El llanto de los bebés es una fuente de preocupación para muchos padres. Cuando un bebé llora y no sabemos porqué, nos ponemos nerviosos y se despiertan en nosotros sensaciones de ansiedad, desamparo, frustración e incompetencia que pueden ser seguidas de enfados, cólera y hostilidad. Cuando un niño llora casi nunca faltan los consejos, pero la mayoría de las personas no sólo no comprenden las verdaderas razones del llanto, sino que muchas de las sugerencias que nos dan son perjudiciales para el desarrollo emocional del bebé. Por ello es importante comprender las causas del llanto.
Para comunicar una necesidad o un malestar. Los niños pueden llorar cuando tienen hambre, sienten frío o calor, desean ser cogidos en brazos, o necesitan ser estimulados. A veces es difícil determinar sus necesidades. El papel de los padres es intentar satisfacer las necesidades de los niños tan pronto y con tanto acierto como sea posible, aunque a veces no es fácil descubrir lo que necesitan.
Los bebés lloran. No hay forma de evitarlo. Así comunican que tienen hambre, les duele algo, o necesitan dormir, entre otras cosas.
razones primarias del llanto del bebe
- hambre
-tiene el pañal sucio
-necesita dormir
-quiere que lo cargues que lo tengas en tus brazos
-problemas del estomago (gas, cólico,estreñimiento...)
-necesita eructar
-necesita eructar
-tiene demasiado frió o demasiado calor
-algo le esta molestando
otra razón de llanto durante la infancia es mucho menos comprendida. Una vez descartado cualquier problema médico, muchos bebés continúan llorando, incluso después de que todas sus necesidades primarias han sido atendidas y son cogidos en brazos.
¿Cómo pueden los papás interpretar lo que quiere decirles su bebé con sus llantos?
Puede resultarte difícil al comienzo, pero gran parte de la crianza de los hijos se basa en probar y equivocarse, y pronto aprenderás a adivinar sus necesidades, leer sus señales de aviso y consolar sus lagrimas
Hambre Una vez que aprendas a reconocer las señales de que tu bebé tiene hambre lograrás darle de comer antes de que comience a llorar. Algunas de ellas incluyen: está inquieto, hace chasquidos con los labios, vuelve la cabeza hacia tu mano cuando le tocas la mejilla, y se lleva las manitas a la boca.
Entérate si es normal que tu bebé escupa mucha leche o vomite
Tiene el pañal sucio Algunos bebés te lo comunican enseguida cuando necesitan que les cambien el pañal Otros pueden tolerar un pañal sucio durante bastante rato. De cualquier forma, esto es fácil de observar y sencillo de solucionar.
Necesita dormir¡Qué suerte tienen los bebés! Cuando están cansados, pueden simplemente echarse a dormir, donde sea y cuando sea. O, por lo menos, eso es lo que creen los adultos.
En realidad, no es tan fácil como parece. En lugar de quedarse dormidos, los bebés pueden ponerse irritables y llorar, especialmente si están demasiado cansados.
Es recomendable poner a tu bebe a dormir en cuanto bosteza por primera vez en lugar de esperar hasta que el cansancio lo altere.
Quiere que lo tengas en brazos Los bebés necesitan muchos cariños. Les gusta ver las caras de sus padres, escuchar sus voces y sentir los latidos de su corazón, y pueden incluso detectar su olor particular. Llorar puede ser su forma de pedir que lo cargues en brazos.
Quizás te preguntes si lo estás "malcriando" teniéndolo en tus brazos tanto tiempo, pero durante los primeros meses de vida no lo vas a malcriar. Para darles a tus brazos un poco de descanso, puedes llevarlo en una mochila delantera porta bebes o en un rebozo, en un coche etc... y arrullarlo y asi se ira calmando y quedándose dormido
Problemas de estómago (gas, cólico y más)Los problemas de estómago asociados con gas y colicos pueden causar muchos ataques de llanto. De hecho, la condición conocida como colico se define como un llanto inconsolable al menos tres horas al día y tres días a la semana, y por lo menos tres semanas seguidas.
Si tu bebé se pone irritable y llora a menudo justo después de comer, quizás tenga dolor de estómago. Muchos padres aseguran que las gotas anti gases que se pueden comprar sin receta o un agua medicinal preparada con hierbas y bicarbonato de sodio (conocida en EE.UU. como gripe water) son mano de santo. Pero consulta con tu doctor antes de darle a tu bebé cualquier remedio.
Incluso si tu bebé no tiene cólicos y nunca se ha puesto irritable después de comer, tener muchos gases ocasionalmente puede dejarlo hecho un mar de lágrimas. Si sospechas que esto es lo que le sucede, prueba algo sencillo para ayudarle a sacar el gas, como acostarlo sobre su espalda, sujetar sus pies y mover sus piernas en círculos como si estuviera pedaleando una bicicleta.
Existen otras causas por las cuales tu bebé puede padecer de dolor de estómago. Entre éstas se incluyen: reflujo gastroesofágico, gastroenteritis o "gripe estomacal”, alergia a la leche o intolerancia a la lactosa, estreñimiento y cambios en la dieta así como obstrucción intestinal.
Si tu bebé llora después de comer, quizás necesite eructar.
Los bebés tragan aire cuando lactan o beben de un biberón, y si no sacan el aire pueden sentirse incómodos. A algunos bebés les molesta muchísimo tener aire en el estómago, mientras que otros no parecen necesitar eructar demasiado
Tiene demasiado frío o demasiado calor Cuando tu bebé sienta frió, por ejemplo, cuando le quites la ropa para cambiarle el pañal o le limpies las nalguitas con una toalla húmeda, te expresará a través del llanto que se siente incómodo.
A los recién nacidos les gusta estar abrigados y calentitos. Como regla general, necesitan tener una prenda de abrigo más que tú para sentirse cómodos. Es menos probable que se quejen de tener demaciado calor que de tener mucho frío y tampoco llorará de manera tan enérgica.
Algo pequeño le molesta Los bebés se pueden sentir incómodos por algo difícil de notar como un cabello enroscado con fuerza en un dedito del pie o de la mano que le corta la circulación. Ésta es una de las primeras cosas que comprueban los doctores cuando examinan a un bebé que llora sin motivo aparente. Y algunos bebés son muy sensibles a las etiquetas de la ropa o a telas rasposas, así que puedes cortarle las etiquetas a su ropa o ponerle prendas suavecitas.
Los bebés son extremadamente vulnerables y se estresan con facilidad. Cuando sufren una experiencia traumática importante o acumulan demasiadas experiencias estresantes, los bebés sufren una cantidad considerable de dolor emocional. Estas experiencias pueden tener relación con el shock sufrido durante el nacimiento o con otros traumas y dificultades antes y después del parto. Los bebés experimentan también confusión en el proceso de intentar comprender y asimilar el mundo que les rodea, se asustan fácilmente y se estimulan en exceso. Muchas veces, se sienten frustrados al intentar aprender nuevas habilidades o al desarrollar su capacidad de comunicación. Todo esto tiene como resultado dolor emocional que se almacena en el organismo del bebé.
Afortunadamente, los bebés vienen equipados neurológicamente y biológicamente para liberar su cuerpo de los efectos de la tensión, a través del mecanismo curativo del llanto y las rabietas. Las investigaciones han demostrado que gentes de todas las edades se benefician de un "buen llanto", y que las lágrimas ayudan a restaurar el equilibrio químico del cuerpo afectado por el estrés. Un bebé que ha sido aislado en una incubadora durante varias horas nada más nacer, sin apenas contacto humano, puede necesitar llorar, gritar y patalear por muchas horas durante meses para lanzar fuera de su organismo el dolor emocional causado por una experiencia tan confusa y aterradora. Un bebé de tres meses puede necesitar un llanto prolongado después de una reunión familiar en la que ha sido manejado por mucha gente desconocida. Un bebé de seis meses que ha estado intentando gatear, pero no lo consigue, puede necesitar, al final del día, expresar su frustración llorando y gritando antes de calmarse y dormirse plácidamente. El llanto en todos estos casos es la expresión que cura la herida, y no debe confundirse con el daño sufrido con anterioridad.
¿Qué deberíamos hacer?
En primer lugar, una vez descartados los problemas médicos, hay que comprobar si hay necesidades o malestares inmediatos, como hambre, frío, etc.. Pero si el bebé sigue estando molesto o "quisquilloso" después de que hayamos satisfecho sus necesidades primarias, deberíamos sostenerle en brazos cariñosamente y permitir que continúe llorando. El bebé necesita proximidad y atención cuando está llorando, y nunca deberíamos dejarle solo. Aunque nos sintamos impotentes e inútiles sosteniéndole mientras llora, estamos, en realidad, proveyéndole del apoyo emocional que necesita mientras expulsa hacia fuera la tensión acumulada. El bebé no nos está rechazando cuando llora. Más bien se siente lo suficientemente seguro como para mostrarnos sus sentimientos. El igual sucede, en algunas ocasiones, cuando una persona adulta que está pasando por una mala racha comienza a llorar cuando es abrazada por un amigo de confianza, quien reconoce sus dificultades. Los padres que sostienen a sus bebés y les permiten expresarse de esta manera, notarán generalmente que sus bebés estarán relajados y contentos después de estas expresiones catárticas, y duermen mejor por la noche.
En cualquier caso, si nos encontramos frustrados y agotados porque nuestro bebé llora o grita demasiado, no deberíamos de dudar en solicitar toda la ayuda y apoyo que podamos obtener.Las razones que hacen que los bebés lloren durante un tiempo prolongado (digamos más de media hora seguida) pueden ser diversas, siendo la más común los llamados cólicos. Sea cual sea la razón, los padres tratan de calmar al bebé de todas las maneras posibles: cambiándole el pañal, la ropa, meciéndole, dándole de comer, paseándole, cantándole, poniéndole música, cambiándole de ambiente, cambiándole de postura, etc.
El caso es que hagas lo que hagas no consigues calmar al bebé y a medida que pasa el tiempo la paciencia empieza a agotarse hasta llegar a un estado peligroso en el que la madre o el padre están a punto de perder la razón y explotar.
En ese momento el riesgo para el bebé es alto, pues hay padres con un control elevado de sus actos en los momentos de furia o ira y otros menos capaces de frenarse. Dicho control va muy relacionado con el estado físico y mental y, si tenemos en cuenta que los padres recientes tienden a dormir poco y a dedicar mucho tiempo a su hijo, con pocas posibilidades de evadir la mente con otros estímulos, lo más habitual es que incluso personas con una paciencia envidiable lleguen a colapsarse.
Qué hacer para evitar llegar a esos extremos
Si un niño llora tanto como para acabar con tu paciencia y sientes que estás a punto de perder el control de la situación, huye de ella. Dale el niño a otra persona y vete a un lugar donde puedas recobrar el sentido y la calma, haciendo aquello que te ayude a ello (gritar, correr, saltar… lo que sea).
Si en cambio te encuentras sola (o solo) con el niño y no hay posibilidad de dárselo a nadie para que lo coja en brazos, huye igualmente. Deja el niño en un lugar seguro (la cuna, por ejemplo) y aléjate unos metros. No lo pierdas de vista por si acaso, pero mantenlo alejado mientras recuperas el control.
Sé que suena extraño recomendar que un padre o una madre deje a un niño llorar solo, pero cuando se trata de su vida, vale más que llore unos minutos que tener que perder el control y extresarte sin necesidad cálmate recupera la paciencia y demuéstrale a tu hijo que estas tranquila asi el se va sentir protegido
otra razón de llanto durante la infancia es mucho menos comprendida. Una vez descartado cualquier problema médico, muchos bebés continúan llorando, incluso después de que todas sus necesidades primarias han sido atendidas y son cogidos en brazos.
¿Cómo pueden los papás interpretar lo que quiere decirles su bebé con sus llantos?
Puede resultarte difícil al comienzo, pero gran parte de la crianza de los hijos se basa en probar y equivocarse, y pronto aprenderás a adivinar sus necesidades, leer sus señales de aviso y consolar sus lagrimas
Hambre Una vez que aprendas a reconocer las señales de que tu bebé tiene hambre lograrás darle de comer antes de que comience a llorar. Algunas de ellas incluyen: está inquieto, hace chasquidos con los labios, vuelve la cabeza hacia tu mano cuando le tocas la mejilla, y se lleva las manitas a la boca.
Entérate si es normal que tu bebé escupa mucha leche o vomite
Tiene el pañal sucio Algunos bebés te lo comunican enseguida cuando necesitan que les cambien el pañal Otros pueden tolerar un pañal sucio durante bastante rato. De cualquier forma, esto es fácil de observar y sencillo de solucionar.
Necesita dormir¡Qué suerte tienen los bebés! Cuando están cansados, pueden simplemente echarse a dormir, donde sea y cuando sea. O, por lo menos, eso es lo que creen los adultos.
En realidad, no es tan fácil como parece. En lugar de quedarse dormidos, los bebés pueden ponerse irritables y llorar, especialmente si están demasiado cansados.
Es recomendable poner a tu bebe a dormir en cuanto bosteza por primera vez en lugar de esperar hasta que el cansancio lo altere.
Quiere que lo tengas en brazos Los bebés necesitan muchos cariños. Les gusta ver las caras de sus padres, escuchar sus voces y sentir los latidos de su corazón, y pueden incluso detectar su olor particular. Llorar puede ser su forma de pedir que lo cargues en brazos.
Quizás te preguntes si lo estás "malcriando" teniéndolo en tus brazos tanto tiempo, pero durante los primeros meses de vida no lo vas a malcriar. Para darles a tus brazos un poco de descanso, puedes llevarlo en una mochila delantera porta bebes o en un rebozo, en un coche etc... y arrullarlo y asi se ira calmando y quedándose dormido
Problemas de estómago (gas, cólico y más)Los problemas de estómago asociados con gas y colicos pueden causar muchos ataques de llanto. De hecho, la condición conocida como colico se define como un llanto inconsolable al menos tres horas al día y tres días a la semana, y por lo menos tres semanas seguidas.
Si tu bebé se pone irritable y llora a menudo justo después de comer, quizás tenga dolor de estómago. Muchos padres aseguran que las gotas anti gases que se pueden comprar sin receta o un agua medicinal preparada con hierbas y bicarbonato de sodio (conocida en EE.UU. como gripe water) son mano de santo. Pero consulta con tu doctor antes de darle a tu bebé cualquier remedio.
Incluso si tu bebé no tiene cólicos y nunca se ha puesto irritable después de comer, tener muchos gases ocasionalmente puede dejarlo hecho un mar de lágrimas. Si sospechas que esto es lo que le sucede, prueba algo sencillo para ayudarle a sacar el gas, como acostarlo sobre su espalda, sujetar sus pies y mover sus piernas en círculos como si estuviera pedaleando una bicicleta.
Existen otras causas por las cuales tu bebé puede padecer de dolor de estómago. Entre éstas se incluyen: reflujo gastroesofágico, gastroenteritis o "gripe estomacal”, alergia a la leche o intolerancia a la lactosa, estreñimiento y cambios en la dieta así como obstrucción intestinal.
Si tu bebé llora después de comer, quizás necesite eructar.
Los bebés tragan aire cuando lactan o beben de un biberón, y si no sacan el aire pueden sentirse incómodos. A algunos bebés les molesta muchísimo tener aire en el estómago, mientras que otros no parecen necesitar eructar demasiado
Tiene demasiado frío o demasiado calor Cuando tu bebé sienta frió, por ejemplo, cuando le quites la ropa para cambiarle el pañal o le limpies las nalguitas con una toalla húmeda, te expresará a través del llanto que se siente incómodo.
A los recién nacidos les gusta estar abrigados y calentitos. Como regla general, necesitan tener una prenda de abrigo más que tú para sentirse cómodos. Es menos probable que se quejen de tener demaciado calor que de tener mucho frío y tampoco llorará de manera tan enérgica.
Algo pequeño le molesta Los bebés se pueden sentir incómodos por algo difícil de notar como un cabello enroscado con fuerza en un dedito del pie o de la mano que le corta la circulación. Ésta es una de las primeras cosas que comprueban los doctores cuando examinan a un bebé que llora sin motivo aparente. Y algunos bebés son muy sensibles a las etiquetas de la ropa o a telas rasposas, así que puedes cortarle las etiquetas a su ropa o ponerle prendas suavecitas.
Los bebés son extremadamente vulnerables y se estresan con facilidad. Cuando sufren una experiencia traumática importante o acumulan demasiadas experiencias estresantes, los bebés sufren una cantidad considerable de dolor emocional. Estas experiencias pueden tener relación con el shock sufrido durante el nacimiento o con otros traumas y dificultades antes y después del parto. Los bebés experimentan también confusión en el proceso de intentar comprender y asimilar el mundo que les rodea, se asustan fácilmente y se estimulan en exceso. Muchas veces, se sienten frustrados al intentar aprender nuevas habilidades o al desarrollar su capacidad de comunicación. Todo esto tiene como resultado dolor emocional que se almacena en el organismo del bebé.
Afortunadamente, los bebés vienen equipados neurológicamente y biológicamente para liberar su cuerpo de los efectos de la tensión, a través del mecanismo curativo del llanto y las rabietas. Las investigaciones han demostrado que gentes de todas las edades se benefician de un "buen llanto", y que las lágrimas ayudan a restaurar el equilibrio químico del cuerpo afectado por el estrés. Un bebé que ha sido aislado en una incubadora durante varias horas nada más nacer, sin apenas contacto humano, puede necesitar llorar, gritar y patalear por muchas horas durante meses para lanzar fuera de su organismo el dolor emocional causado por una experiencia tan confusa y aterradora. Un bebé de tres meses puede necesitar un llanto prolongado después de una reunión familiar en la que ha sido manejado por mucha gente desconocida. Un bebé de seis meses que ha estado intentando gatear, pero no lo consigue, puede necesitar, al final del día, expresar su frustración llorando y gritando antes de calmarse y dormirse plácidamente. El llanto en todos estos casos es la expresión que cura la herida, y no debe confundirse con el daño sufrido con anterioridad.
¿Qué deberíamos hacer?
En primer lugar, una vez descartados los problemas médicos, hay que comprobar si hay necesidades o malestares inmediatos, como hambre, frío, etc.. Pero si el bebé sigue estando molesto o "quisquilloso" después de que hayamos satisfecho sus necesidades primarias, deberíamos sostenerle en brazos cariñosamente y permitir que continúe llorando. El bebé necesita proximidad y atención cuando está llorando, y nunca deberíamos dejarle solo. Aunque nos sintamos impotentes e inútiles sosteniéndole mientras llora, estamos, en realidad, proveyéndole del apoyo emocional que necesita mientras expulsa hacia fuera la tensión acumulada. El bebé no nos está rechazando cuando llora. Más bien se siente lo suficientemente seguro como para mostrarnos sus sentimientos. El igual sucede, en algunas ocasiones, cuando una persona adulta que está pasando por una mala racha comienza a llorar cuando es abrazada por un amigo de confianza, quien reconoce sus dificultades. Los padres que sostienen a sus bebés y les permiten expresarse de esta manera, notarán generalmente que sus bebés estarán relajados y contentos después de estas expresiones catárticas, y duermen mejor por la noche.
En cualquier caso, si nos encontramos frustrados y agotados porque nuestro bebé llora o grita demasiado, no deberíamos de dudar en solicitar toda la ayuda y apoyo que podamos obtener.Las razones que hacen que los bebés lloren durante un tiempo prolongado (digamos más de media hora seguida) pueden ser diversas, siendo la más común los llamados cólicos. Sea cual sea la razón, los padres tratan de calmar al bebé de todas las maneras posibles: cambiándole el pañal, la ropa, meciéndole, dándole de comer, paseándole, cantándole, poniéndole música, cambiándole de ambiente, cambiándole de postura, etc.
El caso es que hagas lo que hagas no consigues calmar al bebé y a medida que pasa el tiempo la paciencia empieza a agotarse hasta llegar a un estado peligroso en el que la madre o el padre están a punto de perder la razón y explotar.
En ese momento el riesgo para el bebé es alto, pues hay padres con un control elevado de sus actos en los momentos de furia o ira y otros menos capaces de frenarse. Dicho control va muy relacionado con el estado físico y mental y, si tenemos en cuenta que los padres recientes tienden a dormir poco y a dedicar mucho tiempo a su hijo, con pocas posibilidades de evadir la mente con otros estímulos, lo más habitual es que incluso personas con una paciencia envidiable lleguen a colapsarse.
Qué hacer para evitar llegar a esos extremos
Si un niño llora tanto como para acabar con tu paciencia y sientes que estás a punto de perder el control de la situación, huye de ella. Dale el niño a otra persona y vete a un lugar donde puedas recobrar el sentido y la calma, haciendo aquello que te ayude a ello (gritar, correr, saltar… lo que sea).
Si en cambio te encuentras sola (o solo) con el niño y no hay posibilidad de dárselo a nadie para que lo coja en brazos, huye igualmente. Deja el niño en un lugar seguro (la cuna, por ejemplo) y aléjate unos metros. No lo pierdas de vista por si acaso, pero mantenlo alejado mientras recuperas el control.
Sé que suena extraño recomendar que un padre o una madre deje a un niño llorar solo, pero cuando se trata de su vida, vale más que llore unos minutos que tener que perder el control y extresarte sin necesidad cálmate recupera la paciencia y demuéstrale a tu hijo que estas tranquila asi el se va sentir protegido
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