lunes, 26 de mayo de 2014

como enseñarle a nadar a un bebe

 


 



Es importante enseñar a nadar a los niños: no se trata de una opción de ocio sino una herramienta de seguridad imprescindible para evitar ahogamientos. Aunque por su anatomia los niños no son capaces de nadar, es conveniente familiarizarles con el agua desde que nacen. El primer objetivo debe ser que el niño se sienta a gusto en el agua y no le tenga miedo. El miedo provoca tensión y la tensión impide que los músculos funcionen correctamente, además se acelera la respiración por lo que es imposible enseñar a nadar a un niño que le tiene miedo al agua. Si es un niño que desde bebé ha ido a la piscina sera más fácil que aprenda a nadar cuando llegue el momento casi de manera natural.
Los casos de ahogamiento y algunos similares son la causa principal de muerte en niños, así que enseñarle a los niños a nadar es una de las cosas más importantes que puedes hacer cuando se trata de seguridad. Pero aprender a nadar debe ser tan divertido como necesario y si bien a algunos niños les encanta el agua, otros lucharán a cada paso. La clave para enseñarles a tus niños a nadar es eliminar su miedo, para esto es bueno introducirlos al agua a un edad temprana. Al utilizar los reflejos con los que nació tu hijo, siguiendo reglas importantes de seguridad y guiándolos paso a paso por un programa, los niños pueden aprender a nadar a una edad muy temprana. Aquí tienes una guía para enseñarle a tu niño a nadar.







El agua nos da mucho miedo cuando sabemos que si cubriese mucho a nuestro bebé se podría ahogar. Hoy te vamos a decir cómo debes enseñar a nadar a tu bebé desde que es muy pequeño. Así empezará a tener confianza en el agua y tu te sentirás mucho más segura y tranquila.

 El primer contacto con el agua debe ser en la bañera ya que tú podrás controlar mucho mejor al pequeño. Después llegarán las clases de natación en la piscina.

La natación para bebés, o matronatación (práctica de la natación de un bebé con su madre o padre) es un deporte que aporta muchos beneficios tanto en nuestros bebés, como en nosotros.

La práctica de la natación con bebés es adecuada para que éstos se adapten al agua, no debemos olvidar que pasan 9 meses flotando en el líquido amniótico, por lo tanto es un medio natural para ellos.
Nunca debes de dejar de mirar al niño ni dejarlo sólo un segundo.

2º Entre las seis semanas es recomendable empezar a hacer juegos con el bebé en la bañera.

3º Debes llenar la bañera con la temperatura idónea y tienes que jugar con el niño pero tú desde fuera de la bañera.

4º El tiempo del baño nunca podrá superar los 30 minutos.

5º Antes de que empiece las clases en las piscina te recomendamos que le bañes a la hora que le vayas a llevar a las clases, para que así se acostumbre al horario.

Tras estos consejos que te hemos dado, y que tienes que realizar tiempo antes de llevarlo a clases de natación, debes seguir los siguientes pasos:

Meter al bebé en la bañera y llenarla de agua hasta que le cubra por el pecho. Hacer esto varias veces. Además si usas juguetes para su baño sería aconsejable que los llevaras también a sus clases en la piscina, para que se sienta identificado.
Ahora te vamos a explicar lo que tienes que hacer durante varias semanas para que seas tú mismo el que enseñe a tu bebé a nadar.
Primera Semana
Sentados en el borde de la piscina salpicar con los pies.
Tumbados en el borde de la piscina mojarse la cara.
Salpicarse uno a otro
Cerrar la boca cuando se lo pidas, sin inmersión.
Soplar el agua. (si tiene la edad suficiente).
Flotación de espaldas con ayuda del profesor.
Mojarse partes del cuerpo y la cara.
Flotación frontal con ayuda del profesor.
Inmersiones.
Segunda Semana
Flotación de espaldas con ayuda del profesor.
Mojarse partes del cuerpo y la cara.
Flotación frontal con ayuda del profesor.
Inmersiones.
Paseos: decirle que nade hasta un objetivo

La matronatación es beneficiosa tanto para los bebés como para los papás

Pero tenemos que saber, que no son clases para que el bebé aprenda a nadar, pues esta habilidad la adquieren los niños de entre 4 y 5 años de edad. Son clases para jugar con nuestro bebé dentro del agua. Realizar distintos movimientos, adquirir habilidades, y lo más importante divertirse y disfrutar con mamá o papá del medio acuático.


¿Cuál es la mejor edad para empezar?

La edad recomendada para empezar con la práctica de la matronatación son los 4 meses. Pero podemos encontrar algunas escuelas de natación que no admiten bebés hasta los 6 o 7 meses, este motivo es porque no tienen las instalaciones adaptadas para bebés tan pequeños.


Beneficios que aporta la matronatación


Los beneficios son muchos, tanto para la mamá o papá, como para nuestro pequeño. Podemos distinguir entre los beneficios cognitivos y los beneficios psicomotores.

Beneficios cognitivos en el bebé
- Fortalece la relación afectiva con la mamá o papá que lo acompaña, o con ambos.
- Ayuda al bebé a encontrar seguridad ante un medio nuevo en los brazos de sus padres.
- El bebé inicia su socialización fuera del entorno familiar, se relacionará con monitores, con otros padres y madres, y con otros bebés.
- Su coeficiente intelectual aumenta, son más creativos y observadores.
- Estos beneficios le serán de gran utilidad para aprendizajes posteriores.




Beneficios para tu bebé con la matronatación

Beneficios cognitivos en la mamá o papá
- Fortalece la relación afectiva con nuestro bebé, la enriquece. Y con nuestra pareja si es que acudimos los dos a las clases.
- Mejoramos nuestras relaciones sociales, al entablar contacto con otras familias que están en la misma situación que nosotros, se crean vínculos de amistad y compartimos vivencias.
- Ayuda a combatir el estrés de la vida diaria. A despejar la mente y disfrutar de nuestro hijo y del agua.

Beneficios psicomotores en el bebé
- Aprenden nociones de desplazamiento.
- Los que aún no caminan aprenden libertad de movimientos. Que luego les servirán a la hora de aprender a caminar.
- Fortalecen los músculos de todo el cuerpo.
- Fortalecen el corazón y los pulmones.
- Desarrolla las habilidades de la supervivencia, al flotar o al girarse dentro del agua y ponerse de espalda.

Beneficios psicomotores en la mamá o papá
- Fortalecemos los músculos de todo el cuerpo.
- Quemamos calorías.
- Favorecemos la vida saludable con deporte y nos alejamos del sedentarismo.


A tener en cuenta en la natación con bebés


El horario. Debemos elegir un horario adecuado para nuestro bebé, que no coincida con su merienda, con su toma de pecho o con su hora de la siesta.

Llevar siempre una mochila con la muda necesaria para el cambio de pañal, o para posibles "accidentes".

Al salir de la piscina arropar al bebé rápidamente con su toalla, pues los cambios de temperatura pueden ser bruscos.

Si nuestro bebé está enfermo no debemos acudir a la clase.

El papá o mamá debe llevar siempre chanclas, pues los suelos de la piscina son muy resbaladizos, en caso de que nuestro bebé ya camine también deberá llevar.

Los niños no deben correr solos por los espacios cercanos a la piscina.

Tenerlos siempre bajo vigilancia absoluta, pues aunque una piscina resulta muy divertida, debemos evitar accidentes.

Cuándo puedo comenzar a nadar con mi bebé?

Puedes llevar a tu bebé a la piscina desde que tiene pocos meses de edad para que chapotee y se divierta en el agua, y para que aprenda algunas medidas de seguridad como la flotación de supervivencia y soplar burbujas con la boca bajo el agua (para no tragar agua). También le puedes enseñar a patalear mientras lo sujetas firmemente. Según la Academia Estadounidense de Pediatría, alrededor de su primer cumpleaños un niño puede aprender algunos movimientos de natación rudimentarios, estilo perrito. Sin embargo, hasta que cumple cuatro años no tiene un desarrollo motor suficiente para aprender movimientos de natación coordinados.

Es muy importante señalar que el hecho de que tu bebé se sienta relajado en el agua y aprenda a flotar, no quiere decir que esté fuera de peligro de ahogarse. Debes estar siempre junto a tu hijo y, o bien sujetarlo, o tenerlo a la distancia de tu brazo en todo momento. No lo dejes nunca solo cerca de una piscina o incluso un cuerpo de agua más pequeño, como un cubo con tres dedos de agua, ni por un segundo. En los Estados Unidos, el índice de niños que se ahogan en el agua es más elevado entre los pequeños que tienen entre uno y dos años de edad, y en Arizona, California, Florida y Texas es la primera causa de muerte infantil.

Por eso, si deseas bañarte con tu bebé en una piscina, hazlo siguiendo todas las precauciones de seguridad y con el objetivo de que se acostumbre al agua, más que de enseñarle a nadar, porque aún no está listo para ello. Incluso cuando un niño pequeño sabe nadar un poco, sigue estando en peligro de ahogarse si no tiene una supervisión constante.
¿Cómo lo visto?

Los pañales de natación son una buena inversión y en la mayoría de las piscinas son obligatorios. Casi todas las piscinas insisten también en que los bebés usen traje de baño. Los flotadores que se colocan en los brazos no son recomendables para los bebés de menos de un año. De hecho, un flotador de cualquier tipo no es nunca un seguro contra accidentes, y a veces es incluso peligroso porque les da a los padres un falso sentido de seguridad. Un niño pequeño puede escurrirse fácilmente de un flotador de cintura y ahogarse. Por esa razón, aunque le pongas a tu bebé un flotador, sigue manteniéndolo bajo supervisión y a un brazo de distancia para poder intervenir inmediatamente si hay un problema.
Qué necesitas llevar

Antes de ir por primera vez a la piscina, llama por teléfono para averiguar si se puede acceder hasta ella empujando una carreola (cochecito de paseo) y si hay mesas para cambiar pañales en el vestuario. También necesitarás llevar:

• Un biberón caliente para después de nadar, si es que alimentas a tu bebé con biberón.

• Una toalla, preferiblemente con capucha, o un albornoz.

• Algo para comer; el baño les abre el apetito a los bebés.

• Libros o juguetes para los bebés más grandes.

• Algunos de los juguetes de baño de tu bebé para que juegue.

• No te olvides de la bolsa de pañales de tu bebé.

Tu bebé en el agua por primera vez

A continuación te mostramos cómo puedes enseñarle a tu bebé que chapotear en el agua es divertido:

• Arrójale agua suavemente sobre el cuerpo o acuéstalo de espaldas y muévelo con delicadeza por el agua.

• Cuando vayas a una piscina pública por primera vez, asegúrate de no hacerlo en las horas pico. Pídele a una amiga que te acompañe o anótate en una clase para mamás y bebés. Si te sientes relajada y segura, también lo estará tu bebé.

• Cuando se metan en la piscina por primera vez, asegúrate de que la carita de tu bebé esté cerca de la tuya y mantén contacto visual, sosteniéndolo cerca de ti. A medida que ambos se relajen y adquieran más confianza, puedes extender tus brazos y pasearlo por el agua.

Disfrutar del agua

Te presentamos aquí algunos métodos para ayudar a tu bebé a disfrutar del agua y aprender lo esencial sobre la natación:

• Deja que tu bebé juegue y chapotee con sus juguetes de baño:
arroja uno de ellos a algunos pies de distancia y acerca al bebé por el agua hasta que lo recupere.

• Pon tu boca debajo del agua y muéstrale al bebé cómo hacer burbujas. Esto es algo importante que los bebés deben aprender, ya que no pueden tragar agua si están soplando. En el caso de los bebés más pequeños, puedes mover un juguete por el agua soplándolo y hacer que te lo devuelva de la misma manera; o al menos que trate de imitar tu soplido.

• Cuando pueda sentarse, generalmente alrededor del sexto mes, sitúalo en el borde de la piscina y cántale una canción infantil que haga alusión a una caída. Cuando llegues a la parte que dice "¡se cayó!" o algo similar, álzalo y mételo ruidosamente en la piscina.

• Recuéstalo de espalda con la cabeza sobre tu hombro. Trata de hacer que patee.

¿Qué precauciones debo tomar?

Para proteger a tu bebé mientras nada:

• Asegúrate de que la temperatura de la piscina se encuentre entre los 84º y 86º Fahrenheit (28º y 30º Celsius), para que tu bebé no sufra peligro de hipotermia. Puedes pedirle información al personal de la piscina.

• En cuanto tu bebé empiece a tiritar, sácalo de la piscina y abrígalo bien.

• Comienza con sesiones de 10 minutos y alárgalas hasta llegar a los 20 minutos. Si tu bebé tiene menos de un año, evita quedarte en el agua por más de 30 minutos.

• Si el niño está resfriado o no se ve bien, no lo lleves a nadar.

• Es recomendable enjuagar o bañar a los niños con agua dulce inmediatamente después de salir de la piscina para evitar que se les irrite la piel con el cloro. Si tu bebé tiene algún problema en la piel, haz que el médico lo examine para asegurarte de que el cloro no le ha producido ninguna irritación y para tratarlo si es necesario.

• Si tienes una piscina en casa, la Academia Estadounidense de Pediatría aconseja que la rodees con una verja que tenga al menos 4 pies de altura (1.2 metros), con una puerta que se cierra automáticamente y el cierre situado a una altura que un niño pequeño no pueda alcanzar. Cuando acaben de bañarse, asegúrate de sacar de la piscina todos los juguetes, para que tu hijo no se sienta atraído hacia el agua.

• Si usas una piscina inflable pequeña, vacíala siempre al acabar de usarla.

• No es recomendable que los bebés se bañen en jacuzzis, ya que en el agua muy caliente hay bacterias y parásitos que pueden afectar su piel.

• Un estudio de junio de 2007 indica que bañar a los bebés en piscinas con agua clorinada y situadas en espacios cubiertos, asociado a otros factores de riesgo como exposición pasiva al tabaco, podría incrementar el riesgo de desarrollar asma y otras enfermedades respiratorias.


Comienza despacio. Puedes introducir a los niños al agua (fuera de la bañera) desde los 3 meses, mientras más pronto los hagas, mejor. Un niño nace con muchas respuestas naturales que lo protegen de lesiones acuáticas, incluyendo los reflejos de anfibio, de laringe y de inmersión. Muchos de éstos desaparecen entre los 6 y 9 meses, así que debes introducir al niño al agua antes de ese tiempo.


Toma una clase de mamá e hijo. Las escuelas privadas y te  ofrecerán una gran variedad de cursos de natación para niños. Si tu niño tiene menos de 2 años, es probable que puedan tomar la clase juntos, lo que te ayudará a aprender las habilidades necesarias para enseñarle a tu niños y lo que puedes esperar a su edad. Asgúrate de seguir los consejos de tu instructor para que no le hagas daño a tu hijo sin querer.


Utiliza sus reflejos naturales. Un niño de menos de 9 meses tiene dos reflejos importantes que los protegen en el agua y pueden usarse para ayudarlos a nadar. El reflejo de anfibio es el movimiento involuntario de las extremidades que en el agua pueden confundirse con patadas. Cuando tu hijo golpea el agua, felicítalo por "patear" utilizando el término para que comience asociar el movimiento involuntario con las patadas. Eventualmente, el reflejo desaparecerá y comenzará a patear voluntariamente. El reflejo de laringe o la mordaza es el cierre automático de la epiglotis cuando se sumerge a un niño en el agua. Esto los protegerá de tomar agua cuando se sumerjan.


Quédate en la zona poco profunda y cerca de las escaleras. Los niños siempre se sentirán más cómodos cuando puedan tocar el fondo. El miedo a hundirse es la causa principal de los desastres en las clases de natación, así que si puedes mostrarle a tu niño que puede poner los pies en el suelo y pararse con su cabeza arriba del agua, estará más cómodo al tratar de nadar.

Haz burbujas. Aprende a hacer burbujas en la bañera. Comienza al hacer que tu hijo las haga de tus manos ahuecadas, bajando con el tiempo tus manos en la bañera para que las haga desde una cantidad más grande de agua y para que gradualmente quites tus manos. Una vez que tu hijo se sienta cómodo para recostarse sobre su abdomen y para hacer burbujas por sí mismo, es hora de probarlo en la piscina.

Mójale las orejas. A los niños que están aprendiendo a nadar les fastidia mojarse las orejas. El sonido y la sensación son extraños para ellos, así que necesitas hacer que se sientan cómodos. La mejor forma de enseñarles la sensación de tener las orejas sumergidas es hacer que pongan cada oreja en el agua mientras están sentados en las escaleras. Diles que escuchen a los peces y muéstrales cómo hacerlo con tus orejas.


Sumerge sus caras. Una vez que se sientan cómodos para hacer burbujas con su nariz y boca en el agua, es hora para practicar que sumerjan toda la cara. Al principio deja que lo hagan ellos solos en la bañera o sentados en las escaleras de la piscina, pero si se les hace difícil o no lo hacen, puedes ayudarles. Cárgalos, boca abajo, poniendo tu mano derecha en su estómago para que tu antebrazo cargue su abdomen superior y su pecho. Su cuerpo debe estar paralelo al fondo de la piscina. Pon suavemente tu mano derecha en la parte de atrás de su cabeza y a la cuenta de tres guíalos en el agua, sumergiendo su cara por tres segundos, contando en voz alta para que puedan escuchar.


Sumerge toda su cabeza. Una vez que el niño se sienta cómodo haciendo burbujas, metiendo sus orejas al agua y sumergiendo toda su cara, es hora de hacer esto con toda la cabeza. Esto puede asustar mucho a los niños que acaban de empezar a nadar y nunca debes menospreciar este temor. Recuérdales que deben hacer burbujas todo el tiempo que estén bajo el agua. Balancéalos ligeramente hacia atrás y hacia adelante, contando hasta tres y a las tres sumérgelos al balancear sus cuerpos a los lados y hacia abajo en una dirección, mientras giran alrededor de 180 grados. Este movimiento sumerge sus cuerpos en un ángulo y ayuda al agua a fluir por los lados por su cara en lugar de entras directamente a su nariz. Si un niño llora o pelea, trata de sumergirte con él.

Aprende a patear. Aprender a patear puede comenzar en la bañera de tu casa. Haz que tu hijo descanse sobre su abdomen y chapotee con sus piernas. En una piscina, debes hacer que hagan la misma posición en las escaleras, teniendo la parte superior de su cuerpo en la escalera y teniendo sus piernas en el agua. También puedes hacer que tu hijo se sostenga de tus manos y patee, llevándolo alrededor de toda la piscina mientras chapotea sus piernas. Asegúrate de que patee hacia arriba y hacia abajo que no lo haga hacia los lados o como tijeras. Sus piernas deben estar paralelas al fondo de la piscina y no perpendiculares.


Patea y haz burbujas. Una vez que han dominado el pataleo y hacer burbujas por separado, es hora de combinar estas dos habilidades. Con tus manos en sus axilas, deslízalos lentamente por la piscina mientras patean. Cuenta hasta tres y haz que hagan burbujas con su nariz y boca sumergidas durante tres segundos. Después de que se sientan cómodos con eso, haz que hagan burbujas con la cara completamente sumergida.


Haz que naden hacia ti por sí mismos. Haz que tu hijo se pare en las escaleras y aléjate de estas cerca de 2 pies (60 centímetros). Dile que ponga sus brazos sobre su cabeza, ponga su cara en el agua, que salte del escalón y pedalee hacia ti. Cuando llegue a ti, recógelo y dale un gran abrazo mientras lo elogias.

Enséñale a flotar sobre su espalda. Enseñarle a un niño que flote sobre su espalda es una de las cosas más difíciles que puedes hacer, especialmente una vez que el niño puede sentarse. Dale la vuelta al niño de forma que su espalda este conforme a tu abdomen, coloca tu mano sobre su frente y baja su cabeza sobre tu hombro. Con tu otra mano sobre su parte baja de la espalda, baja lentamente su cabeza y eleva su estómago hasta que esté flotando sobre su espalda con sus orejas bajo el agua. Puedes ayudar a facilitar este miedo al susurrarle o cantar sobre su oreja.

Enséñale habilidades de seguridad. Un niño debe aprender técnicas importantes de auto rescate en caso de una emergencia, como caerse en una piscina o de las escaleras. Los nadadores novatos deben saber gatear, usando sus manos, a lo largo de la pared para poder llegar a los escalones o a la escalera de mano, donde pueden salir con seguridad. También tendrás que enseñarle cómo salir del fondo de la piscina para que se impulse lo suficiente fuera del agua para que pueda respirar. Mientras se desarrollan las habilidades, también deben desarrollarse sus habilidades de seguridad. Eventualmente, todos los nadadores deben saber cómo sumergirse en el agua y darse la vuelta inmediatamente sobre su espalda y avanzar en el agua por lo menos un minuto.


Continúa su progreso. Una vez que el niño se sienta cómodo con las técnicas básicas, puede seguir con habilidades más avanzadas como mover sus brazos, sumergirse sentado, usar una tabla y patear mientras está sobre su espalda.



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