notas enrojecimiento en tus pechos, fiebre, dolor de cabeza o tienes síntomas de una gripe, por favor llama a tu médico pues es posible que hayas desarrollado una mastitis.
Apapacha mucho a tu bebé. El destete puede ser muy difícil para el bebé si no te preocupas de reemplazar esos momentos de conexión tan íntima que compartías con él, por muchos abrazos, cariño y atención. Cárgalo en brazos (no te sorprendas si busca tu pecho), dale un masaje para bebés, llévatelo a pasear… la idea es dedicarle mucha atención hasta que se vaya acostumbrando a que mamá ahora le da de comer de manera diferente, pero con el mismo amor de antes. Si el bebé rehúsa el biberón y ya tiene más de 6 meses, intenta alimentarlo con vaso entrenador En general, si se estima que no se va a lactar exclusivamente el primer año, se aconseja acostumbrar al bebé a tomar leche materna de un biberón después que se ha establecido bien la lactancia materna (entre las 4 a 6 semanas de nacido), para que no lo rechace después. Mucha suerte y ya lo sabes: no te obligues a dejar de amamantar muy rápido por presiones externas o consejos malos pero bien intencionados.
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